Así como se desarrolla tecnología para reducir desperdicios en la industria, ¿por qué no desarrollar tecnologías para hacer procesos sustentables y amigables a la ecología y medio ambiente?
La tecnología ya existe y se podría enfocar al bienestar del mundo y la sociedad, no usarla para promover el consumismo masivo y a elevar ingresos como se hace actualmente.
El efecto de la polémica cuarta revolución industrial, aquella que causará una disrupción en la operación de las industrias por medio de fábricas inteligentes con mayores y mejores capacidades por el uso de la máxima tecnología, es incierto; pero es un hecho que se avecina y que mejorará la relación directa con los clientes gracias a cadenas de producción mejor conectadas a la oferta y demanda.
Es por eso que como profesionistas debemos prepararnos ante el cambio, y como consumidores o clientes debemos ser conscientes que cada una de nuestras prácticas, actividades, tendencias de consumo, movilidad y preferencias serán medidas y estudiadas constantemente.
Por otro lado, la globalización posibilita que una industria vaya mucho más allá del país al que pertenece, y con esto hay dos elementos que creo son importantes considerar: el nivel de la industria y el nivel del país en que se encuentra.
Una industria líder podrá incorporarse con menor dificultad a los cambios de esta revolución preparando a su personal de manera que puedan adaptarse, pero una empresa que aún no cuenta siquiera con tecnología básica ¿cómo da ese cambio drástico si no llega ni al análisis básico de información?
Y los mismos extremos aplican para un país líder y uno en desarrollo: ¿Cómo un país en desarrollo puede llegar a tener una oportunidad en competir industrialmente? ¿De quién es responsabilidad?
Obviamente toda esta revolución digital hará nuestra vida más fácil y cómoda, pero ¿cuántas personas, realmente, se ven afectadas con lo que conlleva? Y quienes fomentamos esto, ¿qué beneficio tenemos? ¿Crear una brecha mayor entre líderes mundiales?