Victoria’s Secret, adicciones y trastornos alimenticios: el regreso de los 90


Macarena Valds
Por: Macarena Valdés

Se dice que todas las modas vuelven, pero eso no significa que todas deberían hacerlo. El 2024 se ha visto marcado por el resurgimiento de tradiciones icónicas de la década de los 90: el lujoso y cuestionable Victoria’s Secret Fashion Show, estándares de belleza inalcanzables, normalización de actitudes relacionadas con trastornos alimenticios, el tabaquismo, uso abierto de la cocaína y otras drogas en los medios, y el Britpop. Si lo pensamos bien, todas vienen de la mano, pero ¿alguna vez se fueron o simplemente se disfrazaron de otras cosas? ¿Se escondieron hasta volverse socialmente aceptables de nuevo?

En los 90 se sabía que ninguna de estas cosas –excluyendo al Britpop– era buena, y lo mismo se sabe ahora. Sin embargo, pareciera como si los últimos 25 años de “concientización” de los milenial y la generación X sobre los daños físicos y mentales que resultan de estas actitudes malsanas hubieran sido en vano. A la generación Z le entró por un oído y le salió por el otro.

Décadas de prohibición y campañas antitabaco se han sido soslayadas por la creación de los vapes y cigarros electrónicos como suplemento moral, Jeremy Allen White fumando constantemente en la serie The Bear, Cillian Murphy fumándose miles de cigarros frente a la cámara en cada temporada de Peaky Blinders, etcétera. Una encuesta de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica reveló en 2019 que más del 20% de los estadounidenses de la Generación Z pensaban que los cigarros electrónicos eran inofensivos y no adictivos. Es decir, uno de cada cinco jóvenes. El 18% de ellos fuman cigarros electrónicos diariamente. 

Por otro lado, uno de los discos más definitivos del 2024 fue BRAT de la cantautora inglesa Charli XCX. Escondidas entre ritmos pegajosos de electrónica y colaboraciones como las de Billie Eilish, Lorde, Ariana Grande, y Julian Casablancas, se encuentran espolvoreadas letras sobre fiestas, discotecas y cocaína, además de una crítica sobre la feminidad en los 30. Claro, la mención literal o metafórica de sustancias adictivas no es nada nuevo en los medios. Lo que sí es nuevo es la recepción positiva en redes sociales de la generación Z sobre el abuso de estas. 

Un estudio de la Universidad de Londres publicado en 2021 demostró que uno de cada 10 adolescentes de 17 años ha utilizado “drogas duras” como cocaína o ketamina. Este incremento de uso en nuestra generación es el resultado de la representación positiva de las drogas (junto al tabaco) en la industria del entretenimiento, de acuerdo a una tesis de la Universidad de Washington en 2019. Además de estas sustancias, no debemos olvidar que los zoomers se encuentran rodeados por la crisis del fentanilo y la epidemia del Ozempic, que se presenta como una solución mágica a todos sus problemas de autoestima. 

No sorprende que la pasarela de Victoria’s Secret, cancelada en 2019 entre controversias por falta de diversidad y estándares de belleza imposibles, regrese triunfalmente, rodeada por el fenómeno del Ozempic. De nuevo, años de campañas sobre “body positivity” quedaron en el olvido tan pronto como se presentó un nuevo método de cumplir con expectativas que no serían posibles de ninguna otra manera. En los 90 incluso existía un nombre para este fenómeno combinado de un cuerpo ultradelgado obtenido a través del abuso de sustancias: “cocaine chic”, el cual ha visto un regreso en los medios, en un intento contraproducente de alentar su resurgimiento, y las redes sociales, con gente joven aspirando a ello.

Tanto ha sido el impacto de estas expectativas, que en X (antes Twitter) ha cobrado reconocimiento una subcomunidad conocida como “ED Twitter”, es decir Eating Disorder Twitter o “Twitter de trastornos alimenticios” en español. Los usuarios, muchas veces adolescentes menores de edad o adultos jóvenes, se dedican a compartir comentarios e imágenes criticándose a sí mismos y a otros por su apariencia física, con el propósito de “motivarse” a seguir –y empeorar– estos desórdenes psicológicos, admitidos por ellos mismos.

Este submundo de sustancias y trastornos en Internet siempre ha existido, pero anteriormente eran recluidos en una esquina oscura. Ahora, con la atención mainstream que reciben este tipo de cuerpos, el adelgazamiento, las actitudes y las sustancias para forzarlo, este grupo de personas se siente con la confianza de ir saliendo a luz de nuevo e influenciar a otras mentes jóvenes e impresionables.

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