La apatía juvenil es un problema social que nos afecta a todos y perjudicará a futuras generaciones, sin embargo, no nos ponemos a pensar, ¿porqué existe esta apatía en los chicos? ¿qué factores están influyendo en este incremento de pesimismo en ellos?
Definitivamente la producción de un estudiante depende de su estado emocional, cómo esta su vida personal, su autoestima, su ámbito familiar y la resiliencia que tiene para sobreponerse a periodos de dolor emocional y traumas.
Hace varios días estaba sentada en un café y por coincidencia escuche la conversación de dos chavas que estaban cerca de mí, me llamó la atención la indiferencia con la que hablaban acerca de sus calificaciones de la universidad, su despreocupación tan fuerte por su futuro y su único tema de conversación: su vida social.
Cuando observo a los jóvenes que me rodean me pongo a pensar qué estará pasando por nuestras mentes cuando llega el momento de visualizar nuestro futuro, de concretar metas y fijar objetivos de vida.
Muchos alumnos van a la escuela porque así los educaron en casa y ven como una obligación de lo mas normal el asistir a clases y tener que estudiar, pero no tienen claro el “cómo”, ni “para qué” lo tienen que hacer, carecen de mucha motivación.
Según el periódico La Jornada sólo tres de cada 10 jóvenes –entre 19 y 23 años– tienen acceso a la educación superior, esta situación empeora porque en un promedio de uno a seis meses, después de haber ingresado a una universidad, entre 35 y 40 por ciento de los jóvenes que comenzaron una licenciatura se ven obligados a abandonarla porque no escogieron la carrera correcta o porque el plan de estudios no satisface sus expectativas.
Resulta difícil y atemorizante para nosotros como jóvenes descubrir qué será de nuestras vidas al terminar una licenciatura, e inclusive estudiando una carrera nos es arduo para algunos mantener un buen rendimiento escolar.
Tanto para los mismos jóvenes como adultos tenemos la responsabilidad de indagar y reflexionar porqué estamos permitiendo que la apatía crezca cada vez más y poseemos la obligación de eliminar cualquier situación o contexto que no permita que consigamos perfeccionarnos como estudiantes y lograr nuestros objetivos de vida