Participación ciudadana en procesos electorales


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Por: Enrique Herrera

Un representante del pueblo es un representante de la voz de ese pueblo y es responsable de su bienestar. Esto es algo que los ciudadanos continuamente olvidamos, pero que debemos tener presente y evaluar por ser quienes los elegimos y pagamos sus salarios.

Un proceso electoral es más que solo acudir a votar. Es también poder elegir al partido sea una opción que se identifique con lo que la sociedad necesita, que quienes están participando en una contienda electoral sean una opción competente demostrando una mayor capacidad de trabajo y responsabilidad.

Tenemos que recordar que el pueblo es quien elige a sus servidores públicos y también el que los quita de sus cargos si estos no le sirven. Así de simple como en cualquier empleo porque el servicio público también es un empleo porque se paga.

En una campaña se nos prometen la luna y las estrellas y todas las selfies que uno quiera, pero eso no arreglará nada. Hay que saber que el poder carismático no siempre sirve para arreglar y administrar una ciudad, un Estado y menos un país. Esto es algo básico que debemos identificar antes de elegir al que nos representará como servidor público.

El servicio público es un puesto de suma importancia social, ya que representa la voz y la voluntad de toda una comunidad. Y es por esta simple razón que los ciudadanos no debemos renunciar a darle seguimiento al ganador electo por la mayoría de los votos.

Los ciudadanos tienen el derecho de saber en qué se destinan los recursos públicos y es responsabilidad del funcionario público decirlo.

Las elecciones en México tienen su propia historia, parecida posiblemente a la de otros países, pero única en el mundo por toda la transformación que se ha hecho de las campañas electorales y por la serie de reglas y candados que el mismo INE (Instituto Nacional Electoral) impone. Es decir, cada institución se adapta a las políticas del país en donde esté, y el INE es una institución que se seguirá adaptando y actualizando según los avances y requerimientos del país.

A diferencia de otros países, la boleta electoral mexicana tiene como particularidad la presencia de muchos partidos políticos, y surgen nuevos partidos, incluso a nivel Estado, que no llegan ni al 1% del respaldo en las urnas y pierden el registro. Todos estos partidos sustentan sus gastos de recursos públicos. En muchos casos, cuando estos partidos no presentan un candidato se unen en alianza con otros y dependiendo del alcance que se tenga será el número de escaños parlamentarios que obtengan una vez terminadas las elecciones, ya con los resultados finales.

Para las elecciones en México se buscan muchas cosas, pero desde mi punto de vista, tres son esenciales:

1. El reforzamiento en la autonomía del INE. Es decir, que el Instituto no dependa de una secretaria o que quien sea su presidente no sea designado por el Poder Ejecutivo (Presidente de México), por dar un ejemplo.

2. La participación, que busca que sus ciudadanos acudan a las casillas electorales a votar.

3. La transparencia. No se puede votar con desconfianza de que habrá un fraude o de que hubo un robo de urnas o como lo que pasó en la elección presidencial de 1988, lo cual forma parte de nuestra historia como un hecho deplorable. Una “caída de sistema” sería ahora inaceptable para el México actual.

Para que todo esto ocurra, el INE por sí solo no puede. Se requiere de la presión, crítica y exigencias de la ciudadanía, y México está, poco a poco, si usted quiere, a pasos de tortuga, educándose en el tema electoral. Nos falta, pero teniendo voluntad, aunque sea de unos pocos, la libertad y la democracia seguirán vivas.

Con el objetivo de motivar la participación ciudadana y para garantizar un tratamiento informativo adecuado frente a los contenidos presentados, los invitamos a escribir a [email protected] en caso de dudas, aclaraciones, rectificaciones o comentarios.

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