Contaminación en Monterrey, asesina silenciosa


Alfredo Mendoza
Por: José Alfredo Mendoza

En Monterrey, la alerta de la salud pública se ha agravado debido a los altos niveles de contaminación en el aire. Hoy es ya la ciudad más contaminada de México y una de las más contaminadas del mundo, de acuerdo a datos de estaciones y monitores ambientales. Este fenómeno lo protagonizan las partículas denominadas PM2.5, relacionadas con enfermedades cardíacas y pulmonares. 

Según el Centro de Salud Ambiental de Monterrey, “la mayoría de los residentes del Área de Fiestas de Levante respiran aire contaminado con niveles de PM2.5 que superan los estándares de seguridad de la exposición crónica de ciudadanos que la Organización Mundial de la Salud ha implementado”. Esto lleva a un aumento del asma, la bronquitis crónica y el enfisema. Se ha descubierto que la exposición prolongada a dicha infección causa afectación cardiovascular, accidentes cerebrovasculares y caída de la actitud; asimismo, resulta especialmente dañina en quienes padecen Alzhéimer.

A esto se suma la falta de medidas de atención adecuadas. Lo anterior deja en evidencia que el alcance del Plan Estratégico Integral de Gestión de la Calidad del Aire, implementado por autoridades locales, es muy limitado en su alcance. Como declaró Marco Octavio a Expansión Digital, solo 82 empresas se han comprometido a reducir sus emisiones. 

La falta de sanciones a las compañías que alteran la normatividad ambiental –peligrosa impunidad de la cual gozan– impacta en la salud pública de los neoleoneses. Prueba de ello es el hecho de que los hospitales de Monterrey vieron un incremento significativo de visitas durante el periodo de altos índices de toxicidad, causando un impacto inesperado en los sistemas médicos interactivos. Al mismo tiempo, este hecho expuso las debilidades de la infraestructura sanitaria ante las crisis que causa la contaminación y cuyas víctimas principales son infantes, adultos mayores y ciudadanos con afecciones ya diagnosticadas existentes.

La exposición continua a las partículas PM2.5. es preocupante; los intentos por mejorar la calidad del aire en Monterrey, son insuficientes. Funcionarios y empresarios deben implementar y mejorar sus acciones para reducir la contaminación ambiental; hay que reforzar la vigilancia de la calidad del aire y los servicios sanitarios. La solución no es sencilla, pero sí urgente. Y para resolverla, es preciso tomar conciencia y volvernos críticos de la situación. Al final, guste o no, es un fenómeno que vivimos a diario, y cuyo impacto se reflejará  en nuestra salud tarde o temprano.

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