Desde temprano en la mañana se sentía la vibra; había algo distinto en la UDEM. El sound check generaba ansiedad e intriga dentro de las aulas. Uno más pero, al mismo tiempo, distinto. Este sería, con toda seguridad, el más importante hasta la fecha: el Día Amarillo del 50 aniversario.
Al ingresar nos cubrió una sombra proporcionada por el espacio del mercadito UDEM, conformado a partir de una estructura rústica y acogedora, en donde se invitaba a todos los asistentes a acercarse, conocer y comprar productos y comida producidos por alumnos emprendedores. En todos los casos, las ventas tenían como propósito recaudar fondos para ayudar a asociaciones de beneficencia que atienden causas diversas: desde ecología hasta salud.
Al continuar con el recorrido, observamos espacios recreacionales que trajeron los patrocinadores del evento. Un laser tag con gran utilería, una pequeña cancha de futbol para dos participantes y una máquina de baile, de esas que se encuentran en los centros comerciales. Incluso hubo juegos de sorteo, como la pinza humana y un cornhole. Una auténtica mini feria. Infancia a tope.
Un olor a comida frita llenó nuestra nariz. Eran Foodtrucks de cadenas reconocidas: Dávila’s, Holly Cow y Famous Fries, algunas de ellas. La gran variedad de comida permitió a los asistentes disfrutar de distintos sabores, aromas y antojos artesanales (churros, paletas de nieva y aguas frescas), que reflejaron su éxito en las grandes filas que causaron.
Nos percatamos de un peculiar espacio donde, misteriosamente, la estruendosa energía del evento no llegaba, había silencio, mas no calma. Era la Silent Party, un pequeño escenario apartado del principal, donde diferentes DJ’s tocaron música que podía escucharse únicamente al portar audífonos inalámbricos. Los asistentes eligían al DJ de su preferencia y bailaban al son de la música, cada quien con su peculiar estilo.
La tarde siguió; cada vez más y más invitados llegaban a convivir y pasar el rato escuchando a los artistas exponentes. La masa creció y creció mientras el sol se ocultaba. La tarde tomó fuerza con la estruendosa guitarra de Cabaña 25 y Los Insurgentes estremecieron con sus guitarras y la voz de Diego Garza, cantante del grupo.
Caztro salió al escenario y le mostró a todos que tiene un no sé qué, y se emocionaron no sé cómo, mientras les cantaba a no sé cuántos. Y a la mitad de su show aprovechó para presentar su nuevo sencillo: Un poquito de amor, que fue bien recibido.
Después toca el turno de las hermanas DJs: Le Twins, quienes empezaron a levantar el ánimo de todos los presentes, aplicando su estilo a canciones populares. Regias, Karen y Karla de la Garza, aprovecharon el final de su concierto para tomarse fotos con sus fans.
Siguió Lola Club, grupo de Ciudad de México conocido por estar conformado por youtubers. Su sonido alternativo causó buen ambiente y las seguidoras de Strecci, el bajista, le gritaron emocionadas al verlo en persona.
LA PREPA DA UN GIRO DIFERENTE
Después de una tarde de conciertos, el DanceGroup de Prepa UDEM brindó un espectáculo de baile y actuación. Por primera vez en toda la tarde tuvimos la sensación de que todos los presentes estaban concentrados con lo que estaba sucediendo en el escenario.
El show terminó a las 9 pm, y en ese momento salieron los integrantes de FEUDEM, el rector Mario Páez González, Álvaro Fernández, director del Consejo Administrativo y los vicerrectores y vicerrectoras de las diferentes escuelas.
“Hay momentos para todo: para estudiar, para trabajar, para que hagan sus proyectos, para ir a la biblioteca, pero también hay momentos para divertirse”, expresó el Rector.
Anunciaron el donativo de 15 mil pesos a Hambre Cero Nuevo León, que recibieron Blanca Castillo y Gabriela Muñoz, representantes del programa.
El Gran Silencio dispara la energía de todos, que no paran de bailar La pura sabrosura, justo en el momento en que algunos comenzaban a cansarse. Los más jóvenes, a pesar de no conocer al grupo, identifican sus canciones más populares y las disfrutan como los fanáticos más fervientes.
En una rueda de prensa Bacilos, conversó un poco con nosotros antes de salir a escena. “Monterrey siempre fue la zona donde nuestra música conectó más, se prueba cuando vemos estadísticas, análisis de nuestras plataformas. Cuando trabajamos con Celso Piña, él mismo nos dijo que aquí la gente nos quiere mucho, y al regresar una vez más a Monterrey, se siente como entrar en una nueva etapa muy bonita”, expresó el cantante Jorge Villamizar.
Lograron que cada pulmón asistente gritara sus canciones con nostalgia. Haciendo una de sus primeras apariciones desde que se reconciliaron como grupo, los miembros de la banda tocaron varias de sus canciones más conocidas, como Pasos de Gigante y cerrando su gran espectáculo con Caraluna y Mi primer millon.
El momento había llegado, la larga espera había acabado, el headliner Sebastian Yatra cada vez estaba más cerca. Tras una prolongada espera, Yatra apareció en el escenario y el publico estalló en furor. Abrió con una de sus canciones más recientes y populares Por Perro, e instantáneamente la emoción por parte de los asistentes no pudo contenerse. El artista colombiano actuó, bailó y cantó en el escenario por poco más de una hora, interpretando sus más conocidas y pegajosas canciones como Traicionera y Ya no tiene novio. Logró aflorar en todos los espectadores una gran cantidad de emociones, hubo momentos energia y diversion asi como momentos tranquilos y románticos.
De vez en cuando se tomaba el tiempo de agradecerle a todos los asistentes por su increíble vibra y desearle a la UDEM un feliz aniversario. Para nuestra sorpresa, entre sus variados cambios de vestuario con repetidos cambios de camiseta frente al publico, decidió utilizar las playeras otorgadas a los asistentes para ser identificados.
El evento terminó de la misma forma en que inició: con un despliegue de luz y energía. Numerosos y coloridos fuegos artificiales alumbraron el cielo sobre los asistentes que le dan sentido al 50 aniversario de la institución.