Por sus trayectorias docentes e impacto en la formación de nuevos profesionales, un total de seis de las y los mejores docentes de la Universidad de Monterrey recibieron su nombramiento como Profesores Eméritos.
Quienes obtuvieron el reconocimiento fueron Roberto Hernández Ramírez, de la Escuela de Ingeniería y Tecnologías; Laura Lilia Esparza Martínez, de la Escuela de Negocios; Luis Eugenio Espinosa González, de la Escuela de Educación y Humanidades; Laura Elvira García Tovar, de la Escuela de Medicina; Angélica Quiroga Garza, de la Escuela de Psicología; y María Irma González Martínez, de la Vicerrectoría de Educación Media Superior.
Los nombramientos fueron otorgados de forma virtual la tarde del 3 de noviembre en una ceremonia de entrega presidida por los vicerrectores Carlos García González, de Educación Superior; Roble Garza Treviño, de Educación Media Superior; y Eduardo García Luna Martínez, de Ciencias de la Salud.
Las y los maestros distinguidos recibieron el nombramiento con base en la evaluación de su trayectoria, desempeño y trascendencia durante los años de servicio docente, a cargo de un comité.
A la celebración virtual, también asistieron directores y directoras de escuela, de departamento, de programa, así como docentes, colaboradores y quienes recibieron la distinción, así como sus familiares y amistades.
En su intervención, García González señaló que quienes reciben el nombramiento de Profesor Emérito son figuras ejemplares que han entregado una gran parte de su vida a la enseñanza, con la que han formado a diferentes generaciones de estudiantes, ayudándoles a convertirse en su mejor versión.
El vicerrector destacó que la vocación y la pasión por la enseñanza que los galardonados han demostrado se han convertido en una cadena de transformación positiva de la sociedad y, por ello, se admira y se respeta su invaluable labor académica.
“Gracias también por los valores que han sabido transmitir con el ejemplo, pues son la piedra angular de la formación integral de nuestros alumnos y su mayor arma para enfrentar el mundo profesional”, especificó.
Por su parte, García Luna Martínez aclaró que el nombramiento de un maestro emérito no es un trámite administrativo, sino el reconocimiento a una trayectoria de vida y de un compromiso consigo mismo.
“El reto del docente fue llevar el idealismo del estudiante que acudía con una vocación y sueños propios hacia otro que impulsa en su egreso como profesionista una visión clara de cómo debería ser el desempeño en el mundo que confronta”, describió.
El directivo afirmó que este proceso puede ser muy doloroso para profesorado y alumnado, pero a la vez puede ser terso si se acompaña al alumno con las personas correctas: “entre el idealismo de quien estudia y quien enseña no deben perderse los sueños, deben madurar los ideales”.
Asimismo, Garza Treviño indicó que los docentes de la Universidad se caracterizan por tener un perfil único que la UDEM impulsa y desarrolla confiando en que su profesionalismo, compromiso, vocación y experiencia permitirá despertar en los estudiantes el deseo de ser mejores, de alcanzar grandes metas y transformar su entorno.
Agregó que, por más de 25 años, dedicaron su vida a la formación de seres humanos que han egresado para aportar lo aprendido en el plano personal y profesional.