Dolores Reyes presenta su nuevo libro: Miseria.

“Tenía ganas de seguir escribiendo, pero no de repetirme”: Dolores Reyes


Por: Katia Berlanga Torres

Después del éxito que supuso escribir Cometierra, Dolores Reyes, escritora argentina, nos presenta su nuevo libro: Miseria, una historia que le da continuidad a los personajes y a ese universo de violencia en el que tienen que sobrevivir las mujeres a través de la construcción de comunidad. 

¿Cómo surgió la secuela de Cometierra (2019)? 

La idea ya estaba planteada al final de la primera novela. Cometierra come tierra de abajo de su cuerpo y tiene una visión: se ve volviendo a la casa invadida por las botellas con tierra. Ella no sabe quién es, dando vueltas. Es una proyección de lo que va a ser después Miseria y bueno, pasa que tenía ganas de seguir con ciertas historias que hay ahí como la de la Florencia que se abre, pero no se cierra, no se resuelve. Entonces tenía ganas de seguir escribiéndola y un poco también los lectores que me preguntaban qué les pasó, dónde están, a dónde se fueron, cómo siguen. Eso fue lo que intenté resolver en Miseria. 

¿De qué manera el contexto real de la violencia de género actual se refleja en la ficción?

No hace falta ficcionalizar estos hechos. Hay tal ola de feminicidios Latinoamérica que no hace falta, cualquier caso que escribas dialoga de alguna forma con algo que pasó o que pasará en la realidad, eso es terrible. Cuando terminé Cometierra había muchas luchas que se dieron en Argentina de la agenda feminista. Tenían que ver con la obtención del derecho a decidir sobre la reproducción en nuestros cuerpos, la interrupción voluntaria del embarazo y el cupo laboral para las mujeres. Yo sentí que ganamos y avanzamos. Sin embargo, con la pandemia la violencia machista lejos de bajar, subió. Eran cada vez más las denuncias de agresiones físicas, sexuales y feminicidios. Esa desolación también tiene que ver con la escritura de Miseria.

¿Cómo fue recibida Miseria en este contexto actual?

Yo siento que la recepción es inmejorable. En cada una de las ferias que voy hay muchísimo interés: vienen las lectoras con las dos novelas, muy apasionadas y me dan devoluciones. Me dicen cómo les impactó, cómo llegaron a los libros, muchas veces me dicen que con recomendaciones boca a boca. Es muy lindo que pase con una historia surgida de una idea chiquita, pero que tiene este recorrido que se materializa en un libro de muchos años de trabajo. Llega a los lectores, pasa algo ahí que los conmueve, hace que quieran seguir leyéndolo.

¿Cómo fue el proceso creativo de hacer la novela con dos voces narrativas (Cometierra y Miseria) y qué retos implicó esta decisión?

Yo tenía muchas ganas de seguir escribiendo, pero no de repetirme. Cometierra fue la mejor novela que pude dar en ese momento. No quería escribir algo que fuese igual, formalmente quería cambiar y hacer algo totalmente distinto. De esa separación se me ocurrió la idea de contarla a dos voces, y desde la amistad, que es algo que me interesa muchísimo porque siento que es central en la vida de las mujeres. De hecho yo no estaría aquí sin mis amigas. Sentía que no está tan narrada en la literatura la amistad de mujeres. Libros de varones amigos hay millones, pero no de mujeres. Ahí está el cruce de dos voces, de dos amigas que están pegadísimas, que se quieren profundamente.

La mayoría de los personajes son femeninos y creo que eso es algo que también ha faltado un poco en la literatura de ficción actual. 

Sí, Cometierra también va al encuentro de la sabiduría de mujeres, que a veces lo da la universidad, pero que muchas veces son el legado de boca a boca, de manos a manos como lo hace la Tina. Ese conocimiento y esa compañía de mujeres es central en nuestras vidas y está muy ninguneada, muy bastardeada. 

¿Qué cambios ocurrieron a lo largo de la escritura de Miseria?

El metejón con las dos voces lo tenía ahí, pero al principio se sentía que no se armaba, que le faltaba algo. Algo que quería hacer era que las dos empezaran entrelazadas y se fueran separando a lo largo de la novela. Eso hubo que construirlo, no fue tan fácil. También estaba la cuestión de relatar un parto, no sabía quién de las dos era la que lo iba a contar, en principio pensaba que Cometierra, al lado de la Tina; ensayando y descartando y volviendo a armar decidí que lo contara Miseria, como dos protagonizando un parto: la mamá que es Miseria y ese hijo también que está naciendo.

¿Qué función narrativa tiene la reiteración de frases cortas como “acá, tu don es oro”?

Hay algunos recursos tomados de la poesía como en el final mismo de la novela. No lo adelantaré, pero prácticamente es un juego con la poesía; siento que esa repetición le da más fuerza, casi como un mantra. De hecho, Cometierra da cuenta de lo que le pasa, lo que Miseria repite todo el tiempo y no para de hablar, no para de sacarlo en el momento justo y decírselo de nuevo hasta que se decida. 

 Volviendo a la historia original de Cometierra, ¿cómo surgió este personaje con este don, a la que incluso llaman heroína?  

Surgió muy azarosamente. En uno de mis encuentros de taller. Era como un espacio de fermentación artística por la palabra, cada uno llevaba un proyecto que no tenía nada que ver con el del otro. Un compañero poeta llevó un texto corto, pero que terminaba con la frase “tierra de cementerio”, no tenía trama, era casi un poema en prosa. Me puse a escucharlo con los ojos cerrados y, cuando llegó al final, se me apareció una nena sentada en un cementerio. Metía la mano por debajo de su cuerpo, cortaba un pedazo de tierra y se lo come. Seca, dura y sin embargo, la ablandaba y tragaba. De ahí empezó la escritura de la novela y del personaje.

¿Qué sigue para el universo literario de Cometierra y Miseria? ¿Habrá otra secuela?

Escribo otro, pero no me voy a adelantar. Ya elegí quién va a ser la voz que complemente y que cuente todo, me está gustando porque me da las facilidades de jugar con los personajes, recontarlos desde una óptica distinta a estas dos novelas. Para mí una novela es un trabajo de años, estamos en proceso.

Sobre el proceso creativo de hacer una novela, ¿cómo es para ti? ¿Surge la idea y la construyes o nace mientras escribes?

Lo que me mueve muchísimo es jugar con las voces. Pensar en que tal personaje me encanta, pero está narrado desde la voz de Cometierra, ¿qué pasaría si la independizo y cuento su historia desde su propia voz y cómo llega al universo de esa chica? Me gusta porque amplía lo que podés relatar, lo que Cometierra no conoce y no llega a ver.

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