Sam Smith se aseguró que 13 mil 500 espectadores dejaran a un lado cualquier problema, preocupación, dolor o desamor en la puerta de entrada de la Arena Monterrey para dedicarse a bailar y cantar cada una de las canciones que presentó en el The Thill Of It All Tour.
Smith, quien visita por primera vez Monterrey, recibió al público con Burning, One Last Song, y I’m Not the Only One; además, les pidió que disfrutaran el momento que estarían a punto de vivir.
“Mi equipo y yo aterrizamos hoy, han pasado 3 años desde el show en Ciudad de México, fue mi favorito; pero pronto terminará la gira, por lo que les pido que dejen todos los problemas en la puerta principal, hoy se trata de bailar y cantar”, invitó.
En un escenario con tarimas móviles, músicos en cada piso y videos en blanco y negro que combinaban con un juego de luces en dorado, el cantante y compositor agradeció en más de una ocasión todo el cariño que recibió por parte de sus fans.
Los temas más aclamados por sus seguidores fueron Lay Me Down, Omen, Writing On The Wall, Latch, Like I Can, y Money On My Mind, que puso a bailar a todos los regios.
El británico recordó los últimos 5 años de su carrera y como en este tiempo ha conocido a personas increíbles, por lo que pidió un aplauso para cada uno de los músicos que lo acompañaban en su espectáculo.
Durante Baby, You Make Me Crazy, Smith abandonó el escenario por unos momentos para que sus coristas tomaron el protagonismo, y minutos después regresó con Say It First y One Day At A Time, donde aprovechó para mandar un mensaje: “love is love”.
Too Good at Goodbyes parecía ser su canción de despedida, sin embargo regresó para cantar Palace, Stay With Me, que incluía pequeños recortes de papel rojo en forma de corazón que cayeron sobre los asistentes; y Pray, con la cual terminó su concierto.
“Muchas gracias Monterrey, ha sido el mejor concierto que hemos tenido, que tengan un buen regreso a casa, espero verlos pronto”, concluyó.
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