El silbato sonó desde su infancia
El futbol no reconoce edad, nacionalidad, raza, estatus socioeconómico, eso nos queda bastante claro cada que se juega una Copa del Mundo. Sin embargo, a veces no pensamos en que este bello deporte tampoco distingue género, y muestra de ello es Tania Llaguno, mediocampista de las Troyanas UDEM y estudiante de la carrera de Ingeniero Mecánico Administrador en la universidad.
Su estrategia consistió en centrarse en los comentarios positivos que le hicieron sobre su pasión por este deporte e ignorar aquellos que le indicaban formarse en algo más “femenino”, como la danza. Así lo ha hecho desde que tiene 11 años de edad, cuando jugaba practicaba este deporte con sus amigos, quienes rara vez le pasaban el balón, pero que, cuando menos, la incluían en su juego.
Desde pequeña, la mediocampista de Troyanas tuvo una gran admiración por Natalia Gómez Junco, una compañera mayor y actual seleccionada mexicana, quien le fascinó tanto por su forma de jugar como por su persona. Pero es Jacqueline Ovalle, actual integrante de Tigres Femenil, quien más la ha cautivado por su forma de moverse en el campo de juego.
De la Primera División Femenil en México, Tania apoya a los dos equipos regios, pues tiene amistades en ambos. Considera, además, que esta liga es un proyecto muy bueno, ya que brinda apoyo a las mujeres que practican el deporte en este país.
“Me encanta, creo que es un gran proyecto que está elevando el nivel del futbol femenil en México, dándonos la oportunidad de competir mucho más fuerte en el mundo. Pienso que abre los ojos de la gente, que rompe con la idea de que las niñas no juegan tan bien como los hombres, porque eso es totalmente falso. Hay muchísimo talento. Creo también que es un sueño para cualquier niña que juegue futbol.”
Al ritmo del reggaetón que suena en sus audífonos antes de cada partido, lleva ocho años de jugar para la UDEM y entrenar de dos a dos horas y media diarias.
Durante todo ese tiempo, ha soñado con levantar un campeonato al lado de las Troyanas y, pese a que éste aun no llega, Tania continúa con su entusiasmo cada vez que pisa el rectángulo de césped y le emociona siempre que hay un partido contra el equipo del ITESM.