Conflicto Israel-Palestina: la dicotomía en la cobertura mediática
De alguna manera, las redes sociales fomentan la expresión de diferentes opiniones en torno a cualquier tipo de tema. En ese contexto, es difícil saber a qué hacerle caso y a qué no.
Últimamente, Twitter –o X– ha presentado contenido sobre el conflicto de Israel y Palestina. Sin embargo, la mayoría de publicaciones están sesgadas, denigran o comparten información plenamente falsa.
Abundan las publicaciones sobre presuntos acontecimientos sucedidos en estos países: bebés decapitados (confirmado como falso ya que las fotografías eran de hace años), miembros de Hamas yendo “puerta en puerta” con propósito de “matar a civiles israelís” (video que resultó ser sobre la redada a una sola casa y no a toda el área), muertes de reporteros que no existen (véase el caso de Verona Mark del BBC), fotos de casas con muebles sangrientos tras ataques de la organización terrorista palestina (las cuales se encontró que fueron fabricadas).
Incluso cuentas en redes sociales que tenían el único propósito de publicar memes, ahora están compartiendo sus opiniones. Una cuenta de memes estadounidense con 16.9 millones de seguidores, FuckJerry, compartió un video en el que entrevistaron a personas en una protesta a favor de la liberación palestina. Este muestra a los entrevistados diciendo comentarios antisemitas directamente a la cámara y lleva como título “¿Son éstas protestas por la paz… o por el antisemitismo?”.
Es una realidad que tanto los israelís como los musulmanes han estado sufriendo mucha más discriminación a raíz de los hechos, pero resulta peligroso retratar a todo el movimiento Pro-Palestino como antisemita. A la larga, esto causa que se pinten a todos los que están a favor de este movimiento como racistas, por ende demonizándolos. Se vuelve una espiral de odio y división.
Además, hay también docenas de publicaciones, una de ellas por el actor Noah Schnapp, en donde se condena a cualquier persona que no esté apoyando a Israel: “O estás con Israel, o estás con el terrorismo”. La misma retórica se ha utilizado en ambos lados, tomando una postura absolutista y afirmando que dejarán de asociarse con gente que se identifica con Israel, pues significa que “apoyan el genocidio”.
Estos ejemplos son unos entre miles que alimentan el ciclo de la desinformación y la propaganda política. La guerra también se libra dentro de las redes sociales en las que solo se apuntan dedos y se tiran culpas hacia el lado contrario.
Una opción viable para evitar esto sería buscar información en medios oficiales. Empero, los periodistas que sí quieren reportar de manera honesta, que arriesgan su vida, que van y están en medio de la acción están siendo asesinados. Alrededor de 24 de ellos, muertos. Y si no, amenazados con ataques, arrestos, censura y hasta con el asesinato de sus familiares u otras personas cercanas. Las primeras tres semanas de esta guerra han sido el período más mortífero para los periodistas que cubren el conflicto desde 1992.
Con estos niveles de violencia, ¿de qué forma se ve afectada la cobertura periodística? Lamentablemente nos quedamos con la incertidumbre ¿Será verdad? ¿Será propaganda? Una guerra mediática para ganar la opinión de las masas.
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