Con las nuevas tecnologías, todos somos vulnerables a ser viralizados , señalados y juzgados por una sociedad anónima, oportunista y con una moralidad superficial, porque ahora resulta que nadie lo compartió, pero todos lo vimos.
La revolución tecnológica y de redes sociales han provocado, entre otros fenómenos, la grabación y difusión de videos que atraen la atención de la gente a través del morbo que rodea al acto que se trata de exhibir o denunciar.
El video de Los Tacos Orinoco fue titulado como un acto inmoral por los medios de comunicación; a partir de ahí surgieron varias preguntas: ¿Cómo calificar un acto moral o inmoral?, ¿por qué se ve más afectada la imagen de la mujer?, ¿vivimos hoy una crisis de privacidad?, ¿tiene alguna influencia la falta de educación sexual?, ¿debe ser controlado el contenido en las redes sociales para la protección de la privacidad?, ¿de qué forma la responsabilidad se generaliza?
Luis Eugenio Espinosa, catedrático del departamento de Educación y Humanidades de la UDEM, indicó que para valorar un suceso como moral o inmoral, se tiene que analizar al acto en sí, si es bueno, malo o indiferente, cuáles son los motivos y evaluarlos; si la motivación no es buena, la acción comunicativa tampoco lo sería; por otro lado es necesario analizar la zona circunstancial, en este caso, aunque el motivo pueda considerarse como bueno, la circunstancia podría convertir esta acción en inmoral.
El teólogo agregó que respecto a la exhibición en redes sociales, se deben tomar en cuenta los motivos por los cuales la persona está compartiendo dicho contenido, si no es para un bien común, se puede llegar a caer en morbo y considerarse un acto inmoral al tener como intención juzgar o burlarse de los implicados.
“Compartirlo es para mi gusto, alimentar un morbo, no veo una acción en la que el acto comunicativo tuvo alguna intención de ser justo, aleccionador, las redes sociales son tan rápidas que no saca lo más inteligente de ti, lo más moral de ti, saca lo visceral, el morbo, la moralina”.
Jesús Castillo, el Presidente de la Asociación de Psicólogos de Monterrey, dijo que en este acto “circense” todos estamos implicados porque existe la posibilidad de caer en una exacerbación sexual y una falta de control de impulsos, así mismo puso énfasis en la videograbación y difusión en redes sociales.
“Todos estamos siendo vigilados por todos, y no existe un enfoque claro sobre los límites de lo permitido. Si yo grabo a alguien en una situación indebida, al publicarlo estoy haciendo un acto sádico, el morbo mío pasa a ser casi una conducta delictiva, en donde no importan las consecuencias para el otro, lo hago por diversión, curiosidad o protagonismo por salir en las redes; sin embargo, las consecuencias no son tan de juego”.
Uno de los motivos de la publicación de estos videos es burlarse de los demás a través de memes, lo que de acuerdo con el especialista en Psicología Social, representa una liberación del estrés, miedo y ansiedad que causa un acto de esta estirpe.
Y ella… fue la señalada
Una de las repercusiones de la viralización del video fue la distinción en el juicio social que señaló como responsable de la conducta sexual a la mujer, esto proviene del machismo presente en una pauta educativa, la cual no exenta a otras mujeres, quienes también formaron parte de las burlas emitidas en las redes sociales.
“Hablamos mucho de equidad, de igualdad de género, pero tenemos una pauta cultural muy arraigada de que el hombre es el bueno, la mujer es la mala”.
Anabella Sánchez Martínez, especialista en Desarrollo Cognitivo, opinó que por haber sido un acto cometido por dos personas, el juicio debería ser equitativo, pero en nuestra cultura judío-cristiana la sexualidad del hombre está bien, el problema es la mujer, quien debe guardarse hasta el matrimonio.
“Este video tenía que ser viral porque hablaba de sexo, y claro que teníamos que satanizarla, ya que rompe las costumbres judío-cristianas de la mujer virtuosa, pero ¿por qué la atacan otras mujeres? Porque en su defensa, rechazar lo malo, las hace mejores personas”.
Espinosa agregó que no sólo se percibe un mundo machista que trata de proteger al hombre, sino un machismo en las mujeres donde se trata de eliminar a la competencia, sin ningún tipo de solidaridad.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar de embarazos en adolescentes; sin embargo la sexualidad continúa siendo un tabú, la comunicación entre padres e hijos sobre el tema es prácticamente nula y a través del internet, hoy en día, los jóvenes reciben la mayor parte de la información.
“Cuando los jóvenes no tienen acceso por vía oficial a información sobre sexualidad, ellos van a buscarla. Si la familia no está hablando del tema, si la escuela tampoco lo aborda, las redes sociales van a ser su primer contacto y el problema de éstas es que no tienen un marco de referencia, hay una libertad absoluta que tiene mayor repercusión cuando existe ignorancia, la cual facilita la manipulación”, aseveró Sánchez.
Redes sociales, un vacío legal
Samuel Hiram Ramírez Mejía, aseguró que no existe ninguna regulación a cualquier nivel constitucional que prohíba a las personas usar sus celulares para grabar y difundir el contenido en redes sociales, tampoco existe una violación a los derechos humanos de la pareja, a pesar de la corriente que indica que las personas privadas también pueden violar los derechos de otras.
“No hay una legislación específica que prohíba algo a las redes sociales y hay que tener cuidado porque en las redes, un principio de definición es la libertad, entonces la regulación en esto es complejo”.
La viralización de información y las reacciones que suscita fungen como espejo de un sociedad que no es consciente de la trascendencia que pueden tener sus actos, en tiempos donde nos encontramos rodeados de testigos y difusores de nuestra cotidianidad.