Trump vs. Harris: ¿Qué dicen las encuestas?
Por: José Álvaro Villarreal Ochoa
A menos de tres semanas para las elecciones presidenciales estadounidenses, las encuestas muestran una reñida competencia entre la candidata del partido Demócrata, Kamala Harris, y el candidato del partido Republicano, Donald Trump, en donde los números no se mueven más allá de los dos o tres puntos porcentuales de diferencia.
Desde el pasado 5 de agosto, cuando se revirtió la tendencia a favor de los demócratas, la corta distancia entre los dos candidatos en cuanto a intención de voto se ha mantenido, según el promedio de encuestas nacionales que realiza The New York Times.
El periódico estadounidense, junto con el sitio especializado en análisis político y encuestas FiveThirtyEight, recopila la información de mil 149 encuestas nacionales y estatales, la cual promedia para obtener resultados más globales.
De acuerdo con esta medición, después de que el 4 de agosto, un día antes de que Harris fuera elegida formalmente como la candidata del partido Demócrata, mostraran un empate en las encuestas de 47% cada uno, los porcentajes comenzaron a variar a favor de Harris hasta el día de hoy.
El 5 de agosto Harris obtenía el 47% contra el 46% de Trump. Y el 20 de septiembre, Harris alcanzaba el 49% contra el 47% de Trump, mismo porcentaje que reflejaba este jueves 17 de octubre el promedio realizado por el medio estadounidense.
Comparados con otros datos, la variación es parecida, de tres puntos porcentuales. El promedio de encuestas nacionales realizado por el mismo sitio FiveThirtyEight, pero en conjunto con la cadena de noticias estadounidense ABC News, muestra que la intención de voto por Harris es de 49%, mientras que la de Trump es de 46%.
Aunque la llegada de Harris a la contienda electoral significó un avance para la intención de voto a favor de los demócratas, en estas elecciones nada está dicho aún, toda vez que esa mínima diferencia puede jugar a favor de cualquiera de los dos o en contra de los mismos por el margen de error de las encuestas.
Además, las encuestas están hechas tomando en cuenta la intención de voto de los estadounidenses, pero el futuro Presidente del país norteamericano no se elige a través del voto directo de los ciudadanos, sino por medio de un sistema de votos electorales (cuyo número varía en los diferentes Estados), que no necesariamente coinciden con la mayoría del voto popular.
El sistema electoral estadounidense funciona así: Primero, los ciudadanos emiten su voto por cualquiera de los candidatos presidenciales, lo cual sucederá este 5 de noviembre. Luego, los Estados realizan los conteos respectivos y en 48 Estados y Washington D.C. el candidato ganador consigue la totalidad de los votos electorales de ese Estado. En Maine y Nebraska asignan a sus electores con un sistema proporcional.
Si bien la misma noche del 5 de noviembre podría proyectarse al ganador de la contienda electoral, luego del conteo de los votos de los ciudadanos, la decisión final que elegirá al próximo Presidente se conocerá hasta mediados de diciembre cuando los miembros del Colegio Electoral (electores) emitan sus votos.
Con este sistema puede ocurrir que un candidato que gane en la votación popular no sea electo Presidente porque no ganó los votos electorales necesarios, lo cual sucedió en las elecciones del año 2016, cuando Donald Trump resultó electo, aún que Hillary Clinton había ganado con el voto popular.
Para ganar la Presidencia, el candidato deberá obtener 270 votos electorales, de un total de 538 electores. Los Estados que tienen mayor población y, por tanto, mayor número de representantes en el Congreso, son los que tienen una mayor cantidad de electores. Por ejemplo, mientras que California tiene 54 votos electorales, Texas 40 y Florida 30, Dakota del Norte y Alaska tienen cada uno tres.
En este momento, Harris tiene 226 votos electorales probables o seguros y Trump tiene 219. Los 93 votos electorales que aún faltan están repartidos entre siete Estados considerados clave para definir esta elección presidencial porque históricamente no votan por un solo partido, sino que, dependiendo del momento y las circunstancias, pueden votar por uno o por otro.
Esos siete Estados en disputa son: Carolina del Norte (con 16 delegados o votos electorales), Michigan (15), Wisconsin (10), Nevada (6), Pensilvania (19), Georgia (16) y Arizona (11).
Y, hasta el 17 de octubre, las encuestas mostraban a los dos candidatos prácticamente empatados en esos siete Estados. En Carolina del Norte, Michigan y Wisconsin, Harris y Trump obtienen porcentajes iguales. En Nevada y Pensilvania, Harris aventaja a Trump por un punto porcentual, mientras que en Georgia y Arizona, Trump le gana a Harris por entre 1 y 2 puntos porcentuales.
Con unas encuestas tan reñidas que no permiten vislumbrar con más claridad al ganador, los analistas dicen que, al final, en la contienda electoral las posiciones claras de los candidatos sobre temas como la migración, la economía, los derechos reproductivos y la política exterior, al igual que el voto joven, hispano y afrodescendiente, serán determinantes para elegir, el 5 de noviembre, al próximo Presidente de Estados Unidos.
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