Dame like, dame like, soy esclavo de la red social

«Apenas tengo 42 likes…”, “no seas gacha dame uno…”, “¿ya viste? la foto de Caro tiene 375 ¿Cómo le habrá hecho?” Son los diálogos de las personas que a diario buscan Insta­apoyo.

Dany elige el momento, lugar, ropa, emociones, filtro y la frase que utilizará para mostrarse al mundo en una foto. Pasa un minuto, revisa su smartphone, 15 minutos después Dany no ha alcanzado los 11 likes que se necesitan para que desaparezcan los nombres de los pocos usuarios interesados en su entrada, entonces le viene la ansiedad, el estrés y la inseguridad. “¿Acaso no le gusto a la gente?”

La historia de Dany es similar a la de muchos jóvenes, que se exponen en la vitrina social para ser juzgados, aplaudidos o criticados. Mihály Sugar, director de Diseño Institucional de la Universidad de Monterrey, dijo que los jóvenes preparan sus fotografías como un producto que está listo para ser
lanzado al mercado cibernético. Vivimos una generación regida por las redes sociales que hasta cierto punto controlan las relaciones interpersonales y el autoestima, exaltan la necesidad de ser aceptado y valorado pues las entradas se convierten en la cara que uno muestra a los demás, indicó el especialista en Google Apps.

UNA NEGOCIACIÓN SOCIAL

Ser reconocidos es una necesidad humana, especialmente en la etapa de la adolescencia y adultez temprana, pues es cuando se forma la identidad y la persona descubre su punto de partida.
“Con un like la persona confirma su existencia social, puede causar en el jóven un sentido de bienestar consigo mismo y reconocerse como parte de la sociedad”, dijo el psicólogo de la preparatoria UDEM Valle Alto, Jorge Ramírez.

Aplicaciones como Intsaliker, Firegram, 5000 likes Pro o Magic Likes están disponibles en las tiendas electrónicas de los smartphones, algunas tienen un precio monetario y otras son relativamente gratuitas ya que es necesario realizar un intercambio de likes antes de recibir los likes deseados.

Estas empresas piden primero dar like a las fotos de otras personas ubicadas alrededor del mundo y con esto se obtienen monedas que sirven para elegir la cantidad que se quiere recibir.

La foto se convierte entonces en un producto personal que los jóvenes “venden” a sus seguidores y crean difusión sobre ellos mismos para obtener el beneficio de la satisfacción personal o de sentirse populares, añadió Sugar. experto en Tecnología.

Comprar likes es una medida extrema, me parece un grito desesperado, ya que cuando la persona pone su valía en esos likes, resulta perjudicial, explicó Gabriela Arizpe, catedrática de Psicología del Niño y del Adolescente en UDEM.

“Los pensamientos como ‘si no tengo tantos likes a lo mejor no estoy haciendo algo bien’ o ‘no le gusto a la gente’ se apoderan de la mente y eso puede llegar a un ‘no valgo tanto’ o ‘no valgo lo que a mí me gustaría’”, agregó. “Dime cuántos ​likes ​tienes y te diré qué tan admirado eres”

Las personas buscan caricias, reconocimiento, apreciación y ven a las demás personas como rivales, se ha convertido en una competencia social donde todos buscan verse y sentirse coolJesús Castillo López, ex presidente del Colegio de Psicólogos de Monterrey, indicó que ésta es la secuencia en el pensamiento de las personas que piden o buscan likes.

El me gusta es la representación cibernética de una caricia, el que quiera serreconocido va a buscar sobresalir y uno de los medios más accesibles es vía internet, al no recibir likes en sus entradas, los usuarios convierten el suceso en tragedia personal y llegan al grado de sentirse retraídos.

“Las personas que buscan la aprobación de otros es porque desde su punto de vista no la tienen, entonces hablamos de una carencia, la cual lleva a una búsqueda”, dijo el psicólogo. Lo preocupante es el origen de esta necesidad, en casos extremo los jóvenes pueden caer en el histrionismo, un trastorno de la personalidad que lleva a actuar seductivamente y en búsqueda de reconocimiento, la atención se convierte en una necesidad que se exige y se reclama a los demás a tal punto que insisten a sus amigos que les den Insta­apoyo.

La gente invierte mucho tiempo en ver qué van a publicar, se ha perdido el significado de subir una foto y dar like, reemplazado por una forma de llamar la atención donde ya no importa el contenido ni calidad de la entrada, sino el número de corazones que recibe. Es un riesgo, es demasiado el tiempo que están dedicando a esto, es como un trabajo, donde no recibir likes es como quedarse sin el sueldo. Es necesario estar conscientes del impacto que esto representa en la vida, de lo que se hace y deja de hacer a partir de la aceptación virtual de los demás.

“Resulta riesgoso en que eso se convierta en mi única forma de sentirse validado y sentirse visto”, dijo Arizpe especialista en Psicología del Adolescente.

¿Qué está faltando en la persona que pone ahí su energía, su atención y su valía? “El riesgo de estar persona a persona, frente a frente, implica que las palabras, gestos, tono de voz y postura no pueden editarse, no es escribir y corregir, esto está sucediendo, no se puede cambiar”, añadió.

Todo está envuelto en una parte que puede ser muy peligrosa si no hay una consciencia y control de la persona. Si no la hay, entonces te has convertido en un esclavo del like.

 

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