Estos son los principales retos del próximo Presidente de EE. UU.
Por: José Álvaro Villarreal Ochoa
Lidiar con las guerras en Gaza y Ucrania, manejar el tema migratorio, las relaciones de Estados Unidos con América Latina y el mundo, tanto en lo comercial como en lo político, y lograr un crecimiento económico que se vea reflejado en el día a día de los estadounidenses son los más importantes desafíos a los que se enfrentará quien resulte ganador en las elecciones presidenciales de este martes 5 de noviembre.
El que las encuestas muestren en empate técnico entre el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, y la candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris, es un indicador de que ninguno de los dos tiene propuestas lo suficientemente buenas en varias áreas a la vez, lo cual no termina por convencer a los votantes para lanzarse a las urnas en mayoría por uno de los dos candidatos, dice Víctor Edgar Sánchez Gallegos, director de la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad de Monterrey.
Aunque Estados Unidos tiene que ver con toda la política mundial y el papel que juega es muy importante dentro del sistema internacional, en lo que tiene que ver con las guerras en Gaza y Ucrania, el analista sostiene que, independientemente de cuál de los dos llegue al poder, estos conflictos no finalizarán pronto porque son difíciles de resolver.
“Son conflictos de largo plazo. Sin importar quién gane, van a seguir. No va a haber una solución rápida sólo porque uno de los dos llegue al poder. Sin embargo, desde mi punto de vista, un triunfo de Trump podría agravar estos conflictos porque su política exterior, en el caso de Medio Oriente, se inclinaría a favor de Israel”, asegura Sánchez Gallegos.
El conflicto actual entre Israel y Gaza se desencadenó el 7 de octubre de 2023 luego de que comandos armados del grupo extremista islámico Hamas atacaran una región del sur de Israel, en una acción que dejó cerca de mil 200 muertos, entre civiles y militares, y 251 personas secuestradas, de las cuales se estima que 116 continúan privadas de su libertad, incluidas 41 que ya habrían fallecido y cuyos cuerpos permanecen en Gaza.
El ataque provocó la invasión de la Franja por parte de Israel en busca de los rehenes y de quienes planearon y ordenaron la operación, lo cual ha dejado, en casi 13 meses de conflicto armado, 43 mil 374 muertos, más de 102 mil heridos, más de 10 mil desaparecidos y cerca de 1.9 millones de personas desplazadas.
El conflicto, que ya se extendió a Líbano y ha desencadenado ataques directos entre Israel e Irán, amenaza con convertirse en una guerra que involucre a varios países de Medio Oriente y a Estados Unidos.
Para el analista, encontrarle una solución a este conflicto es difícil, no sólo porque sus antecedentes se extienden mucho más atrás del 7 de octubre de 2023, sino porque tienen que ver múltiples causas políticas, históricas, religiosas y sociales.
Por otro lado, la guerra en Ucrania, que se desencadenó tras la invasión militar de Rusia el 24 de febrero de 2022, es la consecuencia de un conflicto antiguo que algunos analistas ubican en el año 2014 cuando se produjo la adhesión de Crimea a Rusia.
El reto entonces será tener la habilidad política y diplomática para manejar estos conflictos y evitar una escalada regional que pudiera arrastrar a grandes potencias como Estados Unidos y comprometer la economía mundial.
En materia migratoria, Sánchez Gallegos dice que el mayor reto es avanzar en soluciones que regularicen a los migrantes, pero afirma que ninguno de los dos candidatos apunta hacia esa dirección.
“No veo que en el tema migratorio vaya a haber grandes avances con ninguno de los dos. Kamala formó parte del Gobierno Biden y no hubo una reforma migratoria. Y Trump tiene una política cero hacia la solución del asunto migratorio. Al contrario, su postura es conservadora y radical, acompañada de comentarios discriminatorios hacia los migrantes. Harris sería más empática, pero no creo que tanto como los migrantes desearían”, señala el académico.
Estados Unidos siempre ha mostrado tener una posición estricta y rígida en cuanto al tema migratorio, independientemente de qué partido político esté en el poder. Durante su primer mandato, Trump implementó los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) junto con el programa Stay in Mexico, mediante los cuales los solicitantes de asilo y refugio eran obligados a esperar en México hasta que los trámites fueran resueltos. Asimismo, el actual gobierno de Biden se rigió, hasta el 2023, bajo la restricción fronteriza llamada “Título 42” —que existió desde los años 40, pero Biden la retomó—, medida bajo la cual realizó deportaciones directas, sin un proceso previo, bajo la excusa de una “emergencia sanitaria” (Covid-19).
Con base en esto, Sánchez Gallegos argumenta que ninguno de los dos candidatos presidenciales tiene avances positivos para la política migratoria estadounidense.
“Creo que Kamala Harris sería más empática con esta política migratoria. Sin embargo, regresando al gobierno de Biden, del que ella también formó parte, realmente no hubo una reforma migratoria (…). De otro lado, creo que a todos nos queda claro que Donald Trump va a ser más conservador y sobre todo que tiene una política ‘cero’ hacia la parte de la migración”, afirma el catedrático.
“Es mucho más conservador y más tendiente a no aceptar a los migrantes. Ha amenazado con cerrar las fronteras y ha prometido que continuará con la construcción del muro entre Estados Unidos y México”, agrega.
En cuanto a economía interna, que es uno de los asuntos que más interesa a los estadounidenses según las encuestas, el analista cree que las propuestas de Trump son mucho mejores que las de Kamala Harris, lo cual se ha convertido en una de las fortalezas de la campaña del expresidente.
Trump ha prometido en campaña medidas para fortalecer la producción interna, como por ejemplo fijar altos aranceles a los productos importados para impulsar la compra de los que son hechos o fabricados en Estados Unidos que resultarían más económicos que los provenientes del exterior. Sus políticas también incluirían incentivos para mantener y atraer a más compañías al país, lo cual contribuiría a la generación de empleo.
En materia tributaria, Trump ha dicho que reducirá el impuesto de sociedades de 21% a 15% a las compañías que fabriquen sus productos en Estados Unidos, mientras que Harris planea aumentarlo de 21% a 28%, crear un impuesto para las personas más ricas y subir los impuestos sobre las ganancias por operaciones de capital y las que obtienen las multinacionales, al igual que por la recompra de acciones.
“Donald Trump es más conservador, más proteccionista. Las medidas que propone favorecerían la producción interna, la generación de empleo y la accesibilidad a productos menos costosos”, opina Sánchez Gallegos.
En su relación comercial con el mundo, los desafíos más grandes que tendrá el próximo presidente de Estados Unidos serán con China, México y la Unión Europea, principalmente si quien gana la elección es Donald Trump.
El expresidente ha dicho que, de ganar la Presidencia, planea imponer un arancel del 60% sobre todas las importaciones que lleguen de China. Durante su primer mandato, Trump aumentó los aranceles y creó otros para determinados grupos de productos chinos, lo que provocó una respuesta del país asiático en el mismo sentido. El resultado fue una disminución del comercio entre los dos países, años de tensión comercial y consecuencias tanto para consumidores como para productores.
Con respecto a México, ha anunciado que impondrá un arancel del 100% para los autos que se importen desde allí y del 10% a las importaciones que provengan de la Unión Europea.
“En cuanto a comercio internacional, Kamala Harris es la mejor opción. Un gobierno suyo contribuiría de mejor manera en la relación con los distintos países y sería más equilibrada la revisión de los tratados comerciales. Ella opta más por la cooperación internacional, mientras que Trump piensa más en la economía interna de Estados Unidos que en la externa”, señala el analista.
Asimismo, respecto a la relación de Estados Unidos con América Latina, Sánchez Gallegos cree que Kamala Harris podría tener una política más abierta y negociadora que Donald Trump, tanto en lo económico como en lo social.
“De los dos candidatos, Kamala Harris sería la que más pudiera mirar hacia América Latina y hacia México. Trump no. Sus duras políticas migratorias, la construcción del muro, la amenaza de deportaciones masivas, su rechazo a los inmigrantes indocumentados y sus premisas económicas centradas en la imposición de altos aranceles complicarían la relación con la región”, prevé el experto.
La relación entre el país norteaméricano y América Latina ha oscilado entre tener tensiones y mostrar cooperación y amistad. De acuerdo con Sánchez Gallegos, la postura de Trump complicaría las relaciones por sus políticas frente a la migración, mientras que la administración de Biden, dice, descuidó los lazos con la región.
“Biden no miró hacia América Latina. Su política exterior se centró más hacia otras regiones y no aprovechó todo lo que es y significa América Latina. Kamala Harris podría tener la oportunidad de ser más empática con la región latinoamericana y establecer lazos más fuertes”, afirma el analista.
Países como Venezuela y Haití han sido dos de los mayores emisores de los flujos migratorios hacia Estados Unidos y las relaciones que el país norteamericano ha mantenido con Venezuela y Cuba han sido conflictivas, lo cual se convierte en un reto importante para la próxima administración estadounidense, dice el experto.
Con el objetivo de motivar la participación ciudadana y para garantizar un tratamiento informativo adecuado frente a los contenidos presentados, los invitamos a escribir a [email protected] en caso de dudas, aclaraciones, rectificaciones o comentarios.