El viento soplaba fuerte, el ambiente se sentía un poco frío, el cielo tomó una tonalidad gris que se solidarizaba con la causa, había tres personas aproximadamente a la 11:30 horas, cuando minutos después alumnos y colaboradores comenzaron a llegar, simultáneamente mientras se acomodaban formando un circulo, les colocaban una pulsera celeste en la muñeca en la que se leía “UDEM, unidos por la paz” acompañadas de dos palomas blancas.
“Lo que queremos es proponer actos pequeños que nos ayuden ser conscientes de que somos conectores de la paz y que la paz no puede venir desde arriba si no que tiene que empezar desde nosotros”, dijo Jorge Mejía, miembro del Departamento de Espiritualidad Universitaria para el Servicio (DEUS)
Algunos cuantos se ofrecían de voluntarios para llevar consigo un letrero que invitaba a quienes lo vieran a unirse, Mejía se dirigió al público mediante un megáfono y comenzó su discurso, habló sobre la ola de violencia que se vive actualmente en el mundo, un tono de preocupación se notaba en su voz, con los ojos fijos en el papel que tenía frente a él terminó su discurso para dar inicio a la marcha a las 11:38 horas, liderada por él y una alumna que portaba un tambor.
El tambor rojo vino sonaba cada segundo, un simbolismo que desde la antigüedad era utilizado para representar los latidos del corazón y que a su vez todos aquellos que lo escucharan pudieran sincronizar los suyos, salieron de rectoría alrededor de 35 personas completamente en silencio, sumergidos en pensamientos de paz, a paso medio rodearon los edificios tres y cuatro, los golpes de la vaqueta contra el tambor inundaban las paredes de los pasillos que recorrían.
Los ajenos a la marcha, volteaban a ver con curiosidad aquello que acontecía, sin importar la diferencia de carreras y edades, un grupo de personas se unieron a la marcha por una misma causa, la paz para todas las naciones; quienes no estaban participando guardaban silencio y se disponían a ver con atención.
Envolvieron por unos segundos a los edificios uno y dos, para continuar por el pasillo que conecta a la biblioteca con el estacionamiento, un pasillo frío y obscuro, subieron por la escaleras de la construcción de concreto, avanzaron por el pasillo de postes y cristales blancos, hasta que llegaron a la explanada del Centro de la Comunidad Universitaria (CCU) a las 11:53 donde se agradeció a los asistentes su presencia para posteriormente tomar la fotografía conmemorativa.