“That Girl”: ¿bienestar o presión disfrazada?


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Por: Margoth Borquez

Si pasas tiempo en TikTok o Instagram, seguro te has topado con videos de la tendencia That Girl. Son esos clips donde una chica se despierta antes del amanecer, hace yoga con ropa deportiva impecable, se toma un smoothie verde en una cocina perfectamente organizada y pasa el día tachando pendientes en su agenda minimalista. Todo esto, claro, con una luz dorada y música relajante de fondo.

En teoría, esta tendencia busca motivar a las personas a adoptar hábitos saludables y ser la mejor versión de sí mismas. Sin embargo, también plantea una gran pregunta: ¿realmente promueve el bienestar o solo impone una nueva forma de presión?

La idea de mejorar nuestra rutina es positiva, pero el problema con That Girl es que parece vender la idea de que el bienestar solo es válido si se ve bonito, si ciertos estándares se cumplen y si se logra mantener una disciplina casi perfecta, lo que puede generar ansiedad, comparación constante y, en casos más serios, afectar la salud mental y física de quienes intentan alcanzar este ideal.

Desde hace años, la cultura de la dieta ha encontrado nuevas formas de disfrazarse. Antes, era común ver anuncios de pastillas para adelgazar o dietas extremas, hoy, el mensaje es más sutil. En lugar de hablar de pérdida de peso, ahora se habla de “hábitos saludables” y “rutinas de bienestar”, pero el fondo sigue siendo el mismo. Hay una forma correcta de verte y de vivir.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición constante a imágenes idealizadas en redes sociales puede generar insatisfacción con nuestro propio cuerpo, ansiedad e incluso contribuir a trastornos de la conducta alimentaria. Es decir, lo que parece un simple video motivacional puede terminar afectando la autoestima de muchas personas.

Además, casi siempre, quienes participan en la tendencia That Girl son delgadas, jóvenes y con acceso a recursos para mantener su estilo de vida. ¿Qué hay de quienes  no encajan en el molde? La falta de representación diversa solo refuerza la idea de que el bienestar es un privilegio que solo merecen ciertas personas, en lugar de un estado accesible para todos.

Otro punto clave es que los videos de esta tendencia muestran solo una parte de la realidad. Nadie tiene una vida perfecta las 24 horas del día, los siete días de la semana; pero, al navegar en las redes sociales, es fácil caer en la ilusión de que los demás sí.

Plataformas como Instagram y TikTok funcionan como escaparates donde las personas eligen qué mostrar y qué ocultar. Detrás de cada video de una chica desayunando en su escritorio perfectamente ordenado, con frecuencia se ocultan horas de edición, filtros y repeticiones hasta obtener la toma ideal. Pero eso no se ve en pantalla y es fácil olvidar que la vida real es mucho más desordenada e impredecible.

De hecho, un artículo de The New York Times menciona que muchas personas han experimentado “burnout del bienestar”, un agotamiento causado por la presión de seguir rutinas supuestamente perfectas. Irónicamente, aquello debería generar tranquilidad, en realidad genera más estrés.

¿Y la salud mental?

El impacto de esta tendencia va más allá de lo visual. La comparación constante con un ideal inalcanzable, a la larga, genera ansiedad, puesto que la perfección es inalcanzable por definición, lo que hace a las personas sentir que nunca hacen lo suficiente.

Según un estudio publicado en el International Journal of Eating Disorders, el contenido de “vida saludable” en redes sociales puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria, especialmente cuando se enfoca en la restricción y la perfección.

Y esto no es solo teoría. Muchas personas han compartido en redes cómo intentar ser That Girl, al final, las hizo sentir peor consigo mismas. Algunas cuentan que empezaron a obsesionarse con la comida, a sentirse culpables si no cumplían su rutina. Y exigirse demasiado no lleva a nadie a sentirse mejor, porque el bienestar no se trata de perfección, sino de equilibrio.

Entonces, ¿cómo encontrar un bienestar real?

No hay nada de malo en tratar de mejorar nuestra rutina o adoptar hábitos saludables. El problema está en creer que hay una sola manera o un modo correcto de hacerlo y que, si no seguimos dicha fórmula, hemos fallado.

El bienestar real se trata de escuchar a tu cuerpo, encontrar lo que funciona para ti y no compararte con lo que ves en redes. Si ejercitarte te hace sentir bien, hazlo. Si prefieres dormir un poco más en la mañana en lugar de despertar a las 5 a. m., es válido. La clave está en hacer cosas nos hagan sentir bien, no en seguir un guión palabra por palabra.

Quizá, en lugar de aspirar a ser That Girl, lo mejor sea convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, con nuestros propios tiempos, ritmos y sin la presión de encajar en un molde.

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