Alfabetización digital, la clave para poder vivir en un mundo tecnológico
Por: Isabella Chávez, Lucia Castillo y Karina Morales
Prohibir el acceso a celulares o a redes sociales no es la solución para combatir la desinformación y proliferación de noticias falsas. La solución está en la educación y alfabetización digital que reciban los niños y adolescentes en las escuelas y en sus hogares, afirmó Laura Martínez Otón, directora del Máster en Radio, Pódcast y Audio Digital de la Universidad de Nebrija y autora del libro Las fake news y las redes sociales en el escenario de la docencia.
Martínez, quien impartió la conferencia Las fakes news y las redes sociales en el escenario docente y en la familia en el marco del VII Coloquio de Investigación en Comunicación “Post-realidades” realizado por la Facultad de Educaciòn y Humanidades de la Universidad de Monterrey (UDEM), afirmó que en los últimos años el uso de la tecnología ha pasado a ser relevante para cualquier contexto y, con ello, también la alfabetización digital se ha hecho necesaria.
La alfabetización digital se refiere a las habilidades de las personas para investigar, analizar o criticar cualquier información que consuman en la red. Esta clase de educación les daría la posibilidad de poder diferenciar entre información veraz y objetiva de publicaciones falsas.
“En 2022, se reveló que las fake news (noticias falsas) se propagan seis veces más rápido que una noticia real y tienen 70% mayor posibilidad de ser replicadas y llegar más lejos”, revela Martinez en su libro.
Al incrementar el uso de los celulares a temprana edad, aumentan las posibilidades de que los niños consuman información falsa y a veces peligrosa al verse más expuestos a estos contenidos.
En respuesta, la sociedad ha demandado a las grandes empresas tecnológicas, como Facebook y X (antes Twitter), y algunos países, como Francia, Finlandia y Suecia, han decidido prohibir el uso del dispositivo o de ciertas aplicaciones en ámbitos escolares. Un ejemplo de esto es la petición de la UNESCO de restringir totalmente el uso de celulares en las aulas.
Sin embargo, Martínez señaló que el mundo está en una era de ciudadanos digitales y que los problemas que se están generando no van a desaparecer con prohibiciones.
“La prohibición de las redes sociales en las escuelas es una irresponsabilidad social, es ir pasos atrás. Es necesario educar a las nuevas generaciones. Estamos todos involucrados en el problema y, por ende, debemos ser parte de la solución”, dijo Martínez ante un auditorio de más de 70 asistentes presenciales y otros más vía Zoom.
De acuerdo con estadísticas presentadas por la experta, recuperadas de la fundación FAD juventud en Madrid, los jóvenes en su mayoría recurren a sus profesores como fuente de información cuando se trata de desmentir datos obtenidos en las redes sociales.
Es por esta misma razón que en marzo del 2024, y para resolver la necesidad de la alfabetización digital, arrancaron con el proyecto WISE-ME, liderado por la Universidad de Nebrija, el cual busca hacer un uso responsable de las redes sociales a través de la enseñanza y entendimiento de las mismas.
“La lucha contra la desinformación requiere educación”, enfatizó Martínez.
Las infancias, dijo, se han visto involucradas por crecer con la tecnología, por lo que resaltó el valor que tiene crear una cultura de responsabilidad para el buen uso de esta.
“Hay que involucrar a los niños para que sean misioneros digitales en sus casas, porque si tú educas a un niño para que se involucre en el empleo de redes sociales, el día de mañana ese niño llegará a su casa a decirle a su madre: ‘no mamá, no compartas este enlace porque en el colegio me han dicho que antes de compartir tienes que fijarte en esto’”, detalló la experta.
Asimismo, Martínez habló sobre la importancia que tiene la propia autorregulación de las redes sociales, pues están programadas para el consumo y la adicción lo que conlleva diversas consecuencias.
“La utilización de la tecnología está detrás de diversos problemas de violencia intrafamiliar, porque cuando a un menor no se le ha enseñado un buen uso de las redes sociales y es dependiente de un consumo audiovisual, es muy difícil poner un alto porque no hubo anteriormente un control parental. El problema es que muchos padres no saben cómo solucionarlo. Si hay una dependencia de la tecnología por parte de un menor, yo les diría que hay que consultar con un experto porque es un tema que no se puede abordar solo”, dijo Martínez.
La investigadora invitó al público a reflexionar acerca de la responsabilidad que implica usar la tecnología.
“Hay que involucrarnos con la tecnología y hacernos partícipes en la familia para aprender y desaprender. Esto suma mucho más que prohibir el uso de las redes sociales”, aseguró.
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