Image Not Found
Nayeli Roldán, periodista y autora del libro La austeridad mata, presentó su obra durante la pasada Feria Internacional del Libro de Monterrey. Foto: X / Nayeli Roldán

“No sé cuántos años nos va a costar revertir estos seis años de abandono en el sistema de salud”: Nayeli Roldán


Por: Ahimé Sánchez

En el último sexenio, el sistema de salud público no atendió a medio millón de personas que solicitaron cirugías y tratamientos de alta especialidad, como quimioterapias, diálisis, cirugías cardiacas y trasplantes; no surtió millones de recetas para medicamentos psiquiátricos y antirretrovirales, y dejó incompleto el esquema de vacunación de siete millones de niños debido al desabasto de vacunas contra la tuberculosis, sarampión, difteria y hepatitis B, entre otras.

Estos son algunos datos que recapitula Nayeli Roldán, periodista y escritora de la publicación digital Animal Político, en su libro La austeridad mata, un texto que expone las consecuencias de un gobierno que prometió sistemas de salud, educación y transporte de primer mundo, pero que a través de sus políticas de austeridad terminó por agudizar los problemas estructurales y de operación en el ámbito de la salud pública.

El título La austeridad mata enuncia una crítica fuerte.

Es fuerte, pero es real. Eso ha significado la política de austeridad del expresidente Andrés Manuel López Obrador de los últimos seis años porque cuando propuso que se iba a gastar menos, cualquiera pensaría que se iba a gastar mejor, pero lo que terminó pasando fue una serie de recortes “a machetazos” que significaron hacer los servicios públicos más deficientes.

Por supuesto que puede ser terrible que las personas hagan una fila del doble de tiempo en instituciones públicas porque no hay suficiente personal, que los libros de texto salieran con ciertas deficiencias y que no haya presupuesto suficiente para investigar los feminicidios en este país. Los recortes presupuestales pudieron haber sido la diferencia entre la vida y la muerte. El título es fuerte, sin lugar a dudas, porque es la realidad.

¿Cómo encontraste ese equilibrio periodístico y moral para poder contar esas historias que tienen ciertas implicaciones éticas?

Hay algunas historias muy terribles, pero siempre insistiré en que es necesario que se sepan aunque duelan. Es importante enfocar esta historia en la política pública, es decir, sí se menciona la tragedia humana, como el hecho de que una mujer esté buscando medicamentos oncológicos para su hijo de ocho años y lo que tiene que hacer para conseguirlos, pero también busco que esa historia de tragedia se entienda que es consecuencia de decisiones de política pública. Fue decisión del expresidente que instruyó una política de austeridad que se convirtió en recortes del Congreso, y esas decisiones justamente tienen un impacto en la vida de cada uno de nosotros.

¿Qué tendrías que decirle a aquellas personas que justifican estas decisiones de autoridad como una necesidad?

Les diría que recuerden y hagan memoria porque estoy segura que todos tenemos al menos una historia, un caso de algún familiar o de algún amigo que acudió al servicio público de salud y que no tuvo un medicamento, una cirugía o una consulta médica en el momento en que lo requería y esa es la realidad que puede desenmascarar la propaganda o las mentiras que hemos escuchado del Gobierno federal y tenemos que atrevernos a verla y a saber que los políticos y los funcionarios públicos no son infalibles, que a veces mienten, que tienen su propia agenda, pero que lo más importante somos los ciudadanos que estamos en este país y que merecemos servicios de calidad.

¿Es una violación sistemática a los derechos humanos?

Negar los medicamentos a pacientes con enfermedades como diabetes significa una violación a los derechos humanos. Cada uno de nosotros tendría que tener conciencia de eso, porque eso significa también demandar y que el Gobierno regrese lo que nosotros le aportamos al país. Tenemos derecho a una buena calidad en los servicios de salud, educación, infraestructura, etcétera. No es dádiva de ningún gobierno, tiene que ser su obligación, para eso los elegimos.

¿También encuentras que hay una afectación en la salud mental de las personas que trabajan en el sector salud?

Este problema impacta de muchas maneras, como en el plano emocional para un médico que se prepara para salvar vidas y que no puede hacerlo porque materialmente no hay las condiciones para lograrlo. Son golpes brutales para ellos y también son los que reciben las quejas directas de las personas. Al final, ellos son los que dan la cara. En todas las entrevistas que hice para este libro mucho del personal médico decía: “No podemos ya ni siquiera pedirle al paciente que traiga sus placas o tornillos para hacer la operación porque ahora está prohibido”.

Siempre ha habido carencias, pero durante los últimos años todos vimos las protestas que encabezó el personal médico en diferentes puntos del país debido a la frustración que sentían al no tener lo necesario para sacar adelante a sus pacientes. Siempre diré que el sistema de salud en este país nunca fue perfecto ni eficiente, pero lo que pasó tras los recortes durante este último sexenio fue dar pasos hacia atrás.

¿Qué discursos políticos, públicos y mediáticos faltan para la concientización de esta problemática?

Más que discursos, me parece que es información y saber verificar los discursos. Lo que les digo a todos es que deben buscar información oficial y estadística que esté disponible públicamente para contrastar las frases. Esto puede hacer la diferencia, porque entre más personas estén informadas con datos verificados, más voltearán a ver lo que está ocurriendo en el país.

¿Por qué crees que existe esta confianza ciega en esos discursos que nos da el Gobierno, a pesar de todos estos casos, incluso personales, que tenemos?

Esa es “la pregunta”. Es cierto que las estrategias de difusión gubernamental fueron muy distintas y eficaces en el Gobierno de López Obrador y el mensaje repetido efectivamente se va adoptando, se da por bueno, mucha gente cree que las figuras de autoridad, en este caso como el Presidente, dicen la verdad. El Instituto Reuters habla de una baja en la confianza en medios de comunicación y en periodistas justamente porque el anterior sexenio tuvo una denostación a medios, periodistas e investigaciones serias.

Si conectamos los puntos, podemos afirmar que la estrategia de publicidad o difusión y propaganda del Gobierno de López Obrador tuvo éxito en hacer que la gente asumiera esos mensajes como verdaderos.

¿Hay una forma de revertir los efectos de la austeridad?

Con presupuesto y una mejor manera de administrar el servicio público de salud. Se supone que con el control federal habrá más orden y una mejor distribución de recursos, entonces tendremos que seguir de cerca el sexenio de Claudia Sheinbaum para ver si eso que se hizo en el último tramo del Gobierno de López Obrador con el IMSS Bienestar puede tener un impacto positivo. Aunque no sé cuántos años nos va a costar revertir estos seis años de abandono en el sistema de salud.

¿Cuál ha sido la reacción más inesperada que has recibido acerca de tu libro por críticos u otros colegas y cómo esa reacción ha influido en tu visión del impacto que puede tener?

Es bien recibido por colegas y por buena parte de la gente porque hay casos en los que muchos se ven reflejados, aunque evidentemente es rechazado por quienes apoyan al expresidente López Obrador o a su gobierno a ultranza. Pero yo siempre digo que se den la oportunidad de verlo y verificar, porque está basado en información oficial de la Secretaría de Salud, del IMSS, del Presupuesto de Egresos y de testimonios e historias reales y hay que estar abiertos a conocerlas.

Con el objetivo de motivar la participación ciudadana y para garantizar un tratamiento informativo adecuado frente a los contenidos presentados, los invitamos a escribir a [email protected] en caso de dudas, aclaraciones, rectificaciones o comentarios.

Scroll al inicio