Image Not Found
Dorismilda Flores-Márquez, presidenta de la AMIC.

“Si la inteligencia artificial no sirve para hacer un futuro mejor, entonces no tendría que existir”


Por: Miguel Ángel Lapuente

El desarrollo tecnológico ha influido en el ejercicio de la comunicación a lo largo de la historia. Para entender las dinámicas que conforman actualmente a diferentes grupos sociales, es imprescindible observar cómo se desarrollan en las plataformas digitales y las redes sociales. 

En el marco de la realización del 34 encuentro de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), conversamos con Dorismilda Flores-Márquez, presidenta de la AMIC y profesora de la Facultad de Comunicación y Mercadotecnia de la Universidad De La Salle Bajío, sobre procesos de investigación, cultura digital, ciberactivismo e inteligencia artificial. 

¿Cuál es la relevancia de entender las dinámicas sociales en el ámbito digital?

En el siglo XX el sociólogo John B. Thompson decía que los medios no importaban por sí mismos, sino los cambios que estaban generando en la sociedad. Había muchos cambios que sólo se podían entender a partir del rol que tenían los medios de comunicación en ellos. 

Desde hace varias décadas nos pasa lo mismo con los medios digitales, es decir, no podemos comprender muchas de las transformaciones sociales, económicas, culturales, educativas, sin comprender el papel que están teniendo los medios digitales. Lo más relevante de asomarse en la cultura digital es ver que está en el centro de muchas transformaciones sociales para bien y para mal. 

En un contexto en el que se actualizan constantemente las herramientas, las dinámicas y el lenguaje, ¿qué importancia cobra la actualización de la metodología en la investigación? 

Con mucha frecuencia vemos, cuando hacemos nuestras propias investigaciones, que hay cosas que nos demandan otro tipo de acercamientos y dejar a un lado las estrategias clásicas. Pienso en la etnografía, en la que había que irse a vivir tres años a un poblado. ¿Quién puede hacer eso en la actualidad? No es fácil y para los estudiantes menos. 

Y al final, esos modos de acercamiento están atravesados siempre por la pregunta de investigación. Esta nos puede dar un indicio sobre a qué lugar movernos y qué temas considerar. 

¿Por qué crees que exista una narrativa o tendencia para desestimar políticamente a las generaciones relacionadas con redes sociales y dinámicas digitales?

En función de la generación en la que estamos, pensamos que la nuestra es la mejor y que la anterior estaba equivocada y que nosotros venimos a revolucionarlo todo y que la que sigue está bien torpe porque todavía no tiene la experiencia que tenemos. Todas las generaciones marcan una ruptura con otras. La del 68 cambió las cosas pero envejeció y luego vinieron otras: el movimiento verde en Irán, el #YoSoy132 en México, Occupy Wall Street, entre otros. Esos movimientos muestran un profundo desencantamiento con la política. Hay cosas que ya no les hacen sentido. Si consideramos la desigualdad, la precariedad, la idea de que no hay un futuro asegurado por estas mismas condiciones, entendemos por qué las viejas formas de la política ya no les hacen sentido. Y no participar en política también es una postura política. 

Mencionas movimientos sociales que tuvieron una postura política muy clara y que estuvieron relacionados con las redes sociales. ¿Cuáles son las características del internet, de las redes sociales que potencian la politización de los jóvenes?

Había muchas esperanzas en torno a que internet construyera un escenario más horizontal, más democrático, mucho más libre y no lo construyó. Pero sí ha permitido la presencia de actores sociales y políticos que de otra manera no estarían. Las mismas redes que posibilitan la vigilancia, el control, los atentados a la privacidad, el espionaje vil, los fraudes y la violencia digital son las mismas redes que posibilitan que haya resistencias y actores que se manifiesten. Creo que las redes por sí mismas no proponen nada, los actores que intervienen sí. Pero el asunto es que en estos actores hay grandes corporativos que no necesariamente están interesados en los temas de justicia social. No hay tanta responsabilidad con algo que no les puede atraer ganancias. Al final, en internet cabe todo, las cosas más oscuras de la humanidad y también las más interesantes. 

Dices que de alguna manera las redes sociales por sí solas no proponen algo pero, ¿acaso el diseño de un algoritmo no es la propuesta de algo?

Sí, claro, pero al final son diseños que se hacen para determinadas cosas y al final los usuarios pueden apropiárselos para otras. 

Hay personas, no necesariamente académicos, que hablan sobre la falta o la pérdida del futuro, ¿el activismo en internet contempla una disputa para construir un futuro diferente a lo que se vislumbra? 

Sí, aunque la pregunta sería: ¿cuál activismo? El activismo busca transformar un estado de cosas que considera que no están siendo suficientemente atendidas o que van en una dirección equivocada. Por ejemplo, el ambientalismo busca plantear que el planeta no nos va a alcanzar si seguimos con este estilo de vida, con esta lógica de desarrollo. En la modernidad había un guion sobre cómo tenían que ser las cosas: trabajo estable, familia tradicional. Si no te salías de ahí, no pasaba nada. ¿Qué tenemos ahora?, ¿quién les puede garantizar a nuestros estudiantes que pueden tener un futuro estable?  A veces decimos que son una generación de cristal o que la apatía es su característica, pero no estamos viendo ni viviendo lo que les pasa.

¿Qué retos surgen en el estudio de movimientos políticos y de activistas digitales, tomando en cuenta la marcada estratificación social del país?

Hay retos metodológicos, pero sobre todo éticos. Cómo observas, cómo produces datos con los grupos activistas sin caer en aquello que criticas. Es decir, la investigación social, particularmente, ha sido profundamente extractivista, vamos a las comunidades, halamos datos y no necesariamente les retribuimos a esas comunidades. Otro asunto tiene que ver con la representación: qué proyectamos de los grupos y qué tanto nos enfocamos en ciertas identidades. No es lo mismo rescatar perritos en la ciudad que defender territorios ante la ocupación de las mineras. Al final de cuentas, sí son entornos y necesidades diferentes. Como investigadores tenemos la responsabilidad de evidenciarlo. Necesitamos asumir qué hacemos, desde dónde lo hacemos, con quienes lo trabajamos y qué representamos. 

La utopía y la distopía son conceptos asociados al futuro, pero ahora también son utilizados como lugar común para estudiar y analizar el presente. Retomando el tema de la construcción del futuro, y entrando a un tema de coyuntura, ¿identificas a la inteligencia artificial como una amenaza o como una herramienta más que estaríamos implementando en actividades cotidianas como muchas otras?

Hemos convivido con la inteligencia artificial más tiempo del que pensamos. Muchas de las cosas que hacemos en nuestras interacciones con la tecnología ya están basadas en aprendizaje automático que, al final, es un elemento clave de la inteligencia artificial. Hace poco me encontré con un texto de Alan Turing, de 1950, en el que aborda el juego de la imitación, sus desafíos y, aunque habla de la inteligencia artificial como tal, sí aborda la posibilidad de que las máquinas hagan trabajo automatizado y que desarrollen mejoras en el proceso. Lo importante es poner en el centro del debate a la ética. Que sea transparente el uso del recurso pero que no nos conformemos con lo que se genera ahí, sino que podamos desarrollar otras cosas a partir de eso. Si la inteligencia artificial no sirve para hacer un futuro mejor, entonces no tendría que existir. Es una herramienta que puede dar esperanza para explorar nuevos caminos creativos pero también presentar una amenaza en el uso de datos, privacidad y desinformación. La alfabetización mediática nunca había sido tan necesaria.

Con el objetivo de motivar la participación ciudadana y para garantizar un tratamiento informativo adecuado frente a los contenidos presentados, los invitamos a escribir a [email protected] en caso de dudas, aclaraciones, rectificaciones o comentarios.

Scroll al inicio