Las conversaciones por whatsapp nunca han sido ni serán de mi agrado, esta herramienta de comunicación se ha convertido en un impedimento para fortalecer los vínculos afectivos entre las personas; se preguntarán por qué.
Al ser un medio escrito, en donde no puedes escuchar la voz ni ver las expresiones faciales o corporales de las personas, cada quien le da un contexto, un significado o una connotación a las conversaciones que se tiene por este medio, lo que produce que muy probablemente tengas una mala interpretación de los mensajes o la información que te llega.
El “whats” se ha convertido en el principal elemento que ocasiona o causa peleas, o malentendidos entre las personas; primeramente por el famoso “seen”, el cual significa que alguien ha visto tu mensaje pero que por alguna razón no te contesta; el enojo y la desesperación de quien mandó el mensaje no se hace esperar, llega a pensar que la otra persona no tiene interés en mantener una conversación y por consecuencia el estrés, el desanimo e incluso la paranoia se apodera del emisor.
Pero realmente éste termina siendo víctima de sus ideas. El ejemplo ideal que engloba esta opinión, pasa día con día con aquellos que están inmersos en el proceso del enamoramiento; el hombre o la mujer al tener un arraigo afectivo piensan que ambas partes necesitan corresponder de forma inmediata al llamado del otro, sin embargo uno de los dos se olvida de que no vivimos completamente para estar al pendiente de contestar por “whats”.
Por tal motivo siempre voy a preferir una conversación frente a frente, de aquellas en donde la gente te contagia de su locura, alegría, tristeza… de sus emociones y sentimientos, en donde también podrás percibir que tanta afinidad existe entre ambos, algo que con “whatsapp” no podrás obtener.