«Adolescence»: un mensaje sobre los jóvenes y las redes sociales

Adolescence, la nueva serie original de Netflix, ha causado furor a nivel internacional: a menos de dos meses de su estreno –13 de marzo del presente año–, ya se convirtió en una de las producciones con mayor popularidad de la plataforma. A la fecha, suma casi 97 millones de visualizaciones. Un número impresionante que aumenta, a buen ritmo, todos los días.
Su intrigante trama y tecnicismo visual están, sin duda, entre lo más innovador que ha dejado la televisión inglesa en mucho tiempo. No obstante, lo que ha dejado boquiabierta a la audiencia de esta miniserie es el tema que aborda. Asimismo, su tema ha sido la causa de un interminable debate. Quizá lo que resulta más llamativo de su trama yace en su enfoque: no gira en torno a averiguar si Jamie –personaje principal – fue en verdad el autor del crimen que le atribuyen. Dicho asunto queda claro desde el primer episodio. En lugar de esto, la serie trata de explicar sus motivos: mediante la exhibición del mundo digital donde los jóvenes se exponen, conviven e incluso se separan de su identidad. Desde luego, al hacerlo se genera algún grado de desconexión del verdadero entorno.
El tratamiento que dio esta serie a su tema condujo mis pensamientos hacia una reflexión que deseo compartir. No hace falta afirmar que la alfabetización mediática es necesaria, ya que puede ayudar a prevenir la radicalización ideológica de los jóvenes en desarrollo. El uso constante de redes sociales entre los adolescentes no es un fenómeno nuevo. De acuerdo con un informe elaborado por Pew Research Center, el 95% de los adolescentes –su rango de edad está entre los 13 y 17 años– que viven en Estados Unidos tienen acceso a un teléfono inteligente, y el 45% de ellos se encuentran «casi siempre» en línea. Hablamos de entre 6 horas y 12 horas al día. Esta constante conexión con el mundo digital los expone a un sinfín de mensajes, muchos de los cuales son manipuladores o peligrosos para su integridad crítica. De hecho, está demostrado que la sobreexposición de niños y jóvenes adolescentes a las redes sociales está vinculada con una serie de problemas psicológicos que van forjando poco a poco.
Esto ha sido comprobado por un estudio de la Universidad de Pennsylvania publicado en 2018, que reveló cómo el uso excesivo de ciertas plataformas –Instagram, Facebook y demás redes sociales– está relacionado con un aumento en la posibilidad de padecer depresión y ansiedad. Además, esta exposición puede influir en la formación de identidades y valores, contribuyendo a la radicalización ideológica, un fenómeno cada vez más común entre los adolescentes. En Adolescence se exhibe una situación paralela: Jamie, un personaje de 13 años de edad, sufre problemas emocionales debido a circunstancias que proceden de su relación con las plataformas web que consume. Antes que juzgar el contenido de esta popular serie, habría que tomarla como una advertencia. Hace falta implementar programas de alfabetización mediática en las escuelas y hogares, con el fin de concientizar a los jóvenes sobre los riesgos que hay en las redes sociales. Esto permitirá que desarrollen un enfoque más reflexivo hacia los contenidos que consumen diariamente.
Un estudio realizado por la Universidad de Stanford en 2016 concluyó que los jóvenes y niños que participaron en programas de alfabetización mediática en su centro de estudios –hasta la preparatoria– fueron más eficaces al distinguir entre noticias falsas y reales, y entre comentarios ofensivos y neutros. Esto permitió el desarrollo de su pensamiento crítico frente al contenido que encuentran en sus redes sociales, sobre todo el que proviene de ideologías extremistas o dañinas.
Además, la alfabetización mediática puede proporcionar a los adolescentes las herramientas necesarias para participar de manera saludable en el diálogo social, pues evita que sean arrastrados por discursos violentos que ponen en riesgo su desarrollo e integridad como jóvenes. En lugar de caer en la trampa de la radicalización, los jóvenes pueden aprender a valorar la diversidad de opiniones y a construir sus creencias con base en un análisis informado y seguro, así como ignorar los comentarios ofensivos y la información falsa.
La serie Adolescence de Netflix, al retratar tanto la sobreexposición como la radicalización ideológica y mediática de los jóvenes en las redes sociales, plantea una problemática real, que afecta a la sociedad contemporánea. Las redes sociales y, en general, este mundo digital pueden ser útiles para el entretenimiento e incluso el crecimiento personal, pero solo si son utilizadas con cuidado. Al fin de cuentas, son herramientas que permiten el acceso a información confiable cuando se utilizan adecuadamente. Sin embargo, para que cumplan con esta función hay que hacer un abordaje que venga mediado por una conciencia crítica, en especial frente al contenido ideológico. De lo contrario, el mundo digital tendrá efectos más bien negativos y, en ocasiones, irreversibles.
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