Mujeres en la política: ¿hacia dónde vamos?
“No llegó sola, llegamos todas”, declaró Claudia Sheinbaum en su discurso este 1 de octubre de 2024. La fecha es histórica. Tras 200 años de que el país tuvo a su primer presidente, el Poder Ejecutivo será presidido por primera vez por una mujer. El hecho impulsa la representación equitativa en la política mexicana.
En su discurso, Sheinbaum dedicó unas palabras a las mujeres anónimas: “que lucharon por sus sueños y lo lograron, y a las que no lo lograron, a las que han tenido que callar y gritar a solas, a las indígenas, a las trabajadoras del hogar, a las bisabuelas que no aprendieron a leer y a escribir porque eso no era cosa de niñas, a las madres que primero nos dieron la vida y luego todo lo demás, las hermanas, las tías, las hijas hermosas. No llego sola, llegamos todas. Hoy llegan todas ellas, que nos pensaron libres y felices”.
Con la toma de protesta de Sheinbaum, en este momento hay oficialmente 30 jefas de gobierno y presidentas a nivel mundial, según ONU Womens (2024). Un número que, si bien no es reflejo de equidad puesto que la cantidad de hombres en dicho cargos es mucho mayor, sí constituye una prueba de que la participación política y la representación de las mujeres ha progresado.
Así mismo, México se posiciona por delante de varios países en cuanto a porcentaje de participación de las mujeres en el parlamento nacional. De acuerdo con la ONU Womens (2024), nuestro país cuenta con un 50% de legisladoras en una lista donde solo seis países cuentan con un porcentaje igual o mayor: Rwanda (61%), Cuba (56%), Nicaragua (54%), Andorra (50%), Nueva Zelanda (50%) y Emiratos Árabes Unidos (50%).
El libro La representación política de las mujeres en México de Flavia Freidenberg (2017) muestra que hubo un incremento de la participación de la mujer en los congresos estatales en 30 de los 32 estados desde el periodo 1995-1998 al periodo 2015-2018, siendo Chiapas la entidad con un mayor porcentaje de crecimiento al alcanzar 55% más de mujeres legisladoras; le siguen Querétaro (44%), Baja California Sur (40%), Guanajuato (36%) y Chihuahua (35%). Este cambio se vio impulsado por las cuotas y la paridad de género que se promovieron en 2014, las cuales exigieron una representación equitativa en los poderes legislativos de hombres y mujeres.
Sin embargo, aun con las leyes que buscan equidad en representación política, no se puede afirmar que el hecho de tener mujeres al mando traerá o asegurará un cambio inmediato, pues nosotras todavía enfrentamos obstáculos debido al contexto patriarcal y la cultura en México que incentiva el machismo.
Prueba de lo anterior es el artículo “Un estudio para comprender la representación política de las mujeres en México” de la catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM Karolina Gilas (2023). Su investigación muestra cómo algunos estados han encontrado la manera de evadir la ley con las llamadas «Juanitas»: candidatas que, luego de acceder a su cargo, ceden sus puestos a hombres. La igualdad ante la ley no siempre es igualdad real.
Claudia Sheinbaum ha propuesto que para sus mañaneras habrá secciones. Una de estas será: “Mujeres en la historia”, con la intención de visibilizar los esfuerzos de las mujeres a lo largo de los años y de cierto modo sensibilizar a los ciudadanos. Este jueves 3 de octubre comenzó con María Josefa Martínez Navarrete.
Con el crecimiento del porcentaje de las mujeres en la política, las activistas y los movimientos sociales, es probable que cada vez nos acerquemos más al cambio que México necesita. No obstante, considero que aún queda mucho camino por construir hacia la equidad. Hablamos de la transformación de una estructura social y una cultura.
Los jóvenes tendremos que jugar un rol en esta transformación del futuro. Concluyo con una cita de Melissa Deckman, de su libro The Politics of Gen Z: How the Youngest Voters Will Shape Our Democracy (por su traducción: La política de la generación Z: cómo los votantes más jóvenes darán forma a nuestra democracia): “Las mujeres jóvenes… se niegan a quedarse sentados pasivamente al margen mientras ven que sus derechos, su vida y el futuro del mundo están siendo amenazados… Su activismo probablemente nos guíe hacia un cambio progresista en la política en los siguientes años”.
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