El feminismo y la Mujer Maravilla

A lo largo de los años, la imagen de la superheroína de DC Comics, Wonder Woman, fue distorsionada y manejada por hombres con una visión sumisa de las mujeres, y no fue hasta 1985 que sus cómics fueron retomados por una mujer con el fin de dar un mensaje de fuerza y libertad para aquellas que vivían en represión.

Como parte del Taller de filosofía y cine: Los superhéroes, Kurt Lester Benze Hinojosa, profesor en humanidades y artes, describió la historia de la Mujer Maravilla, creada por William Marston, o conocido por su pseudónimo Charles Moulton, un psicólogo que ejercía como maestro en una universidad y interesado en la psicología de la sexualidad y el feminismo.

Dentro del análisis realizado Benze Hinojosa explicó la controversia del origen de la mujer maravilla en los cómics y en la película de 2017, pues a pesar de que existen algunas similitudes entre ambas por su relación con la mitología griega, se encontró que las amazonas, tribu a la que pertenecía la superheroína, se liberaron de la opresión de los hombres y combatieron a Ares, mostrándose como un símbolo feminista.

A lo largo de los años, este cómic fue escrito e ilustrado por hombres, quienes sexualizaron su imagen y su deber como héroe, fue hasta 1945, cuando falleció el autor original y Joye Hummel, escritora americana fantasma, tomó la redacción de este; sin crédito ni éxito alguno por los tiempos de opresión femenina, Gardner Fox, creador de personajes de DC Cómics y de la Liga de la Justicia, en su edición, la convirtió en secretaria de la Liga de la Justicia. 

Décadas más tarde, después de la portada de la Era de Plata, en la que se promovía el adoctrinamiento cultural de los roles de género por Robert Kanigher, la revista feminista Ms. lanzó una portada en la que se leía “Wonder Woman for president” y se le veía salvando la ciudad; no obstante, la disputa de la imagen de la Mujer Maravilla fue puesta en duda nuevamente por una portada sexualizada de Kanigher, escritor estadounidense y editor de cómics. 

En 1975 salió a las televisiones una serie protagonizada por Lynda Carter, actriz norteamericana, dando pie a que en 1985, Mindy Newell, escritora y editora de cómics originaria de Estados Unidos, tuviera el crédito por ser la primera mujer en escribir un cómic; a causa de esto, una oleada de mujeres encabezaron más cómics e ilustraciones de una superheroína atractiva y más fuerte que las versiones anteriores. 

Finalmente, al darse cuenta de que la mayoría de las superheroínas de cómics han sido víctimas de feminicidios, esta narrativa quedó en manos de una mujer, quien a rienda suelta escribió y dirigió la película Wonder Woman (2017), un buen retrato de la imagen original y feminista que siempre debió ser este personaje, indicó el ponente.


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