Definir tiempos, tener paciencia, buscar actividades de relajación y apoyarse entre miembros de la familia para las labores del hogar, son algunos de los consejos que recomendaron Daniel Ulloa y María Virginia Bon Pereira, maestros de la Universidad de Monterrey, a otros maestros que también fungen como padres de familia ante el reto de seguir dando clases y ocuparse de las labores domésticas durante la contingencia por el COVID-19.
Como medida ante el virus, la Universidad suspendió las clases presenciales y las reemplazó por clases en línea en su horario habitual, por lo que las actividades planeadas anticipadamente de alumnos y maestros se vieron modificadas a realizarse digitalmente; así pues, los maestros contaron cómo han llevado la cuarentena al momento de ejercer su profesión y su vocación de padres de familia.
Daniel Ulloa, maestro de la materia de Diseño de Audio y Efecto Especiales, contó que antes de entrar en cuarentena tenía el rol de cocinar desayunos y cenas para su esposa y sus hijas de un año 11 meses y tres meses, asimismo, pasaba tiempo en tardes y noches jugando con las niñas; esta situación ha hecho que adapte su nueva rutina con el trabajo, que innove y opte por alternativas que de otra manera no hubiera hecho.
Respecto a su rol como padre, el maestro de las carreras LAED y LPCD agregó que es complicado, pues entre él y su esposa tienen que mantener entretenida con actividades constantes a la mayor y les permita realizar de manera óptima sus actividades de trabajo en casa; sin embargo, dijo que de vez en cuando asiste una niñera que cumple con los requerimientos de higiene y aislamiento solicitados para cuidar a las hijas.
Por su parte, Bon Pereira, tenía como rutina trabajar en la mañana y mitad de la tarde para después ir por sus hijos de seis y ocho años a la escuela, y estar en su casa el resto del día para cumplir con su rol dentro del hogar, el cual incluye ordenar, limpiar, cocinar y coordinar las actividades de todos; de modo que para adaptarse a la medida de contingencia tiene que trabajar igual o más en la universidad de manera virtual, coordinar la escuela de ambos hijos y junto con su esposo, repartirse las labores del hogar.
Como maestros conscientes de la importancia de la educación, cada padre ha tomado diferentes medidas para que sus hijos continúen aprendiendo según su edad; Daniel tiene establecida una rutina variada para su hija mayor con actividades recreativas como pintura, plastilina, gises, manualidad, entre otras que al mismo tiempo la motivan, estimulan e incentivan; la maestra de comunicación también les ha enseñado cómo conectarse a las diferentes plataformas donde imparten clase en su primaria, aunque dijo que suele ser difícil por los problemas de señal del internet.
Este cambio radical ha tenido efectos tanto positivos como negativos; entre los aspectos positivos, Bon Pereira resalta la comodidad de estar en casa, alejándose del tráfico, el estacionamiento y la vestimenta, mientras que Ulloa habló de la valoración de la familia y el trabajo; Por otra parte, se tomó como aspecto negativo el estrés, la dependencia de los estudiantes al profesor y el tiempo invertido frente al monitor que puede tener diferentes consecuencias.