La curiosidad como característica clave de la investigación científica y la importancia de seguir ejercitando la mente en el quehacer como estudiante fueron los puntos que el doctor Román Vidal Tamayo, docente e investigador de la Universidad de Monterrey (UDEM), destacó en su ponencia titulada La serendipia dentro del proceso del descubrimiento científico.
La ponencia formó parte de las actividades de Conferencias con causa, un evento organizado por Luis Ríos, Alejandra Jaramillo, Jossué Rodríguez, Arive Maynes, Natalia Sáenz, Sebastián Quintero y Mario Mendoza, miembros de la Sociedad de Alumnos de Ingeniería Biomédica (SAIBI) de la UDEM, con el propósito de apoyar a Nicolás, un niño de 7 años que vive con un tumor cerebral; el 90% de lo recaudado será donado para apoyar con los costos de su cirugía y radioterapias, mientras que el 10% se utilizará para la donación de una prótesis.
Vidal Tamayo, profesor del Departamento de Ciencias Básicas y miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), definió el término serendipia como un descubrimiento afortunado y no planeado durante una búsqueda, aplicado en la ciencia como encontrar algo que no se buscaba pero que puede ser útil sólo cuando el investigador tenga un conocimiento amplio respecto a ciertos temas
Los mecanismos de creación de vacunas, las radiografías y la penicilina son algunos ejemplos de grandes descubrimientos que surgieron de manera inesperada a partir de otras investigaciones, pero que fueron posibles gracias a que los científicos aprovecharon la nueva información que surgió para continuar experimentando.
“Para muchas personas todas estas cosas nuevas que observan no generan información nueva (…) y para otros esta información nueva genera nuevas preguntas porque tenemos algunas cosas básicas detrás de los procesos. Si no tienes ese conocimiento previo todo lo que descubras va a ser desechado en automático. No hay ni preguntas insulsas ni conocimiento inútil, todo lo que sabemos en algún momento en la vida lo vamos a poder aprovechar”, agregó el ponente.
Vidal Tamayo lleva más de 20 años investigando el sistema nervioso y presentó una experimentación donde se modificaron genéticamente unos ratones para evaluar la participación de los genes en su sistema nervioso; gracias a su conocimiento en neurociencia pudo identificar cierta actividad cerebral que lo hicieron continuar la investigación y generar nuevos descubrimientos en el tema.
“Los científicos somos como niños, en el sentido que todo nos maravilla, y todo nos sigue impresionando y siempre queremos saber más, el ejercicio más importante que puede tener todo estudiante de ciencias es la curiosidad, siempre querer saber de dónde vienen las cosas, por insulsas que sean”, indicó el investigador.
El doctor exhortó a los asistentes a no perder la curiosidad y siempre hacer preguntas sin importar lo superficiales que puedan parecer las dudas, pues el ejercitar la mente desde la etapa estudiantil es imprescindible para generar un conocimiento amplio que dé lugar a más preguntas para resolver a través de la investigación, de lo contrario se corre el riesgo de perder la creación de aparatos nuevos, sistemas de solución de problemas o terapias nuevas que puedan ser de utilidad en el área de las ciencias de la salud.