A quien corresponda:
Me preguntan cómo me siento. Tengo 23 años, estoy a pocos días de graduarme de la Universidad y una que otra persona me han preguntado cómo me siento, cómo estoy y ahora, me pregunto, ¿cómo es que me siento?
Siento que todo es efímero, que estos cinco años no pasaron, que fueron como un golpe que te agarra desprevenida, siento que nunca existirá el tiempo perfecto para despedirte de etapas y personas que te marcan, que te hacen lo que eres, que te vieron crecer, llorar, errar, sufrir, reír y disfrutar.
Siento que estos cinco años no existieron, que aún estoy en secundaria o prepa, me acuerdo como si fuera ayer (espérame, ¿hace cuánto fue?). Siento que cada vez más me voy dando cuenta que madurar es para las frutas y aprender, de personas; que nada es seguro. Siento miedo de llegar a la recta final y decir: ahora qué, ¿hice la elección correcta? ¿de verdad lo hice bien?.
Siento espasmos en mi corazón, vuelquitos de felicidad y tristeza; taquicardia, nostalgia; popurrí de emociones que tal vez no me atreva a confesar o tal vez no pueda describir.
Siento que te tengo que decir que no lo eches a perder con pensamientos tontos, que lo disfrutes y, si algo sale mal, agradece, porque a lo mejor y después no tendrás oportunidad de “regarla” tanto… la experiencia es esencial, aprende de ella, haz y deshaz. Y neta pon atención en clase a cualquier cosa, importante o no, te vas a acordar que lo escuchaste en el salón, por ejemplo: ubicuidad.
Siento que te tengo que decir que des lo mejor de ti, no te compares con los demás, la felicidad no está en la perfección, (¿qué es eso?: ser multiusos, el cuadro de honor) quién puede asegurar que el éxito está a través de eso… no sabemos, tal vez no existe y si sí, es echándole ganas, no conformarse, ofrecer tu máximo, haciendo lo que te gusta. Si sabes qué es lo mejor de ti y lo has dado, no hay más ni mejor satisfacción.
Siento que tienes que aprovechar el momento en el que vives ahora porque es posible que va a construir y ser parte de tu futuro, pero eso, sí no tampoco te adelantes al qué pasará, vive hoy. Nunca dudes en preguntar, en arriesgarte a conocer nuevas personas, nuevos conflictos, nuevas soluciones, nuevos resultados y nuevas historias.
Sí, ya estás grandecito y lamentablemente aplica cada vez menos el “ups estoy chav@, no sabía lo que hacía”. Ya soy, ya eres y somos; todo aquello que tus papás (y a veces los profesores) te enseñaron aprovéchalo, pero siempre conservando los valores que representan la esencia y autenticidad de tu persona, encuéntrate. Lo que no te gusta déjalo a un lado.
¡Ánimo! Es tu momento y es mi consejo, tómalo o déjalo. Y sí, ya sé, ya sé que, qué cursi pero tenía que aprovechar mis últimos cinco minutos de “fama” (que por fin me atreví a usar, sin pena) para decirte todo esto. Bienvenido a tu vida.
Respira hondo, cierra los ojos y…