Cortometraje Alivios director
Juan Manuel González Fernández, director y guionista del cortometraje Alivios, el cual se filmará en agosto y se estrenará en 2025.  Foto: Jimena Pérez Ramos

Alivios, el cortometraje regio que abordará la universal inquietud sobre la muerte


Por: Macarena Valdés

De la mano del director y guionista Juan Manuel González Fernández, un grupo de creativos prepara la producción del cortometraje Alivios, el cual aborda el tema de la muerte, vista desde el amor, el sacrificio y la renuncia a cambio del bienestar de un ser amado.

El filme, que se realizará durante cinco días en Nuevo León, del 13 al 17 de agosto, contará con actores de primera línea, como Luisa Huertas, Oliver Cantú y Roberto Cázares. Los dos últimos con papeles importantes en la recién estrenada serie regiomontana Sierra Madre: Prohibido pasar.

El cortometraje será dirigido por Juan Manuel González, quien fundó el Festival Internacional de Cine de Monterrey (FIC Monterrey), y estará acompañado por un equipo de profesionales con amplia trayectoria en producción cinematográfica.

El guión, escrito por quien también funge como director del Departamento de Cine y Comunicación de la Universidad de Monterrey (UDEM), cuenta la historia de un momento en la vida de una madre y de su hijo, en el que la muerte se presenta como la opción más posible para aliviar el sufrimiento de ella y paliar las angustias con las que carga su hijo. La posibilidad de la muerte, que pone en una encrucijada al hijo y lo orilla a tomar una decisión, se convierte entonces en una expresión sublime de amor, pero a la vez difícil de tomar y de asumir.

En entrevista con la Agencia Informativa, el cineasta Juan Manuel González cuenta los detalles de este proyecto cinematográfico.

En los últimos años usted se ha enfocado en el trabajo en la Academia y en la dirección del Festival Internacional de Cine de Monterrey. Ahora, regresa a la producción cinematográfica. ¿Cómo ha sido esta época alejado de hacer cine y ahora regresar con el cortometraje Alivios?

En realidad, nunca me alejé del cine. Aunque dejé en pausa hacer producciones cinematográficas, seguí escribiendo guiones. Además, casi todos los años he dirigido los cineminutos promocionales del Festival Internacional de Cine de Monterrey. Por ejemplo, en el año 2012, cuando España fue el país invitado al Festival, dirigí el cineminuto de esa octava edición del FIC, el cual estuvo protagonizado por una exalumna de la Universidad de Monterrey, Diana García. Y trabajé en otros cineminutos, aunque sí son producciones cortas.

También, durante cinco años estuve haciendo un documental sobre la fiesta de San Judas Tadeo en Monterrey, que se estrenó en el año 2020 y que el próximo año podrá ser visto por un canal de televisión. Con Alivios regresaré a los proyectos cinematográficos más grandes y más estructurados, que tienen una ruta de producción y distribución distinta.

¿Cómo se formó la idea de Alivios?

Alivios es un guión que yo ya tenía escrito y lo presenté al Grupo de Creación del Departamento de Cine y Comunicación de la UDEM. Es un grupo que se ha integrado por unos 13 profesores y que estamos desarrollando proyectos creativos que, en términos académicos, puedan tener el mismo valor que un proyecto de investigación. Este Grupo ya ha tenido dos exposiciones en la Galería de la Agencia Informativa: Paisajes para armar y Post-Realidades. En septiembre habrá otra exposición; pero, además de fotografías, el Grupo producirá cortometrajes y Alivios inaugurará esta nueva etapa creativa. Hay una actividad creadora mucho más organizada que está surgiendo de la Academia que no existía antes y el Grupo está liderando esta iniciativa.

Sobre los temas que parece seguir el corto, ¿cómo se fueron construyendo?

Alivios tiene que ver con la determinación o la autodeterminación de lo que queremos que sea nuestra vida en diferentes etapas. Y en Alivios veremos esto desde dos ópticas. La del personaje principal, Carlos, que tiene entre 45 y 47 años, y la de su madre, que tiene 76. Uno está a la mitad de la vida y ella más cerca del final, pero ambos personajes tienen necesidad de aliviar diferentes cosas. La señora sufre terribles dolores generados por la artritis que la hidroterapia le ayuda a mitigar, mientras que los dolores del hijo están más relacionados con lo emocional, con la soledad y con la dificultad de entablar relaciones. El hijo no tiene dinero para pagarle las terapias a su madre, pero consigue que un amigo le ayude abriéndole en la noche, a escondidas, el centro de hidroterapia en donde él trabaja para que la señora pueda ir a la alberca. El corto trata sobre una noche en particular en la que, estando en la hidroterapia, la madre le pide a su hijo que la deje morir.

Los acercamientos al tema de la muerte son varios, dependiendo de cada sociedad y cultura. ¿Qué mirada quiere presentar este corto, desde dónde se acerca al tema de la muerte?

La muerte es un tema que a todos nos interesa porque todos sabemos que algún día nos vamos a morir y todos los días estamos haciendo lo posible por no morirnos ese día. Cruzamos la calle con cuidado, tratamos de alimentarnos bien, dormimos, etcétera. Estamos continuamente buscando seguir vivos, pero la muerte es algo inevitable. Yo ya había explorado el tema de la muerte en un proyecto anterior llamado Al Fin. Este cortometraje narra los últimos cinco minutos de vida del protagonista, un hombre de 35 años que muere de manera violenta. En esta historia, la persona muere un día en el que él jamás se hubiera imaginado que iba a ser el último día de su vida, mientras que en Alivios el tema de la muerte se aborda desde otra perspectiva. Alivios presenta el dilema de cuando vivir ya no te aporta nada o si tu vida puede llegar a ser un impedimento para que otros puedan desarrollarse y crecer. Así lo siente la madre. Entonces, sí tiene que ver con la muerte, pero también con la identidad personal y con la manera en la que nos enfrentamos a las situaciones difíciles de la vida porque Carlos tiene que tomar una decisión. ¿Permite o no que la madre muera? ¿Eso le conviene a ella? ¿Le conviene a él? ¿No le conviene a ninguno de los dos? Son una serie de preguntas que el corto plantea y que busca dar alguna respuesta.

¿Cuál es el equipo que está detrás de la producción del cortometraje?

El equipo está conformado por miembros del Grupo de Creación, que son maestros en el Departamento de Cine y Comunicación de la UDEM. Janeth Aguirre Elizondo, exdirectora de FIC Monterrey, es la productora del corto. El cubano y profesor de cine y televisión en la Universidad Pedro Enrique Moya es el director asistente. Rodrigo Martín Jaffe, maestro y exalumno de la Universidad y ganador en el Festival del 2018 al Mejor Cortometraje Kinostart por “Reset”, un corto que dirigió, es el productor en línea. Paola Del Real, directora de la Licenciatura en Ciencias de la Información y Comunicación de la UDEM, es la gerente de producción del corto. Yo soy el director y guionista, y además tenemos a entre 10 y 15 estudiantes de la Universidad colaborando en este proyecto, en diferentes áreas. También tenemos la colaboración de Miguel Tafich, que es nuestro cinefotógrafo, exalumno de la Universidad y que ya tiene una importante trayectoria como fotógrafo; y de Luis Rodrigo Garza, también exalumno que nos está apoyando en el tema del “Behind the Scenes” y las fotos fijas. Este equipo estará acompañando a un gran reparto que protagonizará el corto.

¿Y quiénes forman parte del reparto de la obra?

En el corto actuarán la salvadoreña-mexicana Luisa Huertas, quien interpretará a Rosa, la madre de Carlos, el protagonista. Ella, sin lugar a dudas, va a aportar mucho para que el proyecto se consolide. Y los regiomontanos Oliver Cantú, quien interpretará a Carlos, el hijo; y Roberto Cázares, que será Layo, el guardia de seguridad que los deja entrar al sitio de hidroterapia. Los tres actores tienen muy buenas trayectorias. Luisa Huertas tiene 33 años de carrera en cine y televisión, ha participado en 16 películas y en algunas telenovelas como Carrusel (1989) y Volver a empezar (1994), y en series como La casa de las flores (2020), entre otras.

Oliver Cantú y Roberto Cázares acaban de tener papeles importantes en la serie Sierra Madre: Prohibido pasar, la cual se estrenó este año.

¿Cuál es el aporte al proyecto que hacen maestros expertos en la producción de cine? ¿Qué es lo que se busca al conformar un equipo mixto de maestros y alumnos?

Los maestros le dan un valor académico al proyecto y le dan un valor en términos de la formación de nuevos talentos. El hecho de que haya estudiantes colaborando con profesores permite que estos muchachos adquieran más experiencia a nivel profesional y que nosotros como profesores colaboremos en cuestiones profesionales y no solamente académicas.

Ahora que se encuentra de regreso en las producciones cinematográficas, ¿qué sentimiento le genera esto?

Estoy muy emocionado, la verdad es que me da mucho gusto el que estemos haciendo este proyecto entre profesores y estudiantes, incluso con exalumnos porque se vive un sentido de comunidad.

¿Cuál es el futuro que ustedes proyectan para este cortometraje?

Primero, el corto estará terminado a principios de 2025. Luego, comenzaremos a buscar que tenga presencia en diversos festivales, especialmente de México y, si se puede, también internacionales. Que tenga una vida allá afuera y después de eso todo será ganancia en cuanto al impacto que logre generar la producción porque tocará un tema universal visto desde la perspectiva cultural del norte del país. Ahora lo importante es que el corto salga, que se vea y que genere discusión.

¿Quiénes están impulsando o financiando este proyecto? ¿Cómo se están buscando los recursos?

Estamos buscando los recursos de diferentes maneras. La UDEM está colaborando con nosotros. Vamos a trabajar con un equipo audiovisual de la UDEM. También nosotros, el Grupo que está realizando el corto, incluyendo los estudiantes, estamos aportando recursos económicos y técnicos para poder consolidar el proyecto. Sin embargo, hacer cine es caro y Alivios no es un proyecto barato. De los cinco días de rodaje que tenemos, 4 días y medio son en una alberca y es un rodaje que se hará de noche, lo cual eleva los costos de producción. Por esto, además de poner recursos propios, abrimos una campaña de Kickstarter para que el público que nos pueda apoyar lo haga a través de donaciones de 500 pesos en adelante, lo que deseen aportar. Los proyectos de Kickstarter, además de que te ayudan a financiar el corto, crean una conciencia colectiva de que el proyecto está andando. Utilizar una plataforma de “crowdfunding” como esta no nada más es para obtener el dinero, que sí nos urge, sino que te ayuda a generar comunidad y a difundir el proyecto.

Dice que son cinco días de rodaje. ¿Cuándo comenzará la producción y a qué retos se enfrentará?

Empezamos el 13 de agosto. Este, como todo proyecto cinematográfico, conlleva una gran cantidad de retos y de imponderables. Hay cosas que sabes que te faltan y hay cosas que no sabes que te faltan y luego aparecen. Uno de los grandes retos es filmar en el agua todos esos días, la velocidad de trabajo y lograr sacar las 12 páginas del guión en el tiempo presupuestado, es decir, estaríamos filmando entre dos y tres páginas por día.

¿Qué retos tiene la industria cinematográfica en México y, específicamente, en Nuevo León para impulsarla y dinamizarla aún más?

Son retos diferentes. A nivel país creo que en términos de producción no estamos tan mal. El año pasado se produjeron 234 largometrajes y 87 series. El problema es que la producción cinematográfica no está bien distribuida a nivel nacional porque la mayor parte, alrededor de un 90%, se produjo en la Ciudad de México y lo demás entre Guadalajara, Monterrey y otros lugares.

Entonces, uno de los retos es descentralizar la producción, que haya la posibilidad de filmar más fuera de la Ciudad de México. Y el otro gran reto es la exhibición, que logremos que nuestras películas estén en las salas. Desafortunadamente, la competencia es muy feroz. Hollywood no nada más invierte mucho dinero en la producción de películas, sino que pone a grandes actores y le da mucha acción al público, que paga con gusto 100 pesos por ver cada película. En cambio, en las películas mexicanas los actores no son tan famosos, las historias son más pequeñas y hay menos efectos especiales, pero cuestan lo mismo. Entonces, uno de los retos es que el público entienda que paga por ver películas con temas culturales, que no tienen los mismos niveles de producción que un producto Hollywoodense. Nos vemos y nos entendemos a través del cine. Si no vemos nuestro propio cine y, en cambio, vemos el cine de otros países, estamos viendo y entendiendo a la gente con la que no convivimos todos los días. Está bien entenderlos y el cine es una ventana a otros países y a otras culturas. Está muy bien conocerlos a través del cine, pero también tenemos que conocernos nosotros y saber cómo hacer cine indígena en Chiapas, por ejemplo.

¿Y qué le falta al cine en Nuevo León?

Falta que se termine de aprobar en el Congreso estatal la Ley para el Impulso, Desarrollo y Promoción de la Industria Cinematográfica y Audiovisual en el Estado y que el Gobernador la firme para que ya, siendo una realidad, exista la posibilidad de incentivos económicos para quienes quieran filmar en Nuevo León. Esto le daría un importante impulso a la producción cinematográfica en el Estado.

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