Economía, migración y derechos civiles: lo que definirá el voto en EE. UU.
Por: José Álvaro Villarreal Ochoa
A seis días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los dos principales candidatos, Donald Trump y Kamala Harris, han reforzado sus discursos con la intención de motivar el voto de los aún indecisos y de las minorías, el cual podría resultar decisivo para la victoria de uno u otro.
Sus discursos son muy diferentes en materia de libertades, especialmente para las mujeres, en temas migratorios y en comercio y economía, pero similares en salud y venta de armas.
Una de las principales banderas de la campaña de la candidata del Partido Demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, ha sido el tema de la defensa de los derechos reproductivos de las mujeres y ha hecho declaraciones alegando la necesidad de revivir el fallo Roe vs. Wade promulgado por la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1973, el cual fue anulado en junio de 2022.
Por su parte, el candidato del Partido Republicano, el expresidente Donald Trump, ha hecho de los temas migratorio y económico sus banderas más fuertes y diferenciadoras.
En lo migratorio, Trump ha prometido llevar a cabo la operación de deportación más grande en la historia estadounidense de inmigrantes que viven en Estados Unidos sin permiso legal, a quienes culpa de la inseguridad y delincuencia en su país. A estas deportaciones masivas se sumaría el uso del ejército para capturar a los inmigrantes y la construcción de campos en donde los ubicaría temporalmente antes de enviarlos de regreso a sus países de origen.
El candidato republicano también ha dicho que planea terminar el muro fronterizo entre Estados Unidos y México y reactivar la política «Remain in Mexico» (“Quédate en México”), un programa que él mismo lanzó durante su presidencia en enero de 2019 y que devolvía a México a las personas solicitantes de asilo hasta que sus trámites migratorios fueran resueltos.
Además, ha prometido firmar una orden ejecutiva para poner fin a la ciudadanía estadounidense por nacimiento para los hijos de migrantes que no tienen documentos de ese país.
En tanto, Harris, que también ha prometido ocuparse de la inmigración irregular, busca revivir la ley bipartidista que le permitiría controlar la inmigración no autorizada en la frontera con México si estos flujos migratorios llegaran a superar más de 5 mil casos por día durante siete días consecutivos.
En el tema económico, que es uno de los más importantes para los votantes estadounidenses según las encuestas, Trump ha prometido crecimiento económico, reducción de impuestos y de los precios de los alimentos, imposición de aranceles a las importaciones para cuidar el producto nacional, recuperación del empleo y protección de la industria nacional.
“Si Kamala Harris logra cuatro años más, nuestra economía nunca podrá recuperarse. Si gano, construiremos rápidamente la mayor economía de la historia del mundo”, afirmó Trump el pasado domingo 27 de octubre en un discurso que dio en Nueva York.
Para lograrlo, Trump ha prometido reducir el impuesto de sociedades (que pagan las empresas) de 21% a 15% a las compañías que fabriquen sus productos en Estados Unidos, extender los recortes fiscales más allá de 2025, mayores deducciones y créditos fiscales por los hijos, mayor exención del impuesto sobre el patrimonio y quitar los impuestos sobre las propinas de los trabajadores del sector hotelero y de restaurantes, sobre las horas extras y sobre las prestaciones de la Seguridad Social.
Igualmente, planea eliminar los impuestos que pagan los estadounidenses que viven fuera del país y permitir la deducción de los impuestos estatales y locales, lo mismo que los que se pagan por los créditos automotrices.
Además, ha dicho que impondrá un arancel del 60% sobre todas importaciones que provengan de China, de 100% para los autos que se importen desde México, un arancel general de entre el 10% y el 20% sobre todas las importaciones y cobrar aranceles iguales a los que cobran sus socios comerciales en el intercambio de productos.
Todas estas medidas, ha dicho, aumentarán el empleo, protegerán la economía, incrementarán la producción y ayudarán en los ingresos de los estadounidenses.
Sin embargo, las cifras económicas entregadas por el gobierno de Joe Biden no son malas. Durante su mandato, la economía creció, se generó empleo constantemente (16.2 millones de puestos de trabajo en tres años y medio), la tasa de desempleo se ubica en 4.1% y la inflación está bajando, según datos entregados por la Reserva Federal.
A pesar de este panorama, los estadounidenses enfrentan precios altos, en parte por la falta de control de precios y la libertad con la que algunos monopolios operan en el mercado, además de tener que lidiar con créditos costosos por las altas tasas de interés.
La propuesta de Harris en materia económica incluye elevar el impuesto de sociedades del 21% al 28%, aumentar las tasas impositivas sobre los beneficios de las empresas estadounidenses que operan en el extranjero y la recompra de acciones. También planea crear un impuesto para los multimillonarios y aumentar el tributo del 20% al 28% sobre las ganancias que obtienen los más ricos con sus operaciones de capital.
La candidata demócrata también propone ampliar el crédito fiscal por hijos y eliminar los impuestos sobre propinas.
En comercio exterior, Harris aplicaría aranceles específicos que impidan el daño a ciertos sectores y empleos por el ingreso de productos baratos, y mantendría la política de inversiones en sectores estratégicos que implementó Biden, como la del automóvil, inteligencia artificial, energía limpia, fabricación de semiconductores y las industrias del acero y el hierro, entre otras.
En cuanto a cambio climático y uso de combustibles fósiles, los dos candidatos difieren completamente. Mientras que Harris impulsará las energías renovables y continuará con sus programas para la reducción de los gases de efecto invernadero, Trump planea una mayor explotación de los recursos fósiles con la perforación y extracción de más pozos petroleros, además de una reducción de los precios del gas.
En otros temas, las propuestas de los dos candidatos son parecidas. En salud, los dos buscan mejorar la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible (Obamacare), abaratar el costo de los medicamentos que paga el sector público y aumentar la transparencia del sector salud, además de reducir el precio de algunos medicamentos con receta para los ciudadanos.
Y, en materia de seguridad, los dos defienden la posesión de armas de fuego. Trump se ha referido al tema desde el punto de vista de la salud mental y la protección de los miembros de la National Rifle Association, mientras que Harris se ha enfocado más en su antecedente como fiscal y en la restricción y permisos de las armas en lugares específicos, como en las escuelas y universidades.
Este martes 5 de noviembre serán las elecciones presidenciales en Estados Unidos y los dos candidatos llegan prácticamente empatados a la contienda: Harris con 48% de la intención de voto frente a un 47% de Trump, por lo que se centran en ganar el voto de los indecisos y de las minorías.
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