Actualmente las personas no se definen como religiosos en cuanto a la práctica sino por las costumbres y una serie de tradiciones que heredan, pero ¿cuáles son las cosas que valen la pena vivir?, esta fue una de las premisas que abordó Mónica Sandra Szwarcer de Kligman, especialista en estudios judaicos, durante su participación en el Segundo Ciclo de Conferencias Religiosas organizado por la mesa directiva de las carreras de humanidades.
“A mi me gusta definir el judaísmo no como una religión porque hay mucha gente que se define como judío” dijo Szwarcer de Kligman, quién es judía de nacimiento y por convicción.
La maestra en Historia del Pueblo de Israel, destinó la primera parte de su ponencia para hablar sobre la serie de símbolos con los que se asocian los judíos: compartir una misma historia hasta participar de ciertas festividades y contar con un lenguaje en común; con el fin de explicar más adelante los aportes del judaísmo en la vida diaria.
“El texto bíblico es maravilloso, tenemos algunos momentos discusiones entre Dios y el hombre, unas veces gana Dios y otras veces gana el hombre, tenemos por ejemplo el caso del profeta Elías y de Abraham. Me parece buenísima esta consideración humana pues ¿donde está el poder de una persona de ir a discutir con Dios?”, expresó la egresada de la Universidad Hebrea de Jerusalén
“Nosotros también podemos cuestionar estas cosas todo el tiempo, no cuestionarla en modo de decir `no, esto no existe o `no lo hago´, sino llegar al mejor deal entre nosotros y nuestra iglesia”, agregó.
La conferencista reiteró que la ética, la moral y el seguimiento de las leyes son una aportación importante para poder practicar el precepto de no hacer lo que no nos gustaría que nos hicieran.
Educar a los hijos aparece bíblicamente como un mandato de los padres; en caso de que el padre falle se convierte en obligación de la comunidad enseñarlo a el.
Hay que recordar que tenemos libre albedrío, uno no es ladrón porque Dios lo hizo así, nosotros escogemos las acciones que se toman para mejorar el mundo señaló.
Así mismo destacó la importancia del valor de la vida, al recordar al público que nadie merece morir ni por cuestiones políticas e ideológicas como ha ocurrido en México.
Para finalizar recordó al público que la naturaleza es patrimonio de la humanidad y no está al beneficio de nadie, así como tener en consideración que todos merecen por lo menos un día de descanso sin importar su religión.
Durante el evento, que se llevó a cabo en la sala de eventos del CCU el 11 de Abril, también participó el padre Javier de la Torre como representante del cristianismo.