
Ocho escritores que moldearon el canon de la literatura colombiana
Por: Ivana Ramírez y Jacobo Molina
Colombia ocupa el cuarto sitio en extensión territorial de Latinoamérica. Y si hay un rasgo que une a todo el interior de ese espacio es la diversidad. La belleza de los contrastes se encuentra en cada aspecto del país, como en sus ciudades más importantes, en donde la arquitectura moderna y colonial generan un escenario en el que dos épocas parecen luchar por imponerse. Pero estos contrastes podrían ser un reflejo de la diversidad natural, pues Colombia reúne una amalgama de ecosistemas que va desde una fracción de la vasta selva amazónica y los bosques secos, hasta la Sabana de Bogotá y regiones áridas, como el Desierto de la Tatacoa.
Por supuesto, semejante rasgo también cubre la sociedad y la cultura colombianas. La violencia del narcotráfico y las guerrillas contrastan con la belleza de la literatura que han ejecutado autores de este país. Pero, a la vez, estos opuestos se mezclan: la violencia ingresa en los relatos y versos que han permitido a Colombia ser la madre de un extenso y talentoso canon literario, uno que se ubica entre los más destacables de toda el habla hispana.
El cuerpo literario de Colombia merece reconocimiento. Sin embargo, por alguna parte tiene que iniciar el lector extranjero que tenga interés en conocerlo y, por este motivo, se presenta una descripción con los datos biográficos y las obras más importantes de algunos de sus narradores que fungen como una referencia de su literatura más destacada.
Aunque tomamos en cuenta el nivel de repercusión que estos autores han tenido en la literatura colombiana y latinoamericana en general, así como los reconocimientos que han obtenido por su obra, cabe aclarar que, como todas las listas, se hizo con criterios subjetivos.

Jorge Isaacs, el gran expositor de la novela romántica en Latinoamérica
Hay escritores que destacan por publicar una obra prolífica y, a partir de ésta, críticos y académicos establecen los títulos que, a su juicio, están mejor acabados, son más innovadores o condensan el trabajo del autor. El caso de Jorge Isaacs, autor nacido el 1 de abril de 1837, es muy distinto: su obra de carácter literario se reduce a Poesías (una compilación de su lírica del año 1864), Cartas de Jorge Isaacs (publicación póstuma en 1956) y, por supuesto, su novela María (1867), obra cumbre del escritor. Por otra parte, Isaacs también cuenta con publicaciones de índole política. No sorprende: luego de participar como soldado raso en la resistencia que buscaba deponer al golpista José María Melo, ocupó cargos públicos y consulares. A decir verdad, fue un hombre de múltiples facetas: poco antes de retirarse, llegó a trabajar como explorador.
Si bien es innegable que el romanticismo en lengua española contó con exponentes importantes, tanto en la Península Ibérica como en sus Virreinatos —Gustavo Adolfo Bécquer, José Zorrilla y Manuel Acuña, por nombrar los más destacados—, en este periodo no se distingue la presencia de una lista tan amplia o trascendente de literatura escrita por autores hispanos. Al abordar el romanticismo desde un ángulo crítico o académico, a menudo se seleccionan pocos títulos en español como ejemplos destacables del romanticismo, como sí ocurre con corrientes previas, como el Siglo de Oro. Es tal hecho lo que hace de María una novela excepcional. Si bien al principio fue una novedad extendida sólo a nivel local, diez años después de su primera publicación se volvió todo un fenómeno literario: una obra referente del romanticismo latinoamericano.

José Asunción Silva, un poeta de versos pioneros
Nacido el 27 de noviembre de 1865, José Asunción Silva es el gran poeta colombiano del siglo XIX. Entre sus obras más reconocidas se encuentran los poemarios que llevan por nombre Intimidades (1977), El libro de versos (1923), ambos de aparición póstuma, y Nocturnos (1894), así como una novela, titulada De sobremesa (1925). Admirado principalmente por su poesía, la obra de José Asunción Silva se caracteriza por abordar la belleza como fenómeno efímero, pero también la muerte y la melancolía.
Clasificar la corriente de este poeta es difícil. Suele asociarse al modernismo, pero también recibió una influencia significativa del parnasianismo y el romanticismo. Sin embargo, su expresión no se limita ni a los principios del parnasano, cuyo lema es “el arte por el arte”, ni a la ruptura formal deliberada y constante que caracteriza a la poesía romántica. Presentó una métrica innovadora y, en cierto modo, precedió al movimiento modernista, que se reconoce como la primera corriente literaria auténticamente latinoamericana. Aunque sus referentes seguían siendo europeos, podría decirse que la pluma de Silva dio a luz algunos de los primeros versos que encarnan la belleza del mundo, reflejándola con una mirada propia de un poeta latinoamericano que, aún hoy, constituye una parte muy importante del legado de nuestra región.
De la misma forma en que perdió a tantos familiares, en 1895 el poeta extravió varios manuscritos que contenían su obra inédita, entre los cuales estaban los poemas que más tarde fueron reunidos bajo el título El libro de los versos, uno de sus libros más importantes y que, sin embargo, no vio la luz sino hasta 1923. Pero, incluso entonces, se mantuvo fragmentaria, pues si bien José Asunción Silva trató de reescribir los textos, no dispuso del tiempo suficiente. Fue en 1945 cuando por fin se tuvo un facsímil con integridad, pero esta versión tampoco estuvo ajena de sufrir una tragedia: un incendio consumió dicha versión tres años después de su aparición.
Poseído por la sombra que ha seguido sus pasos desde su nacimiento, la sombra de la muerte misma, José Asunción Silva se disparó en el pecho el 23 de mayo de 1896, a la edad de 30 años. Tras su fallecimiento, una enorme cantidad de manuscritos caóticos y hojas dispersas manifestaban el estado anímico del poeta.

Gabriel García Márquez, el escritor que enseñó a narrarnos
Este autor ni siquiera requiere de presentación. Se trata de Gabriel García Márquez, escritor nacido el 6 de marzo de 1927. Es autor de novelas como Cien años de soledad (1967), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985) y El otoño del patriarca (1975); pero también de libros de relatos, entre los que destacan Doce cuentos peregrinos (1992) y La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972).
Ganador del Premio Nobel en 1982, este prolífico autor de narrativa formó parte de la Generación del Boom Latinoamericano. Su estilo abarcó, popularizó y desarrolló lo que comercial y popularmente se conoce como Realismo Mágico, una categoría que, sin embargo, el propio García Márquez veía con recelo, como también lo hicieron en su momento varios escritores cuya obra ha sido etiquetada con la misma categoría.
Por otra parte, fue un escritor altamente politizado. No se limitó a establecer una crítica sobre el intervencionismo e imperialismo de Estados Unidos en Latinoamérica, un tema que aparece en más de un pasaje a lo largo de su extensa obra, sino que defendió, aunque también criticó en varios momentos, la revolución y resistencia de Cuba. Fue cercano a Fidel Castro y, de acuerdo con algunos testimonios, llevó a cabo acciones diplomáticas de gran relevancia en nombre de su amigo.
Su influencia se plasma en la construcción de una identidad literaria y, por lo tanto, una herencia cultural que se afirma desde los habitantes de Latinoamérica como región. Su novela cumbre, Cien años de soledad, se considera uno de los textos más importantes de la literatura, al grado de haber sido comparada con nada menos que El Quijote, de Cervantes. En cierto sentido, Cien años de soledad es nuestro Quijote. En Macondo habita la identidad de buena parte de los pueblos latinoamericanos. No es sorpresa que ese pueblo ficticio haya sido, en más de una ocasión, reclamado como una versión literaria de varios pueblos de nuestra región.

Álvaro Mutis, el narrador que entremezcla géneros, mundos y estilos en la novela
Álvaro Mutis es un escritor colombiano cuya obra tiene características muy atípicas, infrecuentes en otros autores latinoamericanos. Este hecho lo vuelve, quizá, uno de los más originales. Nacido el 25 de agosto de 1923, su obra incluye novelas como La mansión de Araucaíma (1973) y Los elementos del desastre (1953), así como la antología de siete novelas que conforman Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero (1992), en la que aparece su personaje recurrente Maqroll. Su producción abarca tanto la narrativa como la poesía y es difícil de encuadrar en una sola corriente literaria, aunque se le asocia principalmente con el surrealismo y el Realismo Mágico; sin embargo, el lirismo y la experimentación no permiten encerrarlo en ninguna categoría comercial, académica o crítica.
Mutis inició su trayectoria literaria en 1948 con el volumen de poesía La balanza (1948), pero alcanzó reconocimiento internacional con Los elementos del desastre, donde exploró por primera vez a Maqroll el Gaviero. Posteriormente, su experiencia de quince meses de encarcelamiento en la prisión preventiva de Lecumberri, en Ciudad de México, influyó profundamente en su perspectiva sobre el sufrimiento humano, tema que retomó en obras como El diario de Lecumberri (1960) y La nieve del almirante (1986), su título más popular.
A lo largo de su carrera, Mutis recibió numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, destacando el Premio Cervantes en 2001, uno de los galardones más importantes de la literatura hispana, que comparte con otro autor colombiano, Gabriel García Márquez.
Mutis dejó un legado literario que se mantiene vigente luego de su muerte el 22 de septiembre de 2013. Tras él dejó un legado que se caracteriza por la exploración de mundos internos y por combinar elementos de la vida cotidiana con la fantasía, además de un tono y estilo llenos de lirismo.

Fernando Vallejo: una literatura de la violencia y actitud contestataria
Luis Fernando Vallejo Rendón, nacido el 24 de octubre de 1942 en Medellín, Colombia, es un escritor y cineasta reconocido por su obra polémica y su firme posicionamiento social. Su trabajo aborda temas como la defensa de los animales, la crítica a la iglesia católica, la política colombiana, el veganismo y el movimiento antinatalista, y se caracteriza por un estilo directo, crudo y contestatario, que ha generado tanto admiración como controversia. De hecho, quizá la controversia es su rasgo esencial, tanto en lo escritural como en lo personal: ha elaborado severas críticas en contra de escritores como Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Jorge Luis Borges e, incluso, contra Miguel de Cervantes.
Vallejo creció en una familia acomodada, pero su vida estuvo marcada por experiencias complejas, incluyendo traumas religiosos, la exploración de su sexualidad como hombre homosexual en un entorno conservador, el consumo de drogas y la violencia urbana, elementos muy presentes en La Virgen de los sicarios (1994), una de sus novelas más famosas.
Entre sus obras más destacadas se encuentra la serie autobiográfica de cinco volúmenes El río del tiempo (1999), en la que explora su biografía y reflexiona sobre la sociedad colombiana. Otros libros reconocidos incluyen El desbarrancadero (2001) y la previamente mencionada La Virgen de los sicarios. Su obra ha sido asociada con la corriente literaria nadaísta, caracterizada por su ruptura con las tradiciones literarias y sociopolíticas.

Juan Manuel Roca, un poeta del asombro y facetas múltiples
Juan Manuel Roca nació en Medellín, Colombia, en 1946. Se trata de un poeta contemporáneo ampliamente reconocido por su obra lírica, que se caracteriza por la apertura al mundo, la mirada infantil y el asombro ante la vida. Su infancia transcurrió entre México y París debido a la labor diplomática de su padre. Estas experiencias de viaje moldearon su sensibilidad poética de una forma significativa.
Roca ha declarado que su infancia constituye su “patria primera”, un espacio donde se cruzan delirio, asombro y creatividad, elementos que se reflejan en su obra. Su poesía muestra influencias de poetas como Arthur Rimbaud y Lautréamont y, en general, de corrientes literarias como el romanticismo, el surrealismo y las vanguardias latinoamericanas y europeas, pero sin dejar de incorporar una voz auténtica.
Entre sus características más notables se encuentra la construcción de la mirada infantil como patria sentimental, la integración de lo onírico y del delirio, y un compromiso social evidente: en sus versos se registran experiencias de violencia en Colombia, al tiempo que se busca refugio y comprensión frente a ellas.
Roca forma parte de la “Generación Desencantada”, grupo de poetas que difundió su obra en la revista Golpe de Dados, inspirada en el poeta francés Stéphane Mallarmé. Otros integrantes de esta generación incluyen a José Manuel Arango, Giovanni Quessep y Mercedes Carranza. Esta generación se caracterizó por abordar temas de injusticia y violencia, en un contexto marcado por la violencia política y el auge del narcotráfico, manteniendo un tono reflexivo que combinaba pesimismo y búsqueda de sentido.

Laura Restrepo: encuentro entre el periodismo y la ficción
Laura Restrepo, nacida en Bogotá, Colombia, el 1 de enero de 1950, tiene una obra que explora la escritura literaria y periodística, y a menudo se caracteriza por construir una combinación entre una y otra. Su activismo político la ha llevado a integrar, asimismo, la literatura con la denuncia social. Periodismo de investigación, experiencias personales y ficción confluyen en muchos de sus títulos, lo que sitúa su escritura en corrientes como el realismo social y, en ciertos casos, el realismo mágico. Aunque dichas categorías, como sucede con muchos escritores mencionados previamente, no alcanzan para describir su trabajo. En esencia, se trata de una escritora que fusiona la realidad y la imaginación. Restrepo define su narrativa como report style, que consiste en periodismo investigativo o, en sus propias palabras, consiste en “violaciones leves a los hechos verificables para permitir una interpretación personal”.
Esa línea que distingue la hibridez liberada por su narrativa no podría haberse formado sin una visión particular sobre la forma en que conviene abordar los eventos de la realidad. Esto resulta comprensible al conocer su infancia: su aprendizaje, con mucha frecuencia, sucedía a partir de experiencias directas y dirección propia. Su padre, desconfiado de la educación formal, prefirió dotarla de un método autodidacta: viajes, visitas a museos y lectura fueron los maestros de Laura Restrepo. Aunque posteriormente se matriculó y egresó de Filosofía y Letras e hizo un posgrado en Ciencias Políticas.
Restrepo comenzó a escribir desde temprana edad; su primer cuento data de los nueve años. Su obra aborda temas de violencia, corrupción y política en Colombia, influenciada por experiencias como su presencia en los conflictos en Nicaragua y Honduras durante la guerra entre sandinistas y contras, así como su participación en negociaciones con la guerrilla en la década de 1980. Entre sus publicaciones más importantes destacan Delirio (2004) y Leopardo al sol (1993), La novia oscura (1999) y Dulce compañía (1995). Su trayectoria le ha otorgado reconocimientos internacionales, incluido el Premio Alfaguara.

Pilar Quintana: la búsqueda de sí misma
Pilar Quintana es la escritora más contemporánea de esta lista y, además, cuenta con la distinción de haber sido incluida en la lista de los 39 escritores más destacados de Latinoamérica por el “Hay Festival” en 2007. Nacida en Cali, Colombia, el 1 de enero de 1972, la también guionista es conocida por su estilo preciso, sobrio y realista con matices góticos. Los temas que predominan en sus obras giran en torno a la mujer, la maternidad, la sexualidad, la infancia y la búsqueda de la identidad personal. Su voz puede entreverse en el enfoque crítico y reflexivo sobre la sociedad contemporánea. Entre sus obras más destacadas se encuentran Coleccionistas de polvos raros (2007, Premio de Novela La Mar de Letras), La perra (2017, IV Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana y un PEN Translates Award) y Los abismos (Premio Alfaguara, 2021). Esta autora llegó a dirigir la Biblioteca de Escritoras Colombianas, promoviendo la visibilización de la literatura femenina desde la época colonial hasta la actualidad.
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