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Casi todo el elenco de la exitosa telenovela colombiana está de regreso en la segunda parte de la historia que protagonizan Beatriz Pinzón y Armando Mendoza.  Foto: X/Prime Video LATAM

Tras 25 años, ‘Betty, la fea’ regresa para recordarle al mundo que las sociedades que ha desarrollado siguen siendo imperfectas


Por: Diana Cecilia Téllez Salazar

¿Por qué hay mujeres que se siguen sintiendo inseguras si creen que no cumplen con los estándares de belleza que ha impuesto la sociedad a través, por ejemplo, de la televisión, el cine y las redes sociales? ¿Por qué hay hombres que son tan amados o aceptados por las mujeres, aunque se note en ellos rasgos de machismo, autoridad y misoginia? ¿Por qué, a pesar de que el mundo ha avanzado en leyes que detengan la violencia hacia las mujeres, esta se sigue presentando a través de agresiones verbales y psicológicas?

Desde su lanzamiento, el 25 de octubre de 1999, hasta su regreso a las plataformas digitales el pasado 19 de julio, la telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea ha logrado mantenerse vigente en la memoria de varias generaciones precisamente porque refleja una serie de problemas que son comunes en las distintas sociedades y son el resultado de los estereotipos que estas han construido, como los conceptos de belleza, fealdad, machismo, roles de género y estatus.

El pódcast del periódico colombiano El Tiempo, Betty la Fea, ¿de verdad rompió los estereotipos?, emitido por primera vez en enero de 2019, dice que: “Ver Betty, la fea es como descubrir muchas cosas que antes normalizábamos y que ahora entendemos que no están bien que se vivan en una sociedad”.

La telenovela, que se transmitió en 335 episodios, entre 1999 y 2001, y que llegó a más de 180 países, de los cuales fue adaptada en 28 y doblada en 15, cuenta la historia de Beatriz Pinzón Solano, una brillante economista que era rechazada porque no era físicamente atractiva. Sin embargo, su inteligencia, destreza con los números y lealtad le permitieron lograr lo que ninguna mujer bella y con dinero pudo alcanzar: el corazón de Armando Mendoza, el joven empresario accionista de Ecomoda. En el proceso, Betty se enfrenta a burlas, incluso, en un principio, del mismo Armando y de su mejor amigo, Mario Calderón, otro directivo de la empresa, quien impulsa a Armando a usar a Betty y a ‘aprovecharse’ de las mujeres.

Esta historia también muestra estereotipos como el que clasifica a las mujeres hermosas como ‘superficiales’ y poco capaces de escalar posiciones por su falta de inteligencia, a los hombres gay como agresivos al intentar defenderse de los ataques que ellos creen que recibirán por su orientación sexual, a los criterios que usan algunos directivos para escoger al personal de las empresas y la posición de dominio y superioridad de quienes tienen el mando en las empresas y el poder económico en la sociedad, entre otros.

En 25 años que han pasado desde que se estrenó esta historia escrita por Fernando Gaitán, quien falleció en 2019, muchas cosas han cambiado, especialmente en lo relacionado en el ámbito laboral, en donde, por ejemplo, es imposible que hoy día un jefe tire del cabello a sus empleados o los encierre en cuartos oscuros y aislados para que hagan su trabajo o que abusen de ellos en cuanto a sus horarios laborales. Sin embargo, muchas otras cosas más no han cambiado y siguen siendo una amenaza, principalmente para la salud mental de los adolescentes que ven en redes sociales las reglas de belleza y perfección que tendrían que imitar para ser aceptados.

En 1999, esos estándares de belleza eran dictados por el cine y la televisión. Hoy, principalmente por las redes sociales. El problema es el mismo, pero proyectado por medios más masivos y tecnológicos.

El regreso de Betty, la fea: la historia continúa, emitido por Prime Video, que constará de 10 capítulos que se transmitirán durante cinco viernes (dos por día), es la continuación de la historia original que muestra problemáticas adicionales que dominan en las sociedades actuales: los dolorosos y complicados procesos de divorcio, las difíciles relaciones de los padres con sus hijos adolescentes, los intereses que se mueven en los puestos directivos de algunas empresas, los problemas financieros de las mismas y los desafíos que implica aceptarse como personas para poder sobrevivir en una sociedad que sigue siendo ‘cruel’ con cuantos intenten salirse de su ‘molde’.

En este mundo, la belleza sí importa

Desde el primer momento es muy claro que el atributo más importante que puede poseer una mujer es su belleza. Dentro de la historia, el privilegio de ser considerada una mujer bella puede traer grandes beneficios, pues significa desde un buen trato hasta oportunidades de trabajo, como el caso de Patricia Fernández, la “Peliteñida”.

Por otro lado, los insultos y maltratos que recibe Betty no son nuevos para ella, ya los ha escuchado y reconoce bien el porqué de la diferencia del trato, tanto así que ya no se sorprende por cómo la gente reacciona cuando la ve. Betty ha interiorizado que para la sociedad ella es fea y poco atractiva, por lo que se vale de su inteligencia, tenacidad y amabilidad para sobresalir en los espacios en donde se desenvuelve.

Es decir, Betty comienza a construir su identidad alrededor de que es “fea”, antes de que empiece la historia, durante la historia e incluso después de su cambio de look. “Esto nos habla de la importancia del lenguaje en la construcción de la autoestima y el autoconcepto”, según el estudio Violencias discursivas: el melodrama colombiano y la construcción de estereotipos de género, realizado por las estudiantes, de la Universidad Javeriana de Colombia, Gabriela González y Natalia González como tesis de grado para la Licenciatura de Lenguas Modernas, en el año 2022.

La belleza y la fealdad son estereotipos que han dominado siempre en todas las sociedades. Elizabeth Ballen, de la Universidad Nacional de Colombia, afirma en su tesis de maestría en Estudios de Género Feminidades y masculinidades en la telenovela Yo soy Betty la fea, del año 2003, que, realmente, los estereotipos en las telenovelas funcionan. “Los estereotipos son un consenso, una manera de construir y organizar la vida colectiva. Es por eso que la representación de estos de una manera cómica resulta agradable para el espectador, pues se identifica con estos discursos”.

La ‘superficialidad’ de la mujer

En la telenovela, las mujeres estereotípicamente bellas tampoco se salvan de ser señaladas. Un claro ejemplo es Patricia Fernández, cuya motivación principal es el dinero. Además de ser una de las principales rivales de Betty, Patricia manipula a los hombres a su favor para conseguir lo que desea.

En este caso, este estereotipo refleja cómo las mujeres feas se ven empujadas a desarrollar una personalidad profunda e inteligente, mientras que las mujeres bellas se quedan en la superficialidad. Actualmente estos discursos se han ido diluyendo; sin embargo, no se puede negar el impacto negativo en la construcción de estos arquetipos.

El discurso que ha tomado fuerza en los últimos tiempos, y que está en la base de la historia de Betty, es que la belleza es subjetiva. Las mujeres consideradas bellas son inteligentes y profundas, tanto como las mujeres catalogadas como feas o poco atractivas. Y, lo más importante, las mujeres no tienen que cambiar su físico para que se les reconozca en los espacios en los que se desenvuelven.

En la segunda parte de Betty, Patricia Fernández pasa a desempeñar un rol de mayor responsabilidad en la empresa, al ser la Jefa de Recursos Humanos de Ecomoda, mientras que Betty decide dejar atrás su imagen renovada y regresar a la Betty del fleco, los lentes y la ropa holgada.

Los 10 episodios de la segunda parte de Betty, la fea: la historia continúa se transmitirán los viernes, del 19 de julio al 16 de agosto, por Prime Video.

Los hombres de Ecomoda

¿Qué pasa con los personajes masculinos en esta telenovela? Don Armando y Mario mantienen posiciones de poder en la empresa, lo cual usan para abusar de éste, principalmente utilizando a las mujeres a su alrededor como objetos para su beneficio personal, empresarial, económico y social.

En la telenovela, don Armando, el presidente de Ecomoda, es generalmente amado por muchas personas y, aunque es un hombre inteligente, pone en peligro de quiebra a su empresa, es infiel a su prometida Marcela Valencia (importante accionista de Ecomoda) y manipula los sentimientos y las buenas intenciones de Betty para lograr beneficios personales y para su empresa.

Entonces, ¿por qué es tan querido? En parte por su aspecto físico, pero también por aquellos momentos en los que se muestra sincero, tierno y romántico.

En la segunda parte, don Armando ya no maltrata a Betty, a quien ama y trata bien, aunque le falta determinación para frenar situaciones que le hacen daño a su aún esposa. Es permisivo con las mujeres, lo que se presta a malos entendidos. El estereotipo de don Armando en la segunda parte ha cambiado.

Nadie se salva de la misoginia

Las experiencias de Betty son una representación de la misoginia que puede vivir una mujer. Esta telenovela señala, de manera cómica, el castigo social que se le da a las mujeres que son consideradas “feas”, violencia que no cesa hasta que su aspecto físico cambia.

Un perpetrador de esta violencia verbal es uno de los personajes más queridos de la serie: Hugo Lombardi, el diseñador de Ecomoda y el único personaje homosexual de la novela.

Las interacciones que Lombardi tiene con Betty suelen ser muy groseras, llamándola “moco”, “mamarracho”, “moscorrofio”, “bandida”, “brownie”, entre otras más. Esta misoginia latente, perpetrada por un hombre que pertenece a un grupo social históricamente reprimido sorprende si se le analiza desde este punto de vista.

La serie muestra que la misoginia no perdona grupo social, género, sexualidad ni estatus socioeconómico. Patricia Fernández, quien sobresale por su belleza, también es víctima de esto.

Estas actitudes son parte de las interacciones humanas más cotidianas y se expresan de diferentes maneras. El rechazo hacia otros que son considerados diferentes es algo que todavía se vive en las distintas sociedades, lo cual las hace aún imperfectas.

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