Los medicamentos y procedimientos curativos del Siglo XIX en el noroeste del país, es el tema principal del libro Hospital de Pobres Nuestra señora del Rosario de Monterrey, de José Antonio Portillo Valadez.
En su publicación, el autor rememora uno de los procedimientos aplicados sobre un niño indígena para tratar un caso severo de lombrices intestinales que consistió en colocar una tortuga sin caparazón diseccionada sobre el estómago del pequeño.
Además, se narran los aspectos de administración financiera del hospital y las epidemias combatidas durante diferentes años a lo largo de la historia del hospital.
Durante la presentación, Portillo criticó cómo la salud pasó a ser un negocio en vez de un acto de misericordia y el mal trato que reciben las personas de bajos recursos en los hospitales.
“Si el pobre tiene el dinero lo deposita, y si no, no es atendido. La separación de la iglesia y el estado en la constitución no permitió que se continuaran las prácticas de servicio y misericordia con los necesitados. La iglesia no solo atendía a los enfermos, también de comer y los bañaba.”, agregó.
El escritor agrega en su libro que los pobres no tenían una obligación financiera, el dinero y los recursos utilizados para el hospital provenían directamente de los diezmos recolectados, así como ventas de jabones; al final eran los obispos quienes pagaban las necesidades, incluyendo entierros.