Streaming: ¿el verdugo de la magia del cine?


Mauricio Sanchez
Por: Mauricio Sánchez

En los últimos años, el streaming ha revolucionado la manera en que consumimos cine, pues representa una ruptura con las salas de cine tradicionales. Con solo dar un clic, plataformas como Netflix, Amazon Prime, Disney+ y HBO Max ofrecen a los espectadores una amplia oferta de películas y series; asimismo brindan comodidad y accesibilidad sin precedentes. Sin embargo, este cambio ha venido acompañado de una serie de cuestionamientos sobre su impacto en la industria cinematográfica. A medida que las plataformas digitales ganan terreno, surgen preocupaciones vinculadas a la nostalgia: muchos temen que pueda llegar a perderse la experiencia única de disfrutar en una pantalla grande, así como la disminución de la calidad, causada por la priorización de la cantidad. Este fenómeno no solo transforma nuestra relación con el cine; también lo hace con la forma en que se produce, distribuye y consume cine a nivel mundial. 

De acuerdo con un informe de PwC (PricewaterhouseCoopers), el mercado global de streaming ha experimentado un crecimiento acelerado. A nivel mundial, la industria de las plataformas de streaming reportó, en 2020, ingresos cercanos a los 50 mil millones de dólares. Se espera que esta cifra aumente a más de $70 mil millones de dólares hacia finales de 2025. Lo anterior muestra por qué el streaming ha ido reemplazando como modelo de negocio, poco a poco, a las taquillas de las salas tradicionales. 

Así mismo, el cambio en los hábitos de consumo es indiscutible en las generaciones más jóvenes: un estudio realizado por Statista a nivel nacional –año 2021– reveló que el 70% de los jóvenes de entre 18 y 35 años prefieren ver películas en plataformas de streaming en lugar de asistir al cine. Como razones principales mencionaron: comodidad, accesibilidad inmediata y la posibilidad de ver el contenido desde casa, sin necesidad alguna de tener que salir y gastar una cifra alta de dinero.

Otro informe, publicado en 2024 por el Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM) Campus Monterrey, sostiene que el exceso de producciones cinematográficas afecta la calidad de las películas, lo que trae grandes desventajas para el consumidor de streaming. Esta opinión es mantenida por Manuel Ayala, profesor del Departamento de Medios y Cultura Digital de dicha institución. El académico explica que la calidad del contenido y el beneficio económico que representa el streaming se tejen por separado. Las plataformas de streaming producen grandes volúmenes de contenido para satisfacer la constante demanda del público. 

Netflix es un gran ejemplo de lo anterior: en 2021, lanzó cerca de 70 películas originales y, en 2022, produjo otras 100. En los años posteriores, estas cifras se mantuvieron, razón por la cual se estima que la plataforma supere las 150 producciones originales para 2025. 

Es claro que, con el paso de los años, la preferencia del público se inclina por un consumo más inmediato y accesible. Es innegable que el streaming ha tenido un impacto profundo y transformador en la industria cinematográfica. Mientras que ofrece comodidad y accesibilidad, también es cierto que ha desplazado, en gran medida, la experiencia única del cine tradicional, modificando la calidad de las producciones y la forma en que dicho arte se percibe. Por otra parte, si bien la industria está adaptándose al cambio, las consecuencias más importantes también se incrementan. Esta situación, sin duda, es alarmante –y seguro que seguirá siendo– alarmante para quienes sienten amor por la gran pantalla, así como lo es para la industria alrededor de ella.

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