El hecho de vivir como foráneo en Nuevo León, ayudó a David Avendaño Ordoñez, originario de Tapachula, Chiapas, a vivir de una forma fructífera su intercambio ya que no estuvo bajo el estrés cotidiano que se sufre cuando alguien viaja solo por primera vez a un lugar distinto.
¿A qué lugar llegaré?, ¿qué y cómo me voy a preparar mis alimentos?, ¿cómo o en dónde lavaré la ropa?, ¿cómo es el ambiente de lugar donde estudiaré?, ¿cómo me tratarán las personas?…
Todas estas interrogantes no preocupaban a Avendaño cuando iba a emprender su intercambio de verano, pues desde el 2010 cuando llegó a Nuevo León para cursar la preparatoria con solo 15 años, se enfrentó a esas cuestiones.
Avendaño manifiesta que cuando vives sólo, tienes autonomía e independencia, el temor a lo desconocido desaparece, tienes la oportunidad de tomar tus decisiones sin miedo a los regaños o a la represión de alguien, puede ser que te equivoques cuando te arriesgas pero es la mejor forma de crecer y disfrutar de la vida.
Cinco años después y con esa autonomía adquirida David emprendió un viaje solo hacia lo desconocido, algo que no pensaba en hacer.
Tomó el reto de ir un verano en Getafe, España, donde cursaría un diplomado en derecho internacional humanitario; ya con la madurez y experiencia que significa vivir solo en un lugar, Avendaño explica que ese lapso en el extranjero ha sido una de la experiencias que más ha disfrutado en su vida, no sólo por el aprendizaje educativo, sino porque tuvo la oportunidad de hacer amigos, de visitar distintos sitios en el viejo continente y de crecer personalmente.
Durante tres semanas David estuvo en la Universidad Carlos III, en la zona de Getafe que forma parte de la metrópoli de Madrid; después de finalizar su curso Avendaño emprendió en solitario un viaje hacia Paris donde se reencontró con viejos conocidos y además se llevó una grata sorpresa.
“Fue más interesante el viaje a París por ese supuesto sobre la cultura de ahí que es muy ajena a los latinoamericanos o a esa gente que tiene la intención de ser cálidos con ellos, me resultó muy interesante porque te das cuenta que no es tanto así, es más bien cuestión de cómo acercarte a ellos nada más.”
La Torre Eiffel, Champs Elysées, el Arco del Triunfo, la Catedral de Notre Dame, la Université Paris-Sorbonne, Musée de l’Armée y Moulin Rouge fueron algunos de los sitios que David recorrió, pero el lugar que más disfrutó fue el Río Sena.
“Estuve sentado a la orilla del río, tomando con los amigos de una amiga francesa que conocí en Monterrey y esa experiencia de tomar, platicar, de tener la vista del río y ver como pasan los barcos en la noche, para mí fue la más fantástica.”
Además David tuvo la oportunidad de conocer Oporto, Portugal, luego de establecer una amistad con personas a las que conoció durante su estancia en España y Francia.
Es así como Avendaño pasó un verano inolvidable, que se quedará en su álbum de recuerdos.
Si eres foráneo en tu universidad y quieres ir de intercambio, ¡arriésgate y toma esa oportunidad como David, no te vas a arrepentir!