Baja de ventas, cancelación de ferias del libro, deficiente manejo tecnológico, pérdida de empleos, inestabilidad económica… ¿Podrá recuperarse la industria editorial? Este sector se ha visto afectado desde el comienzo de la cuarentena por la adaptación a la modalidad en línea.
Sin embargo, la digitalización ahora es un factor clave en la difusión de contenido y en la interacción con los lectores, al facilitar la comunicación con ponentes y escritores nacionales e internacionales.
En términos económicos, la pandemia ha impactado notablemente a la industria editorial, especialmente a las librerías independientes que no cuentan con las herramientas tecnológicas necesarias. El Universal reportó una disminución del 29 por ciento de las ventas de este año en comparación con el anterior, lo que significó que no se registraron 8 mil 797 millones de pesos de parte de las editoriales, de acuerdo con NielsenBookScan.
En este contexto, el proyecto editorial Dharma Books + Publishing ha decidido destinar un porcentaje de sus ganancias a las librerías independientes, hacer promociones especiales para las personas que se suscriban a los medios culturales y realizar preventas exclusivas, señala Valeria Villalobos-Guízar, periodista cultural y coordinadora de difusión y prensa.
La coordinadora expresa que se publicaron algunos libros en la primera mitad del año, pero se han aplazado lanzamientos agendados para el 2020, y otro factor que ha impactado negativamente en la industria editorial fue la cancelación de las ferias de libros, que son espacios en los que se obtienen ganancias directamente.
En las editoriales se ha dado un efecto dominó, dice Villalobos-Guízar, ya que afecta a todas las áreas relacionadas con este sector, desde la imprenta hasta la distribución, por lo que se han visto en la necesidad de adaptarse a nuevos esquemas colaborativos y se aceleró el proceso de adaptación al contenido digital, lo que generó un reacomodo en el flujo retardado de dinero en el sector literario.
La periodista señala que por la pérdida monetaria a que las editoriales han enfrentado, se habló en la CANIEM (Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana) sobre solicitar apoyo al gobierno, como la recuperación acelerada del IVA (Impuesto al Valor Agregado) al SAT (Servicio de Administración Tributaria), debido a las facturas atrasadas en las ventas, lo que les proporciona una liquidez mayor a la obtenida.
Adaptación de la difusión literaria
Paulo de la Cruz Alvarado Reyna, doctor en Estudios Humanísticos y profesor de la Universidad de Monterrey (UDEM), señala que el reto del escritor en tiempos de pandemia es crear canales de comunicación con los que pueda dar a conocer su trabajo y mantenerse en contacto con los lectores, tales como redes sociales; el académico coloca como ejemplo los cafés literarios, espacios en los que adaptaron las presentaciones de libros de modalidad presencial a digital.
Jaime Mesa, autor, editor y tallerista; coincide con Alvarado Reyna en que la relación entre el lector y el autor se ha mantenido por el uso de las redes sociales y aclaró que no es la misma experiencia una presentación de libro en línea a una presencial, por el diálogo que se tiene con los interesados en la obra.
“Mi hipótesis ha sido que este es el escenario en el que más se ha estrechado el lazo entre el escritor y el lector, ya se venía dando con las redes sociales, pero ahora con las cuestiones de catarsis e identificación y el tener tiempo para navegar en las redes, creo que se ha estrechado los lazos entre el escritor y el lector”, señala el académico de la UDEM.
Con relación a lo anterior, Alvarado Reyna indica que el registro histórico hace referencia tanto a los registros oficiales e instituciones que se tendrán por parte de la prensa y los sectores de salud, como a los escritos que se hayan producido durante la contingencia.
Mesa expone que la pandemia hizo que en la difusión cultural se potencialice el uso de herramientas tecnológicas, tales como zoom, clubes de lectura, las ferias virtuales, las ventas en línea y los envíos por paquetería, que están apoyando a que las librerías se mantengan activas en la contingencia.
Los resultados del alcance de audiencia han sido positivos, y un ejemplo es la Feria del Libro Internacional de Guadalajara (FIL) que inició de manera virtual el 28 de noviembre, y tuvo más de 21 millones de espectadores, según El Economista, lo cual se debió a que la digitalización facilita que personas de distintos lugares puedan asistir virtualmente al evento, menciona Mesa.
Alvarado Reyna señala que otra iniciativa que surgió durante la modalidad remota fue lograr que los niños conozcan el tema de la pandemia y lo comprendan de manera que no los afecte psicológicamente, a través de cuentos infantiles que están guiados por la pedagogía y las estrategias terapéuticas.
Un ejemplo de estos textos son los Cuentos que traen calma publicado por la UNICEF, entre los que están “Moni se queda en casa” y “El canto de la luna”, que tienen la función de ser un apoyo para los niños que están lidiando con ciertos miedos en la cuarentena.
Relacionado con este asunto, Jaime Mesa señala que un aspecto que continúa como incógnita es el pensamiento o reflexión que tienen los niños sobre la pandemia al estar en casa y alejados de la comunicación con otras personas que no sean de su familia, que podría darse a conocer después a través de la creación literaria.
Sobre el tema específico de eventos de difusión cultural, Villalobos-Guízar dice que la literatura retomó fuerza durante la pandemia, ya que ha velado por el ocio y la salud mental, porque los eventos culturales les han ayudado a sobrellevar el confinamiento, a distraer del miedo y de la incertidumbre, o bien a entender con profundidad lo que están viviendo, compartió la periodista.
“Estamos acostumbrados a una interacción mucho más 360, tiene que ver con los sonidos, con los gestos, con las presencia, con el movimiento, básicamente con la conexión humana, entonces de repente darle una charla una pantalla pues se vuelve muy complicado para quien habla”, afirma la periodista.
Visión a futuro del mundo literario
El porvenir de la literatura en el aspecto creativo, editorial y de difusión continuará en constante cambio e incertidumbre, porque dependerá de la manera en que las organizaciones, instituciones y negocios de giro editorial o cultural se adapten a la nueva modalidad en términos tecnológicos, principalmente.
Hasta este momento se han reflejado cambios negativos y positivos en el ambiente literario, ya que ha aumentado el interés en la escritura y lectura, así como la colaboración entre editoriales debido a la complicada situación económica en la que se encuentran.
Estos espacios se han tenido que ajustar a la modalidad y están comenzando a potencializar la opción de la digitalización abriendo camino para nuevas alternativas literarias y de difusión, porque antes los medios virtuales solo eran una opción, pero ahora son la regla.
La modalidad digital o en línea parece traer beneficios para la difusión literaria, por el acercamiento que ha logrado entre el público y ponentes de distintos países, y quizá sea una práctica que continúe aún después de que los eventos presenciales regresen.
Es posible que conforme pase el tiempo las tendencias de temas en la literatura comiencen a verse más presentes y de una forma más definida, y tal como lo señala Alvarado Reyna, serán una forma de conocer, entender y estudiar lo vivido durante la contingencia.