Las tarjetas de crédito no son un fondo de emergencia ni son para endeudarse, dijo Emmanuel Cassanova, licenciado en economía y especialista en economía financiera en el taller de Finanzas Personales celebrado dentro de la primera edición de la Semana del Bienestar.
Uno de los puntos principales que abordó el ponente fue lo que él llama el Camino para las Finanzas Personales, que consta en cinco niveles que se van alcanzando poco a poco y en los que es posible retroceder y avanzar contínuamente, dependiendo de la situación financiera de cada persona.
Los cinco niveles de los que habló el exa-udem de la licenciatura en economía son: administrar bien el dinero; fondo de emergencias; eliminar la deuda mala; un retiro digno y coqueto; e invertir para el largo plazo.
Sin embargo, cabe resaltar que de estos cinco pasos, todos son aplicables a cualquiera que sea la situación financiera de cada persona, o si tiene o no muchos ingresos.
El primer paso para lograr llegar a la meta del Camino para las Finanzas Personales es definir tus metas financieras, para lo que se necesita utilizar el método SMART y de esta forma establecer objetivos específicos, medibles, alcanzables, realistas y limitados en tiempo.
“No tiene nada de malo que te apoyen tus papás, pero ellos no son tu fondo de emergencias”, señaló el también fundador de Coqueteando con tu cartera.
Así mismo, Emmanuel explicó que la forma para saber si alguien administra muy bien su dinero, no es tanto saber que aplicación móvil utiliza o el presupuesto que tiene, es más bien ver si la persona sabe decir a donde se va el 100 por ciento de su dinero, que es diferente a saber a dónde va cada centavo.
“Tienes que administrar bien el dinero para lo que quieres no para lo que la sociedad está pidiendo. Administrar bien el dinero es asignar el 100 por ciento y poner el dinero a trabajar para tus metas”, explicó Emmanuel.
Para saber cómo una persona puede vivir con finanzas sanas, se basa en tres pasos: administrar correctamente el dinero, invertirlo para hacerlo crecer y, finalmente, disfrutarlo.