Casanicolás y la Universidad de Monterrey colaboran en proyectos a beneficio de quienes transitan por la ciudad.
Casanicolás presentó a la comunidad su Informe Anual 2019: de la migración forzada a la compasión solidaria, en la que se atendieron a más de cuatro mil personas provenientes de Centroamérica, principalmente de Honduras, y otras regiones como Camerún y el Sur de América, brindándoles atención médica, más de 52 mil prendas de ropa, al menos 78 mil artículos de higiene personal y más de 18 mil cenas.
La Universidad de Monterrey (UDEM), junto con la Secretaría de Desarrollo Social, implementó un programa de salud donde atendió a 455 personas migrantes, con chequeos médicos, detección y tratamiento para diversos padecimientos físicos y de carácter emocional, 173 consultas médicas y en el área de atención psicológica brindaron 58 terapias individuales, de pareja y a niños y 61 terapias grupales.
La bienvenida corrió a cargo del párroco Luis Eduardo Villarreal Ríos, fundador y director de la casa, quien estuvo acompañado de colaboradores y donadores del Centro de Apostolado San Nicolás Tolentino, y aseguró que el principal objetivo de Casanicolás es brindar asistencia, refugio y acompañamiento pastoral a las personas migrantes.
Participó también Monseñor Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, quien invitó a los asistentes a atender la situación entre Centroamérica y México como una oportunidad de vida para mirar este estado de vulnerabilidad con bondad, caridad y sin condiciones de proporcionalidad.
“Amar es vivir en la desproporción; cuando uno quiere que todo sea proporcional, se acaba el amor y comienza el negocio, en cambio, la caridad, el sano humanismo, ese siempre será desproporcional”, admitió Cabrera.
Magdalena Sarquis habló de la migración forzada y las caravanas provenientes de Centroamérica y aseguró que después del 2014 la migración pasó de ser principalmente laboral a ser infantil y juvenil e incluir familias enteras, y destacó la influencia de las emergencias migratorias en la relación de México con Estados Unidos.
“He aquí el contexto de la tortuosa y evitable espera que arroja una política migratoria ajena a los derechos y la dignidad de las personas migrantes”, declaró Sarquis acerca de la realidad de los migrantes en espera de asilo humanitario en los márgenes del Río Bravo.
Rafael de Gasperín destacó las características de Casanicolás como proyecto teologal y basada en la propuesta APPI: Acoger, Proteger, Promover e Integrar, que propone el Papa Francisco ante esta situación y fue ordenada bajo los rubros teologal, singular y social, con el fin de proteger y promover a cada individuo e integrarlo a la sociedad en pleno ejercicio de sus derechos humanos.
“Cada una de estas místicas, la teologal, singular y social, está encarnada en cada rostro de nuestros hermanos y nuestras hermanas, de los niños y las niñas que los acompañan caminando o en el propio vientre con programas de acción concretos”, aseguró De Gasperín.
Philippe Stoesslé, profesor del departamento de Ciencias Sociales de la UDEM, presentó los datos de Casanicolás y aseguró que en 2019 la casa acogió a 4 mil personas provenientes de países centroamericanos, principalmente de Honduras, donde el 67% de la población se encuentra en situación de pobreza y el 59% de habitantes de zonas rurales en pobreza extrema.
“Todos estos datos no tienen sentido si no los concebimos como derechos, las personas migrantes son titulares de derecho, las personas exiliadas tienen derechos en cualquier momento”, destacó Stoesslé.
Stoesslé aseguró que los principales motivos de migración por parte de la población centroamericana son la pobreza y la violencia, causada por muchos factores entre ellos la corrupción por parte de instituciones gubernamentales, las maras o pandillas y la violencia de género.
Casanicolás apoyó a sus habitantes con más de 52 mil 356 prendas de ropa, 78 mil 534 artículos de higiene personal, 639 casos de apoyo en tema de asesoría legal y el Comité Internacional de la Cruz Roja apoyó con dos mil 978 servicios de llamadas internacionales. Los médicos de servicio social del TEC Salud otorgaron servicios de prevención, atención, detección, canalización, acompañamiento y atención especial a personas vulnerables, no sólo migrantes sino a la comunidad aledaña.
Nora Guzmán y Lupita del Río compartieron su programa 12 Cenas para los hermanos migrantes, que en 2019 sirvió 18 mil 348 cenas y desayunos y lleva 7 años operando gracias a la colaboración de miembros de la sociedad civil, e invitaron a los asistentes a seguir apoyando esta labor ya sea preparando la comida y asistiendo, enviando la comida o incluso con donativos económicos para que el proyecto siga funcionando.
“El migrante ahí deja de ser un migrante, empiezan a tener una cara, ya son Luis, Juan, Pedro, Margarita, Lucía; tienen cara. Yo creo que lo que más recibimos en Casanicolás es la bendición de la sonrisa de cada migrante”, aseguró Guzmán.
Del Río afirmó que consideran este proyecto que busca satisfacer las necesidades de alimento de los habitantes de la casa pues esta recibe a los migrantes por la tarde y la noche, para que al amanecer ellos puedan salir a trabajar o buscar un empleo. Guzmán extendió la invitación para colaborar con el proyecto para además de servir cenas, contribuir con desayunos para quienes se refugian en Casanicolás.
Para finalizar, Villarreal Ríos expresó que para el próximo informe esperan contar con la voz de los migrantes, pues Casanicolás tiene como propósito darles esa plataforma desde una perspectiva intercultural para que cada persona que ha tomado la decisión de migrar de su país, por cualquiera que sea el motivo, pueda ser escuchado.