Por: Redacción UDEM
La imagen idealizada y sexualizada de la mujer delgada monopoliza los espacios publicitarios y no es una tarea fácil transformar la apariencia excluyente de los estereotipos de modelos femeninos.
Pero cinco alumnas de la Universidad de Monterrey se propusieron aplicar el concepto de body positivity o positivismo corporal a una marca de lencería a través de una campaña digital para generar conciencia, aceptación y estandarización de la publicidad dentro de la sociedad regiomontana, apoyándose en modelos femeninos de apariencia y físico diverso.
En sus primeros meses, la campaña atrajo a nuevas audiencias, incrementó la actividad digital y obtuvo la aprobación de usuarias que se sintieron más identificadas con modelos de diversas apariencias, indicó Nallely Edith García Náñez, una de las alumnas que participó en el proyecto.
“Lo que quisimos es ser honestas con la imagen de la mujer, sin filtros y sin ediciones; quisimos erradicar el estereotipo que muestran todas las marcas”, agregó.
El resto de equipo estudiantil son Andrea Doviara de la Rosa Núñez, Angélica Anaya García, Bárbara Sanmiguel Mayen y Linda Estephanie Martínez Salas, quienes presentaron una investigación que incluyó una campaña digital para una marca de lencería, como Proyecto de Evaluación Final para graduarse de la Licenciatura en Ciencias de la Información y Comunicación, en el semestre de Primavera 2022.
Con la asesoría de Lorena González Garza, profesora de la Escuela de Educación y Humanidades, las alumnas abordaron el proyecto como una agencia de publicidad, elaborando desde el diagnóstico del cliente y el producto a partir de un brief publicitario, hasta una propuesta de valor con un plan para sus redes sociales.
Asimismo, el equipo generó los contenidos digitales, como la producción de imágenes y videos de calidad profesional para un plan de medios de tres meses de duración, bajo la campaña que lleva el nombre de Amorfiá.
Según las conclusiones del estudio, se logró mejorar la apariencia visual de las redes sociales de la marca, mientras que los mensajes de la campaña en captions y diseños reflejan un mensaje comunicacional claro y positivo para las clientas, promoviendo el amor propio, la comodidad y seguridad exitosamente; mientras logran generar un sentido de profesionalismo, seriedad, sobriedad y confianza.
García Náñez agregó que no se editaron los cuerpos de las modelos femeninas, porque descubrieron que eso atraía a más clientas, ya que se sentían más identificadas con el cuerpo y eso hacía que se sintieran más seguras.
“Mucha gente sexualiza la lencería, pero esta también es para sentirse cómoda y segura de sí misma; de hecho, la clienta quería erradicar que sexualizaran la lencería”, aseguró.
Durante la investigación, las alumnas encontraron que algunos autores concluían que, aunque fueran productos para la mujer, ellas necesitaban la aprobación de hombres, “entonces, también quisimos quitar esos estereotipos de una modelo superdelgada, aunque también hay cuerpos así, por eso incluimos cuerpos diversos”.
Para las alumnas, los alcances de la prueba piloto del estudio sobrepasaron el porcentaje de aprobación estimado que se tenía contemplado, lo que demuestra el éxito de la campaña ante la percepción de su público femenino e, incluso, masculino.
Previo a la campaña, la empresa de lencería recibía entre 10 y 35 likes para cada publicación, pero en el primer post de la campaña llegó a casi 200 en Facebook y en Instagram pasó de los cien.
Además, en la primera semana del piloto de la campaña, según Nallely Edith, todos fueron comentarios positivos, no recibieron ninguno negativo, y muchos en relación a sentirse muy identificadas, sobre todo en comparación con la publicidad de otras marcas, y que les había gustado el cambio.
POSITIVISMO CORPORAL NECESARIO
En la investigación, el grupo estudiantil define que el contenido body positivity con cuerpos diversos en las redes sociales “busca retar las formas tradicionales de hacer publicidad con cuerpos idealizados para generar una aceptación y apreciación de todo tipo de cuerpos, dignos de ser llamados bellos y aptos para ser publicitados”.
El estudio confirma que las mujeres adoptan ideales de apariencia poco realista que los medios perpetúan a través de campañas publicitarias, lo que resulta en una insatisfacción con sus propios cuerpos, que incluso pueden derivar en trastornos alimenticios.
Las alumnas de la UDEM destacaron el proyecto como de “alta relevancia”, porque son pocas las marcas de lencería mexicanas que promueven la representación inclusiva y real de los cuerpos femeninos en sus productos.
En Nuevo León, como se expone en el texto académico, son escasas las campañas publicitarias que fomenten cuerpos diversos en donde se exponga la verdadera figura y belleza de una mujer sin retoques y efectos.
“Es necesario que se le brinde a las mujeres mexicanas una cultura sana y positiva sobre la correcta representación de cuerpos reales, así como también la oportunidad de sentirse identificadas y representadas de maneras positivas, reales y conscientes en todo tipo de marcas de moda y, en específico, de lencería, por ser una parte indispensable de la vestimenta del día a día”, concluyen.