La discriminación: ¿un término en disputa?


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Por: David Salinas

Hace aproximadamente un mes, Elon Musk dijo en X –lo que conocíamos hasta el domingo como Twitter– que la plataforma consideraría a la palabra “cis”, en referencia a la palabra “cisgénero” –adjetivo que describe a personas que no son transgénero– como un slur.

Las palabras reciben la categorización de slur cuando se utilizan como término despectivo para referirse a un grupo particular de personas marginadas. Su uso implica una relación de poder y se implementa para afianzar el dominio de un actor a otro. Tomando esto en cuenta, ¿por qué declararía Musk que una palabra utilizada para describir lo opuesto a un grupo históricamente marginado entra en esa categoría? Y, sobre todo, ¿por qué hay personas que están de acuerdo con él en las respuestas a ese tuit?

Musk afirma que la palabra “cis” es utilizada como discurso de odio porque dice haber recibido acoso con esta palabra. El problema aquí es que el acoso, la discriminación y el discurso de odio son cosas distintas, y algunas personas confunden el recibir comentarios críticos (sean o no dichos de forma maliciosa) con la censura o la opresión.

Cuando se niega la existencia de la opresión sistemática e institucionalizada, la discriminación se convierte en la recepción de comentarios negativos y de tratos irrespetuosos o injustos hacia un grupo por alguna característica o identidad particular. Este pensamiento da pie a malos entendidos en los que grupos dominantes creen sufrir “discriminación inversa”, equiparando el impacto que tienen los discursos, actitudes y comportamientos negativos dirigidos a un grupo marginado y los dirigidos a un grupo dominante.

Aquí es donde surge una falsa doble moral, porque claro, si eliminamos el contexto, hay acciones que en papel parecen iguales pero que en realidad no lo son. Pongámoslo así: si lanzamos dos objetos contra el piso, uno de vidrio y otro de metal, con la misma fuerza, los efectos que este mismo golpe tendrá sobre estos objetos serán muy distintos. Cada material tiene características que lo hacen más o menos resistente al impacto. En este caso, es probable que el objeto de metal se abolle y el de vidrio se rompa. Volviendo a la discriminación, las características que hacen a los grupos resistentes o vulnerables están conectadas a contextos históricos, políticos, económicos, sociales, culturales, entre otros.

Twitter es una plataforma conocida por su moderación de contenido laxa, y esto la ha convertido en el lugar donde la gente expresa sus opiniones más cuestionables sin miedo a la suspensión de sus cuentas. Esto provoca que exista mucho discurso de odio en la plataforma, al mismo tiempo que permite que las personas que reciben esos comentarios respondan de manera directa y relativamente segura, a diferencia de si hicieran esto en una situación similar en persona.

Es verdad que existe mucho acoso en Twitter, y no dudo que Musk lo haya recibido, pero el hecho de que las personas que él afirma que lo están acosando utilicen esa palabra para describirlo da a entender que lo hacen en respuesta a comentarios transfóbicos. No hace falta mucha investigación para encontrar estos comentarios en la cuenta de Musk. El problema en este caso sería el supuesto acoso, no el hecho de que usen la palabra “cisgénero”. Ignorar la razón por la cual recibió esa respuesta y prohibir (o por lo menos moderar) el uso de esa palabra no hace nada para mejorar la situación, lo único que hace es proteger a quienes difunden contenido transfóbico de la crítica y censurar las conversaciones educativas sobre las experiencias de un grupo poco comprendido.

Es alarmante que el líder de una plataforma tan relevante en la discusión pública tome este tipo de decisiones. Su versión de la libertad de expresión “absoluta” implica la posibilidad de hacer comentarios que promueven la discriminación con inmunidad, ya que la crítica de estas posturas es considerada censura, silenciamiento, e incluso violencia. Por otro lado, quienes reciben los comentarios discriminatorios viven las consecuencias en su día a día. Estados Unidos, tan solo en este año, ha introducido una cantidad récord de leyes que buscan limitar el acceso que las personas transgénero tienen a cosas básicas como la salud, la educación, el deporte, y la posibilidad de existir en espacios públicos. Los discursos que se han utilizado para justificar estas decisiones son los mismos que comparte Musk.

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