Historiadores confirman descendencia de La Malinche y reevalúan su papel en la historia
Por: Roberta D. McQuade y Adriana Guerrero Gómez
La figura de La Malinche, conocida como la intérprete y consejera de Hernán Cortés durante la conquista de México, ha sido objeto de debate y controversia durante el último siglo, pero el trabajo de los historiadores muestra otro ángulo de su papel en la historia y revela que parte de su descendencia vive en la actualidad.
Investigaciones recientes hechas por los historiadores Juana Margarita Domínguez y Héctor Jaime Treviño arrojaron nueva luz sobre este controversial personaje y encontraron que hay pruebas que indican que los descendientes de Malintzin existen.
La Malinche, también conocida como Malintzin, Malinalli o Doña Marina, tuvo un hijo con Hernán Cortés, llamado Martín Cortés, quien no solo fue reconocido por su padre, sino que combatió al lado de éste y vivió durante un tiempo en España. También tuvo una hija, de nombre María Jaramillo, con el capitán español Juan Jaramillo, miembro del ejército de Cortés y con quien se casó obligada por el mismo Hernán Cortés.
María Jaramillo se casó con el noble Luis de Quesada, tuvieron dos hijos y vivieron en la Nueva España.
“Hay descendencia viva de La Malinche, tanto por el lado de Martín Cortés como de María, su hija. Los invito a buscar en los archivos, sobre todo en el Archivo General de Indias en donde está la relación de sus descendientes, ahí se puede encontrar toda la documentación y también todo lo que hizo Malintzin en su vida”, dijo la historiadora Juana Margarita Domínguez durante la conferencia ¿Villanas y villanos en la historia? Malintzin, evento que forma parte de un ciclo de debates organizados por la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, en colaboración con el Centro de Estudios Políticos e Historia Presente, cuyo objetivo es ofrecer una revisión sobre el papel de algunas figuras clave en la historia de México.
Los investigadores, después de estudiar las crónicas de la conquista y la evidencia que existe de la época, invitaron a los mexicanos a revisar la historia y a reivindicar el papel de Malintzin en ella.
Los descubrimientos sobre su vida y su descendencia, coincidieron los historiadores, no solo cambian la percepción histórica de La Malinche, sino que también abren un nuevo capítulo sobre su legado cultural, el cual es complejo, pues ha sido vista de manera negativa como símbolo de traición y «malinchismo», pero a la vez como la madre del mestizaje y fundadora de la identidad mexicana.
Además, en las últimas décadas, dijeron, Malintzin ha sido reconocida como una figura feminista, inteligente y resiliente. Su impacto se refleja en el arte, la literatura y debates sobre la identidad nacional, simbolizando el conflicto entre las raíces indígenas y la herencia colonial de México, sintetizó Juana Domínguez.
“La historia que se ha contado de Malintzin es una historia machista, misógina, racista y oficial que se le ha contado a las generaciones desde las mismas escuelas. Se le ha tratado de traidora y se extendió el desafortunado término de ‘malinchismo’, lo cual ha contribuido a dañar su imagen”, afirmó, por su parte, el historiador Héctor Jaime Treviño durante la conferencia que se realizó en el Museo de Historia Mexicana.
Los historiadores ven a La Malinche como una mujer extraordinaria, inteligente y visionaria, que fue víctima de las circunstancias de su tiempo y que supo sobrevivir en medio de ello.
“Era hija de un cacique importante de un pueblo indígena. Su padre murió y su madre se volvió a casar y tuvo un hijo varón. Para darle preferencia a este último hijo, vendió a La Malinche a unos comerciantes. Luego, pasó de mano en mano hasta terminar por los lados de Tabasco. En 1519 fue entregada por los caciques de Tabasco a Hernán Cortés, junto con otras 19 jóvenes indígenas, como parte de un presente para sellar la paz, luego de que los españoles ganaran la batalla de Centla”, recordó Treviño.
Sin embargo, su conocimiento de varias lenguas y su carisma la convirtieron en una pieza clave en la conquista de México, sirviendo como intérprete y consejera de Hernán Cortés.
“La Malinche hablaba el náhuatl, su lengua materna, dominó el maya durante su estancia en Tabasco y en seis meses aprendió el español. Su habilidad para aprender rápidamente nuevas lenguas, sumado a su inteligencia y personalidad, la convirtieron en una figura influyente y necesaria para Cortés”, afirmó el historiador.
Pero esa habilidad de La Malinche que le permitió a Cortés poder comunicarse con los distintos pueblos indígenas fue lo que hizo que se le etiquetara como un símbolo de la traición.
Los conferencistas concluyeron que en lugar de considerar a Malintzin como un personaje negativo en la historia mexicana, es más justo entenderla como una figura compleja. Fue una mujer indígena que, atrapada en circunstancias difíciles, desempeñó un papel clave en la conquista española. Su participación debe contextualizarse dentro de las dinámicas de poder, violencia y supervivencia de la época, coincidieron.
Los investigadores invitaron a los mexicanos a tener una visión más crítica y menos simplista de Malintzin, pues ella no tenía el control sobre los eventos de la conquista y su capacidad de influir estaba limitada por su posición como mujer y esclava en un mundo dominado por la violencia de la época.
La Malinche, dijeron, puede ser comprendida como una figura trágica, pero de resistencia y adaptación frente a las adversidades que enfrentaba.
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