Por: Alexa Robles y Aitana De haro.
En el informe de Comisión Nacional contra las Adicciones del 2022 se reportaron más de 975 mil usuarios de vapeadores de entre los 12 y 65 años en México.
La población de pacientes fumadores de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) oscila entre los 18 y 25 años, la cual presenta -a través de un estudio realizado por la Universidad de la República Dominicana en 2021- daños en las encías y otros daños en la salud oral.
El uso de vaporizadores es más popular que nunca, debido a que los consumidores piensan que es una alternativa menos dañina a los cigarrillos tradicionales. Según el Instituto Nacional de Salud Pública, el 50% de los jóvenes mexicanos han escuchado sobre el dispositivo, mientras que uno de cada cinco cree que es menos dañino que el cigarro convencional.
La última encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco realizada en el 2016, reporta que más de 160 mil adolescentes usan E-Cig en México y no todos conocen sus daños, específicamente los causados a la boca. Un estudiante universitario de 20 años llamado Marcelo Martínez de Monterrey, N.L., consumidor del producto, afirma no tener idea que el vapeo tenga repercusiones en la salud dental.
“Yo sólo he notado que mientras más fumo, más me sangran las encías al momento de lavarme los dientes. Pero siempre pensé que era por otras causas, relata.
Instituciones como los Centers for Disease Control and Prevention (CDC por sus siglas en inglés) revelan que el tabaquismo lleva a enfermedades en las encías (periodontales) y caída de los dientes. Así como el mal olor, reducción del sentido del gusto y olfato, y dientes amarillos.
“Los efectos de los ‘vapes’ no tienen gran diferencia a los cigarros normales. El uso de estos dispositivos causa enfermedades periodontales y modifica la flora bacteriana de la boca”, afirma Mariajosé Gonzalez Villarreal, especialista en Periodoncia.
En el reporte realizado en 2021 por el Dr. Brent María y el Dr. Elka Cabrera, se explica la enfermedad periodontal como una condición que engloba una serie de bacterias y enfermedades infecciosas que traen como consecuencia la inflamación de las encías que a largo plazo puede llegar a la pérdida de ésta.
La razón de estas enfermedades se debe a los componentes de los cigarrillos electrónicos (CE), los cuales vienen en muchas formas y tamaños que cuentan con una batería que produce calor y un espacio para guardar el líquido. El líquido de vapeo, también conocido como E-líquido contiene nicotina, una droga extremadamente adictiva y tóxica así como Propilenglicol que después de su frecuente inhalación puede provocar irritación en la garganta, vías aéreas y ojos. El vapor que es emitido por los dispositivos, contiene sustancias químicas como formaldehído, acetaldehído, acroleínas, níquel, cromo y plomo.
Perla Saucedo, médico ortodoncista, explica que debido a que el líquido de los vapeadores contiene nicotina, entonces al fumar se produce el mal olor en tu boca o problemas en los tejidos que rodean el diente.
En mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó un decreto con el que se prohíbe la circulación y comercialización de los cigarrillos electrónicos. La ley fue adoptada después de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) declarara una alerta máxima por los riesgos para salud provocados por el contenido de los vapeadores.
Sin embargo, sólo en el municipio de San Pedro Garza García se encuentran más de 10 tiendas de vapeadores, eso sin contar a los vendedores independientes.
“A la semana, yo vendó un aproximado de 100 ‘vapes’ y se los vendo a adolescentes de entre 16 a 23 años”, asegura un estudiante universitario que hace reventa conocido como Mache.
“La mayoría de las personas que me compran, incluyéndome, fuman aproximadamente un “masking” a la semana, que te cuesta entre $250 y $300 y te alcanzan unos 2,500 hits”.
De acuerdo a Mayo Clinic, el consumo de los cigarrillos electrónicos ha subido su demanda en los últimos años puesto que se utiliza como reemplazo del cigarro tradicional. Sin embargo, hasta la fecha no se ha demostrado que éstos sean más seguros o eficaces que los tratamientos de reemplazo de nicotina para ayudar a dejar de fumar.
La clínica recomienda los siguientes métodos de tratamiento: probar las terapias de reemplazo de nicotina, como los atomizadores nasales o inhaladores (bajo receta médica), parches, chicles o pastillas de nicotina de venta libre. Intentar retrasar el deseo, realizar actividad física, técnicas de relajación como el yoga o los ejercicios de respiración y por último, mencionan que es útil identificar los factores que desencadenan el deseo de consumir nicotina para así poder evitar esos detonantes.