La inteligencia artificial como hoy la conocemos en películas dista mucho de la realidad, mientras los filmes nos muestran a robots que ayudan y que se rebelan como en “Terminator”, “Yo, Robot” y “Ex Machina”, el escenario termina por ser muy diferente a lo que se da a conocer al público.
Esta inteligencia artificial se basa en un software o sistema autómata que brinda un servicio similar al del factor humano pero sin meter las emociones, toma decisiones como una persona lo haría, pero definitivamente no es lo que vemos en películas y series que nos plasman que un robot es más humano que robot, hasta en su propia apariencia.
Lo que nos lleva a pensar: ¿queremos llegar a eso?, como seres humanos, ¿creemos ser capaces de poder aceptar un mundo en el cual haya un ser que se encuentre por encima de nosotros? Como ejemplo, hay sistemas en la actualidad que realizan ciertas acciones con mejor precisión que una persona. ¿Será posible que aceptemos una máquina que pueda hacer todo lo que nosotros realizamos, e incluso mejor?
Faltan aún muchos años para poder lograr algo parecido. Prototipos como carros autónomos y procesos automatizados en la industria se van acercando poco a poco a lo que queremos lograr. Sin embargo, por el momento todo es una ideología a futuro.
La rama de la inteligencia artificial ha existido desde hace ya mucho tiempo, pero no es hasta este siglo que existe suficiente capacidad de memoria, de procesadores, de muchas cosas técnicas, y sobre todo, de inteligencia humana, para poder imitar a esta misma a través de un código.