
Mientras exista la especie humana, resistirá la necesidad de contar historias: Agustina Bazterrica
Por: Marcelo Jorge
De acuerdo con Agustina Bazterrica, escritora argentina, la buena literatura conduce al lector a pensar y a cuestionarse, así como a crear atmósferas por medio de la imaginación y registrar la experiencia del ser humano a lo largo de los años. Quizá a esto se debe su amplia y peculiar concepción de la literatura: afirma no creer en los géneros literarios, a pesar de que reconoce su existencia.
La autora de Cadáver exquisito, novela galardonada con el Premio Clarín y el “Ladies of Horror Fiction”, publicó en 2023 Las indignas, en la que elabora la interpretación de un presente que, para ella, es dominado por la vileza y avaricia del ser humano.
Esta novela, publicada por el sello Alfagura, sitúa al lector en un futuro distópico con el registro de una narradora que forma parte de una secta religiosa donde la violencia es ejercida de diversas maneras: torturas, sacrificios y ceremonias oscuras, convocadas en el nombre de una falsa divinidad.
Sin embargo, no se trata del típico bestseller de terror psicológico, sino que plantea una trama con hondura, en la cual aprovecha para reflexionar sobre el uso del lenguaje como forma de trascendencia y como herramienta de dominación en las diferentes relaciones de poder.
¿Qué elementos, características o rasgos de la realidad observaste para crear estos mundos e historias distópicas?
Claramente me baso en nuestra realidad y en lo que subyace. Por lo menos en Argentina. En Europa te ponen multas si consumís más de lo que puedes consumir. Ya estamos contaminando los ríos y mares con plástico. En los pasados Juegos Olímpicos el Río Sena fue noticia porque estaba todo contaminado. No me parece casual que estén empezando a pasar estos fenómenos ambientales: incendios, sequías, inundaciones, que pasan, en parte, por la vileza y avaricia humana.
A mi parecer, la novela –como toda la buena literatura– reflexiona sobre el lenguaje. Identifico una premisa que me llama mucho la atención: después de que nos acabemos los recursos naturales y hagamos este planeta inhabitable, quizá lo que trascienda sea el lenguaje. La palabra escrita.
Me preguntan seguido si creo que los libros vivirán para siempre. Y no sé; quizás no, porque nada es permanente. Todo se transforma. Lo que sí me parece es que, mientras exista la especie humana, resistirá la necesidad de contar: en un principio, en la prehistoria fue con un fuego y la gente hablando de manera oral, con las ilustraciones en las cavernas, y eso fue mutando al libro, y ahora tenés el e-book y distintas herramientas. Me parece que siempre habrá alguien que encuentre su refugio en la escritura, en narrar las experiencias.
¿Qué experiencias tuyas están en esta novela o como parte de la obra?
Bueno, es una novela bastante personal en cierto sentido, porque si bien no vivo en el Medioevo, la novela plantea un futuro medieval. Hay muchos países en los que sí se vive esta situación, en los que las mujeres no pueden hablar en público. Sin embargo, parto de mi experiencia en un colegio de monjas alemanas, donde el clima era súper opresivo. Existía una falta de sororidad que está en la novela y yo la viví. Si bien a mí no me cortaron la lengua, no me cosieron los ojos, simbólicamente sí lo hicieron porque no podías cuestionar, porque si lo hacías te ponían amonestaciones o directamente te echaban del colegio. Yo no creo en las religiones, pero sí creo en los líderes espirituales que hablan del amor como la base. En el colegio se vivía un clima de “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, lo que dijo Jesús; pero después venían la represión y los castigos. Entre nosotras, las compañeras, ejercíamos control y siempre estaba presente la sospecha de impureza, de ser indigna. Sobre todo como mujer en los 80, y en Argentina, donde no se hablaba de feminismo. Naturalizamos muchas cuestiones patriarcales y machistas, que con el tiempo he reconstruido. Seguiré haciéndolo hasta el día de mi muerte.
Sobre el tema del fanatismo y las creencias. Tengo la impresión de que a veces estos temas son percibidos como anacrónicos, algo del pasado que ya no responde a las circunstancias de nuestros tiempos. Sin embargo…
Sí, es parte de la condición humana. Ahora tenés a las ultraderechas en distintos países, incluida Argentina. Pero hay resistencia.
Y ante esto, ¿qué rol debería jugar la literatura?
En este punto –para mí– la literatura como concepto, a nivel capitalismo, no sirve para nada. En el capitalismo todo debe producir y servir para algo. En ese sentido, la literatura escapa, por suerte. Porque, justamente, lo que me interesa de la buena literatura es que eventualmente me haga cuestionar, pensar y me lleve a atmósferas diferentes. Incluso puede ser una historia muy breve y no una gran historia; pero que me haga sentir algo, que el lenguaje y el registro de la experiencia me parezcan bellos, esto me parece que tiene el arte en general. El arte ha sido pensado y creado por personas distintas, en épocas diversas. Con la literatura y con el arte, vos podés dialogar con gente que murió hace mucho tiempo, con gente que está en otros países o pertenece a otras culturas, podés ver cómo piensan distintos temas otras personas, y eso te va enriqueciendo lo que llamamos la realidad, que no sabemos bien qué es porque, ¿qué es?, ¿dónde está el núcleo de lo real? Son todas interpretaciones. Me parece que la literatura y el arte tienen eso: permiten ampliar la mirada y la imaginación. Y esta, precisamente, hace falta no solo para contar historias, también para crear un plato de rica comida, planear una feria, construir un edificio o un puente. En fin, para lo que sea: para ser humanos.
En la historia tenemos a un grupo de mujeres que son constantemente violentadas. La figura del que ejerce violencia es un hombre: ¿será más fácil llegar al fin del mundo que al fin del sistema patriarcal?
No sé. Ojalá no lleguemos al fin del mundo y/o de la especie humana tan rápido. Todo indica que quizás sí, pero finjo demencia del mundo y elijo creer que trascenderemos el patriarcado, y que la especie humana va a seguir. Aunque los indicios y las cosas de lo que leo, así como las cosas que veo, indican lo contrario. Espero que lo podamos revertir o, al menos, retrasar.
A pesar de que esta novela presenta una historia oscura, cruel y cruda, también nos deja ver que, incluso en dichos contextos, el amor está presente. ¿Cuál es la relevancia de que se haga presente el amor en esta historia? ¿Símbolo de esperanza?
Sí, para mí el amor tiene que ver con la energía universal. Hay dos grandes energías para el ser humano, en mi opinión: amor y miedo. El miedo lo necesitamos para sobrevivir, pero también, con ayuda del miedo, podés manipular a poblaciones enteras. Uno de los mecanismos de manipulación más sencillos es generar miedo, porque trae lo irracional, y así no hay cuestionamiento. Para mí, todo lo negativo, todas las miserias, vienen del miedo en el ser humano; mientras que todo lo positivo viene de esta energía del amor.
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