Sin la necesidad de recurrir a los clichés de la televisión mexicana, La Casa de Las Flores a causado furor en las redes sociales debido a su repentino éxito en su fin de semana de estreno en Netflix. Con la inclusión de temas actuales, un diseño de producción que te atrapa, y el uso de actores contemporáneos y otros clásicos como la Vero Castro, esta serie rediseña la vieja estructura de la telenovela convirtiendo en una exitosa serie web.
La narración muy al estilo de Desperate Housewives por parte de Roberta (Claudette Maille), nos conduce a las vidas de los integrantes de la familia De la Mora, los cuales se enfrentan a cambios causados por el suicido de una misteriosa mujer, la doble vida de su padre y secretos familiares que podrían alterar el estatus de perfección que la matriarca Virginia de la Mora (Veronica Castro) se ha esforzado tanto en mantener.
Manolo Caro, director de “No se si cortarme las venas o dejármelas largas” y “Elvira”, es quien lleva la batuta de esta producción, y aunque la historia, como muchas otras, se basa en una familia adinerada de la Ciudad de México; el guión, lleno del folklore de abolengo, permite explorar el choque generacional entre baby boomers y millennials mexicanos así como sus reacciones a temas como la bisexualidad, el uso recreativo de la mariguana, la transexualidad y la necesidad de mantener las apariencias.
La inclusión de Castro, icono popular mexicano por canciones como “Macumba” y “Malanoche”, y actriz de telenovelas como “Los Ricos También Lloran”, agrega el factor anhelo de lo que alguna vez fue parte de la televisión mexicana. Sin embargo, Cecilia Suarez, musa recurrente de Caro, es quien destaca en su interpretación con un acento emblemático (culpable del #PaulinaDeLaMoraChallenge), que ha dejado a muchos espectadores confundidos y enamorados de su personaje Paulina, la hija mayor y en quien recae la responsabilidad de mantener a la familia en orden.
Arturo Ríos, Aislinn Derbez y Dario Yazbek interpretan a los demás integrantes de la familia: Ernesto, Elena y Julián. Por otro lado, Juan Pablo Medina le da vida a Diego Olvera, el asesor financiero de la familia y pareja de Julián; mientras que Lucas Velásquez es Claudio Sánchez, un posible nuevo integrante de la familia De la Mora y nuevo interés amoroso de Elena. Por ultimo, Paco León encarna a María José, una mujer transexual muy cercana a esta peculiar familia.
León, reconocido actor español, trajo consigo bastantes criticas debido a que al ser un hombre cisgenero quien interpretaría a una mujer trans, causó polémica dentro y fuera de la comunidad LGBT+; a pesar de la controversia, su interpretación resulta buena y respetable.
El diseño de producción se destaca principalmente por una pintura surrealista de la artista regiomontana Roberta Lobeira, la cual a través de un intro animado, nos presenta flores, coronas, y espinas, para representar las pruebas y tribulaciones de los miembros de la familia. Esta fantasía continúa a lo largo de la serie con una sinfonía de colores y excentricidades que parecen sacadas de un filme de Almodovar (a quien el director siempre ha admirado) para representar la extravagancia y manía por las apariencias.
De manera casi contradictoria a la temática de le serie, Manolo Caro le regala a México una producción atrevida y carismática, que entretiene y critica a las personas que la disfrutan, sin tener miedo al que dirán.