Basado en el libro Una habitación propia de Virginia Woolf, se llevó a cabo un diálogo con Lucinda Garza, estudiante de la Licenciatura en Letras (LLE) de la Universidad de Monterrey (UDEM) sobre La mujer en la literatura.
Garza explicó que hace varios siglos las mujeres no escribían porque eran pobres y no les enseñaban a leer, por lo que tanto leer como escribir eran lujos que las mujeres no se podían dar y esto ocasionó que el canon literario estuviera dominado por hombres.
“¿Por qué las mujeres no escriben? ¿Porque se la pasaron con la familia o tal? Claro que no, es porque no tienen dinero, no se lo pueden permitir, escribir es un lujo, para poder escribir se necesita dinero y la mujer es pobre históricamente hablando. Es una deuda histórica”, señaló Garza.
Las mujeres empezaron a leer alrededor del siglo XIX por la democratización de la lectura, atrayendo a tres tipos nuevos de lectores: la clase trabajadora, los niños y niñas, y las mujeres.
Después de retratar la historia de la participación femenina en la literatura, Lucinda invitó a los asistentes a dialogar sobre su experiencia personal con los libros y cuántas mujeres leen al año, siendo la respuesta una cifra muy baja; un comentario fue sobre los personajes femeninos escritos por hombres, y la dificultad de identificarse con tales personajes por su falta de realismo.
La charla concluyó con recomendaciones personales de Garza sobre obras contemporáneas escritas por mujeres mexicanas, como lo son quienes han sido galardonadas por su talento literario, como Brenda Navarro, Fernanda Melchor, Alaíde Ventura, entre otras, con el objetivo de dar a conocer la gran capacidad literaria de las mujeres, que hasta hoy en días son subestimadas, e invitar siempre a los participantes a leer más mujeres.