Emprender es vender sabalitos para luchar hasta tener tu propio negocio, así como batallar por una beca escolar y realizar proyectos sociales, aún cuando tus padres no te permite estudiar.
Estas fueron algunas anécdotas compartidas por Esteban Íñigo, director de Alimentos Onnae y creador de Ekora y Marisol González, alumna UDEM y directora de la fundación Hagamos la Diferencia, en el Panel de Emprendimiento en un Contexto Global que se llevó a cabo en el teatro del CCU, durante la 11va edición de la semana del Camino a la Sostenibilidad.
De acuerdo a Íñigo y a González ser emprendedor no consiste en esperar el momento ideal para efectuar una idea ni tener éxito de un día para otro, sólo se debe de luchar por lo que creemos sin importar los obstáculos.
El evento también se contó con la participación de Eduardo Vásquez, director del Departamento de Inteligencia Económica y Mercados de Harbor Intelligence y Tania Arrambide, directora de la fundación Por un Mundo con Latidos, quienes también expusieron sus experiencias con respecto al emprendimiento.
Según Arrambide los emprendimientos sociales no sólo deben ser de caridad porque la resolución de problemas sociales es muy compleja, requiere de innovación y para mantener nuestro ímpetu frente a situaciones complicadas, es necesario encontrar algo que nos apasione y comprometernos a lograr el propósito elegido.
«Para fomentar el desarrollo de la comunidad es crucial que las empresas practiquen el emprendimiento social, que consiste en saber cómo ayudo a que mis clientes y mis trabajadores crezcan económicamente pero también personalmente, con esta visión somos socialmente responsables”, finalizó Vásquez.