El pacto fiscal está siendo puesto en consideración por parte de algunos gobernadores debido a que observan que sus estados no reciben una cantidad proporcional a su atribución de impuestos.
Carlos González Barragán, doctor en Políticas Públicas y profesor del departamento de Economía, Contabilidad y Finanzas de la Universidad de Monterrey (UDEM), explicó que aunque los estados se puedan salir del pacto fiscal federal legalmente, operativamente sería mucho más complejo, porque es un proceso dinámico en el que se tendrían que legislar nuevos impuestos a cobrar.
El doctor planteó ver esta idea como una jugada de ajedrez: si se decide salir del pacto otra consecuencia sería que las potestades tributarias de la federación podrían ser modificadas a nivel constitucional, y para esto nada más se necesitarían los votos de 17 entidades para que se lleve a cabo, y así volvería a quitarles las potestades a los estados.
“El mal sabor de boca lo tenemos no tanto por no querer aportar al resto del país, más bien porque a veces sentimos que el gasto no está de acuerdo con las ideas que tenemos aquí en la entidad, y eso es lo que da coraje, yo siempre he dicho que no me molesta pagar impuestos, sino cómo los gastan”, opinó González Barragán.
El profesor añadió que con la salida del pacto, las empresas que tienen operaciones dentro y fuera del estado tendrían que ver dónde y cómo atributarán, lo que no resulta conveniente por el momento ya que muchas están teniendo problemas actualmente para cumplir con su nómina.
La opción más viable que indicó el doctor no es salir del pacto, sino replantear qué y cómo se está cobrando, cuáles son la bases y quiénes son los que pagan estos impuestos.
Se quiere que todos los estados se desarrollen de manera similar apoyando a los que más lo requieren pero en el replanteamiento se debe tomar en cuenta que la aportación de cada estado corresponda con lo que reciben para las necesidades de cada entidad.