Las perspectivas de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) para la economía mundial estiman un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 3.1 por ciento en 2022, en tanto, para el 2023 se espera una disminución del 2.2 por ciento y un crecimiento de 2.7 por ciento para 2024.
“Nuestro escenario central no es una recesión global, sino una desaceleración significativa del crecimiento de la economía mundial en 2023, así como una inflación aún alta, aunque decreciente, en muchos países”, indicó Álvaro Santos Pereira, jefe interino de la OCDE.
Asimismo, se prevé un rebote de 2.7 por ciento en el año mencionado, con Asía como el pilar que compensa el desempeño bajo de Europa, Norteamérica y Sudamérica. Por lo tanto, las proyecciones de dicha organización para el conjunto de sus miembros contemplan una expansión del PIB del 2.8 por ciento en 2022, mismo que frenará un 0.8 por ciento en 2023 y rebotará un 1.4 por ciento en 2024.
Las tasas de interés en aumento, la apreciación del dólar estadounidense y el deterioro de los términos de intercambio incrementan los desafíos en el proceso de pagar la deuda externa y los déficits elevados.
Del mismo modo, persisten los riesgos en cuanto a la expansión constante proyectada en China con respecto a la debilidad en los mercados inmobiliarios, el aumento de préstamos morosos y las interrupciones de la política continua de Cero Covid-19: elementos que pesan en la demanda interna.
OECD (2022). Imagen recuperada de OECD Francia Twitter. https://twitter.com/OCDE_fr