Deportaciones masivas ponen en riesgo la integridad de los migrantes
Por: Agencia Informativa UDEM
Los migrantes que son devueltos por la frontera norte de México están expuestos a varios riesgos que pueden poner en peligro su vida y su integridad, alertó el experto en derechos sociales de las personas migrantes Philippe Stoesslé.
«Quedarse estancados en la frontera, bien porque no pudieron tener una cita para la solicitud de asilo en Estados Unidos o porque el vecino país los deporta es humanamente muy difícil para estas personas y esta vulnerabilidad se convierte en una buena oportunidad para que las redes del crimen organizado cometan secuestros, extorsiones o, incluso, cosas peores», afirmó Stoesslé durante su participación en el panel La era Trump 2.0, implicaciones para América Latina y México, organizado por el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Monterrey y su Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
La situación de riesgo humanitario para los migrantes escaló después del lunes 20 de enero, luego de la toma se posesión de Donald Trump, quien asumió su segundo periodo presidencial con una lista de medidas y órdenes ejecutivas que firmó ese mismo día para, entre otras cosas, expulsar de Estados Unidos a millones de migrantes en situación irregular y reforzar la seguridad de su país.
En la mañana del 20 de enero, el nuevo gobierno inhabilitó la aplicación fronteriza CBP One que permitía a los migrantes solicitar asilo y entrar legalmente a Estados Unidos. La app dejó de funcionar y todas las citas que ya estaban programadas fueron canceladas, por lo que miles de migrantes quedaron estancados en la frontera norte de México.
«Estas personas se convierten en un blanco fácil, incluso para algunas autoridades mexicanas, que también los extorsionan», agregó Stoesslé, quien cuestionó el hecho de que las citas en la aplicación hubieran sido canceladas de repente, después de que las personas, incluso familias enteras, obedecieron las instrucciones de Estados Unidos y siguieron las vías legales de ingreso a ese país y para lo cual tuvieron que esperar meses o, incluso, años.
El paquete de medidas de control migratorio para frenar la entrada irregular de personas a Estados Unidos y el endurecimiento de las políticas fronterizas anunciado por la Administración Trump incluye, además del cierre de la aplicación CBP One, la declaratoria de una emergencia nacional en la frontera con México, el despliegue del ejército en esa zona, la construcción de lo que falta del muro fronterizo, detenciones y deportaciones inmediatas, la declaración de los grupos criminales mexicanos como terroristas, la intención manifiesta de ponerle fin a la ciudadanía por nacimiento y el restablecimiento del programa «Quédate en México», según el cual los migrantes deben permanecer en México mientras las autoridades estadounidenses autorizan su entrada legal a ese país.
En cuanto a las deportaciones masivas anunciadas por Trump, Stoesslé dijo que desde el mismo lunes en que se posesionó comenzaron a recrudecerse, incluso las deportaciones en caliente, es decir, personas que son detenidas y ese mismo día o al siguiente son devueltas a México.
«Las deportaciones no son algo nuevo y, de hecho, Barack Obama deportó en su administración a mucha más gente que Joe Biden o Trump. Sin embargo, lo que los distingue es que Biden y Obama deportaban a personas que llevaban menos de 30 días en el país y a quienes ya tenían una orden o un récord criminal, principalmente, pero Trump quiere deportar a personas que ya han hecho una vida en Estados Unidos y ordenó ir a buscarlos y arrestarlos, incluso a los lugares santuario, es decir, a iglesias, hospitales y escuelas«, explicó Stoesslé durante el panel, en el que también participaron los profesores del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Monterrey Melissa Ávila, Gabriela Cantú Ramos y Jason Weidner.
«Todas estas políticas y medidas que se están implementando van en contra de las libertades individuales y del derecho a la protección internacional», afirmó Stoesslé, quien es sociólogo, investigador y maestro en las carreras de Relaciones Internacionales y Ciencia Política y Gobernanza de la Universidad de Monterrey.
Según datos del Departamento de Seguridad Nacional, bajo los dos gobiernos del demócrata Barack Obama se registró el mayor número de deportaciones, con más de 3.1 millones de inmigrantes indocumentados expulsados de Estados Unidos. Trump en su primer mandato (2017-2021) deportó a 1.2 millones de personas y Biden a 730 mil.
Entre el lunes 20 y el domingo 26 de enero llegaron a México, en cuatro vuelos, 4 mil 94 personas deportadas, la mayoría de ellos mexicanos, informó este lunes 27 de enero la presidenta Claudia Sheinbaum, aunque aclaró que esta cifra no refleja un incremento significativo en el número de deportaciones en relación con otros eventos de esta clase.
En esta primera semana, el nuevo gobierno de Trump también envió vuelos con personas deportadas a Guatemala (265), Brasil (88) y Colombia (201).
Stoesslé recordó que, de darse las deportaciones masivas, los retos sociales para México son muchos y que se necesitará tanto de una política pública muy bien diseñada como del apoyo y la empatía de la sociedad civil para no discriminar ni rechazar y, al contrario, trabajar en la inclusión de los mexicanos repatriados.
«Un reto también enorme es la niñez. Los niños que regresen a México hablarán mejor el inglés que el español y nuestras escuelas no están preparadas para darles la educación adecuada», afirmó.
Se necesita, dijo, una política integral, que vaya más allá de la recepción de emergencia de las personas repatriadas y trabajar en entender y resolver sus necesidades jurídicas, administrativas, culturales y psicoemocionales para facilitar su reincorporación a su país y a su sociedad.
Comercio internacional, América Latina y democracia
Jason Weidner, experto en economía política global, afirmó que Trump ha intensificado las tensiones comerciales a nivel mundial con sus anuncios de imponer aranceles a productos de diferentes países que ingresen al mercado estadounidense, lo cual “aumenta la incertidumbre en el comercio internacional y, especialmente, en el mercado regional”.
A juicio de Weidner, con la llegada de Trump al poder, “México tiene un problema muy grande, pues en las últimas décadas puso gran parte de su comercio en el mercado estadounidense y ahora se está revelando lo riesgosa que fue esa estrategia para el desarrollo nacional”.
El especialista no ve claro que una mayor alianza de México con Canadá o China sean la solución para el país, pero sí recomienda que México emprenda la búsqueda de un modelo de desarrollo en el que no dependa tanto de su relación económica con Estados Unidos.
“Con su discurso, Trump logró introducir mucha incertidumbre en el tratado de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México (T-MEC) y cualquier arancel que imponga a los productos del país va a afectar a las empresas y al mercado”, aseguró el experto y le recomendó a México prepararse para este escenario y buscar nuevas opciones comerciales.
Melissa Ávila, experta en temas sobre América Latina, Relaciones Internacionales y Geografía política, dijo que la región, en especial ciertos países, se van a enfrentar a desafíos en su relación con Estados Unidos por su cercanía con China, como República Dominicana que, desde 2018, rompió relaciones con Taiwán y se asoció con China, y Panamá, país al que Trump acusa de prestar su Canal para beneficio del gigante asiático.
“Me parece que Donald Trump ha dado señales de que centrará su atención en América Latina como parte de su nueva política exterior, lo cual no ha sucedido en décadas y lo hace de una manera muy particular, en temas como seguridad, migración, comercio y drogas, los cuales están en el centro de su agenda”, señaló Ávila.
Además, agregó, países como Venezuela, Cuba y Nicaragua, además de México, serán prioritarios en la agenda política de Trump.
A nivel interno, Ávila dijo que uno de los retos a los que el nuevo gobierno de Trump se va a enfrentar es a la respuesta de los movimientos sociales que se va a dar en Estados Unidos.
Tras afirmar que con la llegada de Trump al poder, tanto al interior de los Estados Unidos como al exterior, se vive un ambiente polarizante, la experta en Ciencia Política y Democracia Gabriela Cantú Ramos afirmó durante el panel que Estados Unidos estaría viviendo un retroceso democrático, a nivel global y doméstico, luego de la salida del país de acuerdos y organizaciones internacionales, como su retirada del Acuerdo de París, un tratado internacional sobre el cambio climático, y de la Organización Mundial de la Salud.
“En su discurso se puede ver que hay un claro énfasis en que cada acción que se emprenda debe ser en el interés de los Estados Unidos sin importar el impacto global que pueden tener estas acciones o el mensaje que transmiten sobre el rol de Estados Unidos en la comunidad internacional”, afirmó Cantú.
Y, retomando a Thomas Carothers, director de Carnegie Endowment for International Peace, Cantú dijo que había una clara inclinación a alejar a Estados Unidos del amplio compromiso de apoyar activamente el avance global de la democracia, algo que había sido una prioridad para los anteriores presidentes, demócratas y republicanos, centrándose ahora en los intereses de Estados Unidos, lo cual, afirmó, contribuirá a debilitar la propia democracia americana.
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